Domingo, 22 de noviembre de 2015 | Hoy
EL PAíS › SCIOLI LLEGA COMO DESAFIANTE A LA INSTANCIA DECISIVA
Scioli llega como challenger a la instancia decisiva. Las encuestas ven ganador a Macrì, pero un estudio científico las contradice. Con los vaticinios también se invirtieron los roles. El triunfalismo del PRO podría provocar otra sorpresa, pero en la dirección contraria. El debate fue trivial, pero a partir de allí la campaña se centró en temas de fondo. El obstáculo es la facilidad con la que Macrì se desdice de lo que planteó, no el año ni el mes sino hasta el día anterior. Una ayuda judicial.
Por Horacio Verbitsky
Los dos candidatos llegan a las decisivas elecciones de hoy con los roles invertidos. Las encuestas de opinión que se conocieron dan a Maurizio Macrì como el preferido, mientras Daniel Scioli intenta revertir esa desventaja sobre la misma hora de apertura de los locales de votación. El optimismo del candidato al respecto excede el de algunos miembros de su anunciado gabinete, más dispuestos a repartir culpas que a redoblar los esfuerzos. En las PASO del 25 de octubre ocurrió lo contrario: Scioli era el amplio favorito. Ese pronóstico no fue erróneo ya que Scioli superó a Macrì por tres puntos porcentuales pero no pudo evitar la segunda vuelta y además su candidato en la provincia de Buenos Aires, Aníbal Domingo Fernández, perdió la gobernación frente a la poco conocida politóloga de PRO María Eugenia Vidal, quien aquella noche fue la principal asombrada. La sorpresa ante un resultado que nadie había previsto convirtió al desafiante en favorito para hoy. El triunfalismo que acompañó al Frente para la Victoria entonces, que incluyó varias designaciones en el gabinete nacional, se trasladó ahora de campo y Macrì llegó a discurrir muy divertido sobre la competencia que se entablaría entre los fotógrafos para captar el momento en que Cristina le coloque la banda. Entre sus gustos musicales no figura Pedro Navaja y tampoco conoce el consejo de no vender la piel antes de cazar el oso.
El Frente para la Victoria opone varios razonamientos a esta sensación generalizada en el universo mediático. Señala que hoy en el cuarto oscuro sólo estarán los dos candidatos presidenciales y no Vidal ni Fernández junto a Martín Sabbatella (ambos resistidos con especial encono por el Grupo Clarín, la Iglesia Católica y muchos intendentes del conurbano, cada uno por sus propias razones). También indican que si los sondeos de opinión no pudieron predecir los resultados de octubre, podrían volver a equivocarse ahora. Destacan que ante la inminencia de la catástrofe salió a la calle en forma desorganizada pero entusiasta un gran número de espontáneos que, desde distintas actividades temen una regresión. Ellos serían la avanzada que anticipó Cristina cuando dijo que sería el pueblo el que defendería lo alcanzado en estos años. También entienden que a partir del debate del último domingo, la campaña por primera vez hizo eje en cuestiones de fondo. Algunos de esos argumentos son más válidos que otros, pero es indudable que en la última semana se visualizaron en forma nítida dos futuros antagónicos para la Argentina, según sea quien se imponga. El recorrido no fue fácil para el oficialismo. A las disensiones internas se sumó el carácter resbaladizo del oponente, cuyo manejo de las técnicas de marketing oblitera cualquier discusión política. Macrì se especializó en generalidades incontrastables y no vaciló en adaptar su mensaje a lo que su equipo de asesores percibía como el humor general del momento sobre cada tema. El Frente para la Victoria intentó bajarlo a la realidad, refrescando su bien documentado historial. Hasta cierto punto, no es objetable un cambio de opinión según pasan los años y se modifican las circunstancias. Pero no es ése el caso de Macrì, quien no tiene inconveniente en variar de posición de un día para otro según lo que indiquen los focus groups. El mejor ejemplo es la política cambiaria. Luego de proclamar que el valor del dólar debe fijarlo el mercado y prometer para el primer día de su gobierno la apertura de lo que la oposición llama cepo, esta semana pasó a decir que una devaluación no es el camino para solucionar los problemas de la coyuntura. Al mismo tiempo, negó que propicie la apertura simultánea a las importaciones por la que viene clamando desde hace un año.
