El ex director de Operaciones de la SIDE Antonio Horacio Stiuso seguía declarando anoche ante la jueza Fabiana Palmaghini, la fiscal Viviana Fein y los abogados de todas las partes que intervienen en la causa sobre la muerte de Alberto Nisman. Circulaban distintas versiones sobre el contenido del testimonio, aunque una de las más fuertes decía que habló de homicidio y que apuntó a Irán. Cuando declaró hace un año no se había explayado sobre ninguna teoría de suicido o asesinato, sólo dijo que lo “sorprendió” la noticia del fallecimiento.

A las nueve de la noche, cuando el ex agente llevaba casi diez horas declarando, la jueza dispuso un cuarto intermedio. La perspectiva era que seguiría hasta las tres de la mañana. Palmaghini había decretado el secreto de sumario, por el tenor de la declaración y porque Stiuso está obligado a guardar secreto sobre los sucesos durante sus años de servicio, de lo que fue relevado específicamente para este expediente. Así como en su primera declaración había hablado de que tenía una estrecha relación con Nisman a partir del trabajo conjunto en el caso AMIA, esta vez –según pudo reconstruir Página/12– se habría referido a que ambos eran un dolor de cabeza para los iraníes, cuya captura querían concretar.

Habrá que ver si Stiuso, en tantas horas, aporta elementos concretos que sostengan esa hipótesis de homicidio, que hasta ahora las pericias, forense y criminalística, descartaron por mayoría. A las querellas, concentradas en las figuras de Sandra Arroyo Salgado y de la madre de Nisman, Sara Garfunkel, les viene bien todo lo que relacione la muerte del fiscal con su actividad en el expediente AMIA, porque es lo que plantean para que pase la investigación al fuero federal, el más dócil a las negociaciones políticas. Según los pocos trascendidos, además Stiuso se habría referido a los atentados contra la AMIA y la embajada de Israel en su declaración, y al papel de Irán.

El testimonio anterior de Stiuso, en febrero del año pasado, abarcó apenas cuatro fojas en las que dijo que la última vez que había hablado con Nisman había sido para la Navidad (un mes antes), que él no tuvo relación con la denuncia que hizo contra Cristina Kirchner por supuesto encubrimiento de los iraníes, ni sabía al respecto, y que no atendía sus llamados insistentes el fin de semana previo a su muerte porque tenía el celular silenciado. Después se fue del país, vía Uruguay y terminó en Miami. Por entonces, sólo preguntó la fiscal Viviana Fein. Esta vez, hubo preguntas de la jueza, la fiscal y los abogados.

La otra gran diferencia es que hace 12 meses no estaba en el expediente un entrecruzamiento de llamadas del 17 y 18 de enero, el fin de semana de la muerte de Nisman, en el que aparecen comunicaciones entre funcionarios de la ex SIDE, el jefe del Ejército, César Milani; el titular de la Bonaerense, Hugo Matzkin, el entonces dirigente del PRO y ahora ministro, Cristian Ritondo, y el fiscal Carlos Stornelli. Este entramado era previsible que motivara muchas preguntas porque, además, Stiuso estaba relacionado con varios de los protagonistas. El trabajo de entrecruzamiento que realizó la División Fraudes Bancarios de la Policía Federal estableció que desde un teléfono a nombre de Silvia Tomalini, la ex esposa del jefe de Reunión de la ex SIDE, Fernando Pocino, se hicieron muchos llamados, algo que no era habitual en los fines de semana. La ronda de comunicaciones incluyó a Alberto Mazzino, el propio Stiuso, alguna de las máximas autoridades de la AFI y los encargados de seguridad.

Algunos de los personajes implicados relacionaron los llamados con tres temas:

- La denuncia de Nisman contra la Presidenta y la posible presencia del fiscal en el Congreso el lunes 19 de enero. El fiscal Stornelli contó, por ejemplo, que hablo con Pocino –a quien conoce de 1980, del colegio– sobre la denuncia y, después de medianoche, sobre la aparición sin vida de Nisman.

- El segundo tema fue la desaparición de un misil antitanque del Escuadrón de Caballería Blindada de Arana, cerca de La Plata. El misil podría ser utilizado para el asalto a un blindado, por ejemplo.

- Por último, ese fin de semana se preveía un posible enfrentamiento de barras de River y Boca en Mar del Plata o en la ruta hacia esa ciudad. La AFI alertaba sobre el tema a los responsables de la seguridad bonaerense.

La jueza Palmaghini y la fiscal Fein no se quedan conformes con estas explicaciones.

Al caer la noche, en el Palacio de Justicia sólo quedaba una hilera de cámaras apostadas en la puerta, un puñado de periodistas revoloteando por los pasillos laberínticos y policías que los quería echar. El quinto piso, donde está el juzgado de Palmaghini, era impenetrable. Tras el receso las preguntas siguieron y los abogados aceptaron puertas adentro un pacto de confidencialidad. Habrá que ver, si pese a eso, se conocen más detalles.