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Más allá de la injerencia en la táctica del equipo que pueda tener Silvio Berlusconi (ver aparte), el Milan, el campeón de Europa que el domingo 14 se medirá con Boca por la final Intercontinental en Tokio, es un equipo que tiene mucha aplicación para defender el arco propio. Si bien su plantel y casi todas las formaciones que presenta el técnico Carlo Ancelotti están conformadas por jugadores con vocación ofensiva, la prioridad pasa por defender el cero. Es lógico, ya que a partir de las individualidades que tiene adelante, en cualquier momento puede anotar y ganar el partido.
El Milan es líder del Calcio, invicto, con 27 puntos, junto a la Roma y un punto por encima del campeón Juventus. Ganó ocho partidos y empató tres, con 25 goles a favor y apenas cuatro en contra. En la Champions League ya se aseguró la clasificación para los octavos de final, luego de ganar tres partidos, empatar uno y perder el restante. Lo curioso es que pasó la ronda tras haber marcado sólo tres goles, aunque apenas recibió uno en su valla. En resumen, en este inicio de temporada, Milan jugó quince partidos, con diez triunfos, cuatro empates y una derrota. Anotó 21 goles y sólo recibió cinco, a razón de uno cada tres partidos.
En un conjunto plagado de estrellas, la figura más reluciente es el ucraniano Andrei Shevchenko. Con sus dos tantos al Chievo, el delantero superó hace una semana la marca de 100 goles convertidos con la camiseta del Milan, en los cinco años que lleva en el club. Además, anotó el gol con el que el conjunto de Ancelotti le ganó 1-0 al Ajax en Amsterdam y se garantizó la clasificación. En lo que va de la temporada, el ex jugador del Dynamo de Kiev lleva catorce goles, doce de los cuales le permiten ser el goleador de la liga italiana: el domingo marcó los dos tantos con que su equipo derrotó al Modena y capturó la punta de la Liga. Para reafirmar la idolatría que le profesan los hinchas del Milan, Shevchenko convirtió el penal decisivo ante la Juventus que le dio el título de la Champions League.
Su compañero de fórmula no es menos temible. Filippo Inzaghi es otro goleador letal. Luego de un comienzo del año brillante, en el que llegó a convertir seis goles en menos de una semana, sufrió una lesión que lo marginó algunos encuentros, pero de a poco está retornando a su nivel. Titular en la Selección italiana, el ex delantero de la Juventus ya aseguró que espera ansioso la llegada de la Copa Intercontinental para coronar un gran año con la obtención de la Champions League, la Copa de Italia y la Supercopa europea. El reemplazante natural de los atacantes titulares es el danés Jon Dahl Tomasson, que está un escalón por debajo de sus compañeros, pero que también es un goleador muy respetado en Europa.
El mediocampo tiene muchas variantes. Lo formación habitual incluye a Genaro Gattuso, Andrea Pirlo, el holandés Clarence Seedorf y el brasileño Kaká. Salvo Gattuso, que es el más combativo, los otros tres basan su potencial en la técnica. Las variantes habituales son el portugués Rui Costa y Ambrosini. Tantas posibilidades que el entrenador se da el lujo de casi no utilizar a Fernando Redondo y al brasileño Rivaldo, que ayer, hastiado de no ser tenido en cuenta, rescindió definitivamente su contrato.
Aunque suene paradójico en un equipo al que le convierten tan pocos goles, su defensa es el punto más vulnerable. La presencia de los veteranos Alessandro Costacurta y el capitán Paolo Maldini, los únicos dos sobrevivientes de los históricos conjuntos de Arrigo Sacchi y Fabio Capello, le otorgan a la zaga similares dosis de eficacia y lentitud.
La compensación es Alessandro Nesta, aunque no está en un buen momento físico. Para acompañarlos, por derecha es inamovible Cafú, que a pesar del paso de los años sigue siendo indetenible cada vez que pasa al ataque, mientras que por izquierda, ante la lesión del Serginho, se mueve Páncaro, el más rústico de los defensores. Y una alternativa que maneja mucho el entrenador es la presencia del danés Lauren como central, pasando Maldini al lateral izquierdo.