La respuesta de Scioli y de quienes apoyan su candidatura fue el cotejo de estas afirmaciones narcóticas de ahora con los votos de los bloques legislativos del macrismo ante los proyectos de ley más importantes, los actos de su gobierno en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sus vetos a repetición y sus propias declaraciones sobre cada tema. La velocidad de rectificación fue en aumento. Esta semana Macrì cuestionó los feriados largos y en cuanto se pronunciaron alarmados los operadores turísticos y hoteleros, el ministro porteño Hernán Lombardi anunció que se mantendrían. Ante cada recordatorio, la respuesta fue denunciar una campaña sucia o del miedo, como hizo Macrì ante los planteos de Scioli en la Facultad de Derecho, cuando llegó a decirle que lo habían convertido en un panelista de 6, 7, 8.
Este desenfado no elude ni siquiera la falsificación, a cargo de personajes secundarios pero conocidos. El diputado de PRO Eduardo Amadeo hizo circular en su cuenta de Twitter una página de Facebook titulada “Trabajadores de Arsat con Macri-Michetti”. En ella se ve una foto tomada al aire libre, junto a las antenas de la empresa satelital, en la que un grupo de personas sostienen grandes letras que forman la consigna M A C R I P R E S I D E N T E 2 0 1 5. También incluye una viñeta más pequeña en la que Trabajadores de Arsat anuncian que “No todos bancamos este proyecto”, diseñada con los colores y la tipografía de la campaña del Frente para la Victoria. Al reproducirla, el ex vocero del senador Eduardo Duhalde durante su interinato al frente del Poder Ejecutivo escribió “Los trabajadores de Arsat con Mauricio Presidente. Una economía dinámica necesita de tecnología de punta”. Además de la fotografía, la página contiene una leyenda que proclama: “Basta de apriete, corrupción y acomodo. No todos los que hacemos Arsat estamos con este gobierno corrupto y autoritario y queremos un cambio”. Luego sigue una serie de posts del mismo tenor. “Todos los militontos váyanse amigando con Clarín porque lo van a necesitar cuando tengan que salir a conseguirse un laburo honesto” o “Compañeros de Arsat, denuncien cuando sus jefes y gerentes los aprietan para ir a volantear o hacer campaña. No tengamos miedo que esto ya se termina”. En realidad no era un Facebook sino un Fakebook: la foto es auténtica pero fue trucada para reemplazar por la fórmula de Cambiemos la leyenda que formaban los trabajadores y que decía:
S o b e r a n i a s a t e l i t a l. Cuando la manipulación fue descubierta, Amadeo se limitó a comentar en su cuenta: “No soy perfecto”.
El jueves debía proseguir el juicio oral por el encubrimiento del atentado en 1994 contra la sede de la DAIA pero el tribunal oral federal 2 decidió suspender la audiencia, alegando problemas de salud de su presidente, Jorge Gorini. Empleados del mismo tribunal dijeron que el juez estaba en perfectas condiciones y que la suspensión se dispuso para evitar que en la semana de las elecciones se escuchara el testimonio de Sergio Burstein, dirigente de la agrupación Familiares y Amigos de las Víctimas por el atentado, cuya denuncia en 2009 dio lugar a la causa por espionaje ilegal en la que están procesados Macrì, el primer jefe de la Policía Metropolitana, comisario Fino Palacios, y el espía Ciro James. Macrì respondió con ira mal contenida cuando el periodista Darío Villarruel le preguntó por esa causa, que el candidato desdeña como una invención del kirchnerismo, aunque no pueda explicar cómo entonces su procesamiento fue confirmado por la Cámara de Apelaciones. Macrì será así el primer candidato presidencial que llegó a las urnas procesado. La preocupación de Gorini por la asepsia judicial es comprensible, pero unidireccional. Al mismo tiempo que Macrì quedaba a resguardo de un testimonio molesto, otros jueces competían por ver quien firmaba la resolución más adversa contra el gobierno nacional y sus funcionarios.
La Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal aceptó una medida cautelar de Papel Prensa (la empresa cuya propiedad comparten los diarios Clarín y La Nación con el Estado como socio bobo) y suspendió las disposiciones de la ley 26.831 de Mercado de Capitales, que autorizan a la Comisión Nacional de Valores a designar veedores con facultad de veto de las decisiones de los órganos de administración de una sociedad y a suspender a esas autoridades de la empresa.
