El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, se reunió ayer con sus pares de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa para coordinar acciones de estímulo para el sector de la lechería. Los tambos de menor escala registran pérdidas de hasta un peso por litro producido. Los establecimientos en esta situación suman cerca de 10.000 unidades productivas que, si no se resuelve la tensión, ponen en riesgo la continuidad de la operación. Los funcionarios acordaron trabajar en tres ejes para recomponer rentabilidad de la actividad: el financiamiento, los subsidios fiscales y la revisión de cómo se reparte el precio entre los distintos integrantes de la cadena de producción de la leche, incluyendo industria y comercio. Los referentes se juntarán nuevamente la semana que viene. Los funcionarios aseguraron que estos encuentros son claves para “encontrar soluciones a la difícil situación del sector”. La crisis de la lechería es una muestra de que los problemas de las economías regionales no se resolvían con devaluación y quita de retenciones. El sector lechero, pese a la ventaja recibida por la devaluación, tiene dificultades para exportar debido a la crisis del comercio a nivel mundial. Buenos Aires, donde se concentra una parte relevante de la producción de leche del país, declaró tras la reunión en sesión permanente a la Mesa Lechera de la provincia.