EL PAíS › CHICHE DUHALDE ACLARO QUE “NI LOCA” PEDIRIA MAS REPRESION

Piquete entre el Gobierno y Duhalde

Las aclaraciones de Duhalde no alcanzaron a aplacar el malestar en la Rosada. Alberto Fernández afirmó que el Gobierno quiere evitar “hechos tremendos como las muertes de Kosteki y Santillán”.

 Por Fernando Cibeira

El matrimonio Duhalde, más concretamente Hilda “Chiche” Duhalde, buscó bajarle el tono al conflicto abierto con el gobierno de Néstor Kirchner a propósito de la política utilizada con los piqueteros. Chiche dijo ayer que no estaba “loca” como para salir a pedir más represión, además de revelar que junto a su marido habían recibido la visita del ministro del Interior, Aníbal Fernández, para aclarar el tema. Sin embargo, no todos en la Casa Rosada aceptaron dejar las cosas así nomás. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, sostuvo que salir a pedir represión a los piqueteros es “no recordar la historia reciente de la Argentina”, y advirtió que lo que el Gobierno quiere evitar es repetir “hechos tan tremendos para la sociedad argentina como fue lo ocurrido hace poco más de un año con Kosteki y Santillán”. Vale recordar que las muertes de los dos militantes piqueteros ocurrieron durante el gobierno de Duhalde.
Luego de que el tema estuviera durante todo el fin de semana en el centro del debate político, los Duhalde consideraron que la cuerda se había estirado lo suficiente. Chiche, que en definitiva fue quien encendió la mecha, salió a pacificar los ánimos. Luego de haber sostenido que Kirchner “había dejado avanzar a los piqueteros” y que se hacía necesario “volver a poner orden”, ayer cambió el discurso. “Nadie se olvide de que el matrimonio Duhalde quiere que al Presidente le vaya bien, aunque esto no significa que alguna vez pueda discrepar con alguna medida”, aclaró.
Pese a las aclaraciones de ayer, en la Rosada el uno-dos de los Duhalde les sonó preparado. Porque a las afirmaciones de Chiche del viernes le siguió un reportaje al propio ex presidente en el que consideraba que el Gobierno trataba a los piqueteros con “manos de seda”.
El fin de semana, los Duhalde recibieron la visita en su casa de Lomas de Zamora del ministro del Interior, uno de los dos duhaldistas que integran el gabinete nacional. Fernández no había contado su entrevista y fue Chiche quien la reveló, como para demostrar que seguían en buenas relaciones con la Rosada. Los Duhalde echaron mano al remanido recurso de culpar a la prensa. Chiche sostuvo que “nada” de lo que había salido en los diarios era cierto. A esta tesis abonó el ministro Fernández al sostener que los artículos “no reflejan el pensamiento textual” del ex presidente. “Sé lo que piensa al respecto: él estaba disgustado con algunos pasajes de la nota que originó este tema porque dice que no son sus dichos”, insistió.
Kirchner leyó la nota el sábado mientras descansaba en Río Gallegos. Quienes se encontraban con él fueron testigos de la ira presidencial. “¿Quién fue el que inventó los planes Jefas y Jefes de Hogar?”, se preguntaba ayer uno de los integrantes del entorno del Presidente. “¿Qué es lo que quiere Duhalde? ¿Que nosotros tengamos otro Avellaneda?”, agregaba. Kirchner volvió a Buenos Aires con su enojo a cuestas, sensación que acrecentó al notar que el teléfono de la Rosada no traía las aclaraciones de Duhalde.
No todos en la Rosada comulgan con la estrategia negociadora a ultranza que Kirchner lleva adelante con las agrupaciones piqueteras. Sin embargo, la convicción presidencial –que le ha costado a algún funcionario más de un reto– terminó por unificar el discurso de todos los hombres que ocupan despachos cercanos al Presidente.
El otro Fernández del Gobierno, Alberto, salió al cruce de la ofensiva del ex matrimonio presidencial. El jefe de Gabinete recordó que Duhalde “vivió en carne propia lo que pasa cuando se reprime”, y colocó el dedo en la llaga. En junio del 2002, a mediados de la gestión de Duhalde, la represión criminal de la Bonaerense en el Puente Avellaneda asesinó a Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Aquellos hechos “le generaron una crisis institucional profunda”, recordó el funcionario. La muerte de los piqueteros llevó a Duhalde a adelantar la fecha de las elecciones.
Alberto Fernández agregó que “la búsqueda de soluciones no se resuelve con palos”, por lo que “un problema social, por agudo que sea, se vuelvede difícil solución; el secreto no es agarrar un palo y empezar a pegar y callar al que molesta; eso lo único que depara es dolor e impotencia”.
Los Duhalde, era de esperar, no sólo generaron la reacción del Gobierno sino también de las organizaciones piqueteras que interpretaron que se estaba pidiendo “más represión”. Pero tal vez esta reacción, con las encuestas que indican el fastidio de sectores de la clase media con los cortes de calle, no moleste tanto al matrimonio. Duhalde ayer prefirió guardarse hasta que llegó la hora de sumarse a la gira por países árabes del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en su flamante condición de titular del Mercosur.

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Hilda “Chiche” Duhalde afirmó que sus declaraciones fueron tergiversadas por los medios.
 
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