La sala II de la misma Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo declaró inconstitucional el artículo de la ley que varió de 13 a 20 miembros la composición del Consejo de la Magistratura, proyecto que CFK presentó cuando era Senadora.
La misma sala decidió mantener la medida cautelar que desde hace doce años impide a la AFIP cobrarle al diario La Nación una deuda impositiva que el ente recaudador calcula en 280 millones de pesos.
La Cámara Federal de Casación Penal reabrió la causa contra el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, por su actuación en la Asamblea del Grupo Clarín del 25 de abril de 2013, en representación del 9 por ciento de las acciones en manos del Estado. Vanoli era entonces presidente de la Comisión Nacional de Valores. El juez Rodolfo Canicoba Corral y la Sala I de la Cámara Federal habían desestimado la denuncia por inexistencia de delito. Los camaristas de casación Eduardo Riggi y Liliana Catucci dispusieron seguir investigando. Riggi tiene un pedido de procesamiento y otro de juicio político, acusado de recibir sobornos de José Pedraza luego del asesinato de Mariano Ferreyra para no avanzar en su investigación.
No obstante los esfuerzos de este tribunal, el premio mayor lo obtuvo una vez más el hiperactivo juez federal Claudio Bonadio: el miércoles ordenó que la Policía Metropolitana allanara las oficinas del Banco Central para secuestrar la documentación sobre las operaciones de compra y venta de dólares a futuro que la autoridad monetaria ya le había enviado. La denuncia fue presentada por los diputados macristas Mario Negri y Federico Pinedo, pero la preparó el presunto ministro de Economía en un hipotético gobierno de Macrì, Alfonso de Prat Gay. El argumento es que Alejandro Vanoli vende a 10 pesos dólares por los que en Nueva York se pagarían 15 con lo que habría una hemorragia de reservas. El Banco Central replica que esto es absurdo, ya que el mercado de futuros se transa en pesos y no hay arbitraje posible con el de Nueva York y que esa operación está prevista en forma expresa en la carta orgánica. Más grave aún, la referencia a los 15 pesos denuncia la magnitud de la devaluación que estima Cambiemos. Bonadio no envió a sus sabuesos antes de la apertura ni después del cierre de las operaciones sino en el horario de trabajo más intenso de la mesa de operaciones. Al no disponer de todos los operadores en las pantallas porque estaban respondiendo las preguntas de los policías porteños, el Banco Central no pudo monitorear y operar en los distintos mercados, en los que el objetivo es impedir saltos bruscos. Esto provocó una pérdida de cien millones de dólares por la sospecha de que la autoridad monetaria hubiera decidido soltar el tipo de cambio, tal como ocurrió en 2014 cuando presidía el Banco Juan Carlos Fábrega. Esto pudo haber inducido una corrida.
El jueves procesó por administración fraudulenta al presidente de la obra social de los jubilados, Luciano Di Cesare, por haber resguardado parte de los fondos de PAMI en letras del tesoro. La causa fue iniciada por la denunciante serial Graciela Ocaña, derrotada precandidata a la intendencia municipal porteña por el fugaz partido ECO. Bonadio lo procesó pese a que Di Cesare demostró que con las letras del tesoro PAMI había obtenido casi 300 millones de pesos de diferencia sobre los intereses de un plazo fijo, es decir que no hubo perjuicio.
Todos ellos actúan bajo el paraguas protector de la jibarizada Corte Suprema de Justicia, cuyo proselitismo se intensificó con la proximidad del acto electoral:
Una vez conocida la victoria electoral de PRO en la provincia de Buenos Aires, le atribuyó la competencia exclusiva para controlar el vertido de efluentes de la planta de Papel Prensa en Zárate, porque “no se ha demostrado la afectación directa o indirecta más allá del territorio provincial”.
Confirmó la vigencia hasta 2016 de la medida pre-cautelar que frenó la adecuación de oficio del Grupo Clarín a los límites de concentración fijados por la ley audiovisual.
Declaró inconstitucional la ley de subrogancias y le explicó al Congreso cómo debería legislar una nueva norma al respecto.
