La Policía Federal le pidió a Interpol que rastree en qué rincón del mundo se encuentra el ex jefe de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia Antonio “Jaime” Stiuso. Como no fue hallado en el país, se libró este pedido de alcance internacional. Se trata de una solicitud de “paradero” librada en función de un requerimiento de la Unidad Fiscal AMIA, que había citado al ex agente a declarar pero no se presentó. Los fiscales a cargo de ese órgano quieren que explique en qué consistió su colaboración con el fiscal Alberto Nisman en la investigación del atentado a la mutual judía. Ahora buscan traerlo a testificar por la fuerza pública.

Después de la muerte de Nisman, la UFI- AMIA fue reestructurada: hoy está coordinada por Juan Patricio Murray e integrada por los fiscales Sabrina Namer, Roberto Salum y Patricio Sabadini. Cuando comenzaron a revisar todo el material de la investigación del atentado ocurrido en 1994 encontraron pedidos de entrecruzamientos de llamados telefónicos de 1991 a 1996 que había hecho Nisman, y un intercambio de escritos suyos con Stiuso donde le reclamaba los resultados. En sus respuestas, en 2007, el ex agente le decía que el trabajo ya estaba casi listo, pero no le enviaba nada. Nisman se lo siguió reclamando hasta poco antes de su muerte en enero último. La UFI le pidió a la ex Side información sobre esos cruces de llamadas, pero en el organismo no encontraron rastros de que ese análisis se hubiera hecho en ninguna de sus dependencias.

Stiuso fue citado por la fiscalía especializada para que explique su papel y su aporte a la investigación del ataque terrorista. Debía presentarse la semana pasada pero su abogado, Santiago Blanco Bermúdez, dijo públicamente que está fuera del país y teme por su vida. Antes lo había convocado también la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) por una investigación interna que abrió, precisamente, por el hallazgo de los fiscales de AMIA. El titular de la central de espías lo denunció penalmente por el posible ocultamiento de información del atentado, que tampoco consignó antes de jubilarse en enero pasado. La causa la tiene Rodolfo Canicoba Corral, el mismo juez de la causa del atentado.

La información que había llegado a los fiscales es que Stiuso se había tomado un avión en Porto Alegre, Brasil, rumbo a Estados Unidos y que allí se quedó cerca de Miami. De todos modos, ante el faltazo, la unidad libró un “comparendo compulsivo”, o sea, una orden para que si la Policía Federal lo encuentra lo lleve a declarar por la fuerza. Como en el país no fue hallado, se le hizo un pedido a Interpol para rastrearlo.

La única vez que Stiuso declaró fue ante la fiscal Viviana Fein, en la causa por la muerte de Nisman. El fiscal había estado llamando los días previos a aparecer sin vida a celulares que estaban a nombre del ex hombre fuerte de la Secretaría de Inteligencia. Uno, con el que se registró una conversación de diez minutos, era utilizado por Alberto Mazzino, ex director de Análisis. Otro número sí era utilizado por Stiuso, quien no respondió los llamados del fiscal en vísperas de su muerte, el sábado 17 de enero (tres días después de su denuncia) con el argumento de que no escuchó el teléfono, que estaba en “silencio”. Tampoco le devolvió los llamados. Lo dejó solo, cuando al lunes siguiente debía presentarse en el Congreso por su pedido contra el Gobierno. Mazzino dijo que Nisman lo llamó porque no localizaba a Stiuso. Este dijo que tenía una relación estrecha con el fiscal por el caso AMIA.