Una críptica frase del Papa Francisco ante una pregunta sobre el balotaje desató todo tipo de especulaciones: “Voten a conciencia. Ya saben lo que pienso”, dijo el jerarca católico. Scioli lo interpretó como un apoyo porque insta a reflexionar sobre “el capitalismo salvaje que quiere volver a poner de rodillas a la Argentina”. El consultor de PRO, Jaime Durán Barba, dijo que eso no tenía la menor importancia dado que el Papa sólo mueve diez votos, lo cual es un hecho verificado en el desempeño de los candidatos que gozan de su amistad, como Jerónimo Venegas y Gustavo Vera, que ni con las fotos y las cartas de Roma consiguen llegar al uno por ciento. Pero Macrì se apresuró a minimizarlo como una opinión personal del provocativo ecuatoriano y el teólogo de PRO, Iván Petrella, interpretó que si Francisco fuera Bergoglio, votaría por Macrì, es decir que una cosa son las divinas palabras arrojadas al viento del universo y otras las opciones políticas del ser humano que las pronuncia. El Papa también recibió a la legisladora porteña de PRO, Victoria Morales Gorleri, quien durante su gestión como arzobispo porteño dirigió la vicaría de educación, e hija de un militar con estudios en la universidad jesuita El Salvador. Morales Gorleri es la impulsora de un proyecto que ya pasó la primera lectura en el parlamento porteño, que cede al Arzobispado 300 metros cuadrados de inmuebles y terrenos, por un valor inmobiliario no menor a 150 millones de pesos, alegando que no son necesarios para la gestión de la Ciudad. La ley obtuvo 47 votos a favor, 4 en contra (María Rachid del FpV, Alejandro Bodart del MST, Hernán Rossi de SUMA+ y Gabriela Cerruti de Nuevo Encuentro) y 3 abstenciones (los socialistas Virginia González Gass y Adrián Camps y el Verde al Sur Pablo Bergel). Los anexos de la ley detallan las ubicaciones: avenida Coronel Díaz 2222, avenida Santa Fe 4320, Charrúa 2700, Isabel la Católica 502, Yrupé 6884, General Paz 5.342, Crisólogo Larralde 4841, Soldado de la Frontera 5184, Montiel 3976, Santo Domingo 3940, White 2251, Los Robles 6883, Córdoba 2135, Figueroa Alcorta 7350, Herrera 516, dos parcelas en calles sin nombre y una frente al Parque Rivadavia que desató una furibunda reacción comunitaria. Ocurre que la Iglesia de Caacupé, beneficiaria de la cesión, linda con la Escuela primaria Primera Junta y el Jardín de Infantes Marina Margarita Ravioli.
Desde 1982, cuando el interventor militar en el gobierno porteño era el brigadier Osvaldo Cacciatore que el Estado local no cedía tantas propiedades a la organización confesional. Cacciatore es el modelo que indujo a Macrì a dedicarse a la política, según narra Gabriela Cerruti en su biografía El Pibe. Su sucesor durante la misma dictadura, Guillermo Del Cioppo, cedió por veinte años una parcela de 2447 metros cuadrados a la iglesia Caacupé. Desde el vencimiento de esa ordenanza, en 2003, la comunidad educativa de ambos colegios reclama la devolución de esos terrenos. Lejos de ello, la parroquia extendió más allá esa ocupación ilegal, a otros 495 metros cuadrados. La nueva ley convalida ahora esa apropiación y además avanza sobre la huerta y el polideportivo de la escuela. La última semana los padres organizaron un abrazo a la Escuela y medio centenar de ellos participaron en la audiencia pública que debe preceder a la segunda lectura legislativa para que el proyecto se convierta en ley, lo cual ocurriría este jueves 26. Bastaría con que ocho legisladores de cualquier bancada modificaran su voto para que esta cesión escandalosa quedara sin efecto. No es lo más probable: el inminente jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta visitó el lugar e intentó tranquilizar a los padres, sugiriendo que se trataría su caso aparte. En este claro conflicto entre el interés público y el privado, que es el eje de la campaña de Scioli, el Frente para la Victoria votó junto con el PRO. Lo que se teme del Papa no son los votos sino los vetos, como mostró la última elección bonaerense.
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