EL PAíS › LA MEMORIA EN UNA ESCUELA VECINA A UN CENTRO CLANDESTINO
Aprendiendo de la historia
Los chicos de la escuela Máximo Victoria de Floresta hicieron un acto en homenaje a las víctimas de El Olimpo. El secretario de Educación, Daniel Filmus, participó junto con los padres y docentes.
”Canten fuerte porque acá estamos al aire libre”, les aconsejó la maestra a los chicos del tercer ciclo de la escuela primaria número 2 Máximo Victoria, cuando en el acto por el Día de la Memoria llegó el momento de entonar “Quien quiera oír que oiga”. Y los chicos le hicieron caso. Acompañados por una guitarra cantaron “si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia” frente al Olimpo, el campo clandestino de detención que funcionó durante la dictadura en el barrio porteño de Floresta y que queda a menos de 50 metros de donde los chicos concurren a clase.
Giovanni, Joaquín y José cursan sexto grado y saben lo que pasó en su barrio. “Nos contaron que torturaban gente y los mataban –cuenta José–, no tienen derecho a hacer eso”, agrega Joaquín. “Nos contaron también que a la gente le sacaban a su hijo cuando estaban embarazadas y encarceladas y después los vendían o los regalaban”, acota Giovanni. Pero José concluye que “no nos asustamos porque no va a suceder más, no tengo miedo de que vuelva a pasar”. Corriendo se acerca el resto del grado. Todos quieren hablar y contar lo que les explicaron durante la semana pasada en la materia Formación Etica y Ciudadana. “Escribimos cosas sobre El Olimpo, la señorita Paola nos hizo buscar en el diario algunas fotos sobre cosas que pasan ahora y que no queremos que sucedan nunca más”, explica Karen. Afuera de la escuela están colgados los afiches trabajados en clase con recortes y fotos sobre la represión de diciembre. Carteles en los que puede leerse la frase “nunca más” fueron pegados entre los trabajos de los alumnos, y antes de entrar al patio, el poema “Pájaros prohibidos”, de Eduardo Galeano, atrapa la atención de los miembros de esta comunidad.
La canción del acto “la eligió la profesora de música”, relata Carla. Pero a ellos les explicaron el significado de la letra y sabían que “se trababa de lo que habían pasado”. Uno de los que cantó el tema, mezclado entre los padres y vecinos que se habían acercado a participar, fue el secretario de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Daniel Filmus. “El acto me emocionó mucho. Me parece muy importante que la escuela no trabaje el tema de la dictadura sólo el día del aniversario, sino que sea parte de un proyecto donde participa toda la comunidad. Es esencial que se ejercite la memoria activa, no una memoria de bronce que mira para el pasado”, dijo.
Filmus destacó la tarea que lleva a cabo esta escuela porque su proyecto institucional es La Memoria. La directora, Evangelina Morales, cuenta que “el proyecto que vertebra la tarea de una institución refleja las necesidades de la coyuntura del colegio. El fin es que se ponga en práctica aquello que es una necesidad, desde lo pedagógico hasta lo funcional, y nosotros elegimos este tema porque, en primer lugar, ideológicamente hace a la argentinidad, pero también por la cercanía de la escuela a este campo de detención y tortura. Era ineludible porque los niños tratan en clase el tema del barrio y este ex campo de detención está presente en su estructura edilicia y en su historia”.
“Los chicos son muy cuidados al tratar este tema porque no es sencillo y de fácil abordaje, depende de la edad”, explica la directora. Los alumnos del primer ciclo trabajan los derechos del niño, los del segundo abordan los derechos humanos, y en el tercer ciclo se trata el caso del Olimpo en particular porque “ya están en condiciones de elaborarlo”, señala Morales. La docente contó a Página/12 que “los niños trabajan con testimonios escritos, con películas y con libros. Este año reflexionaron acerca de bibliografía, otros años vieron la película La historia oficial, y hasta tuvieron una aproximación al libro Nunca más en algunos párrafos que eran aconsejables de leer, no para establecer censura sino para, ante el dolor, hacer una elaboración adecuada a la edad”.
La instancia culminante del proyecto institucional fue el trabajo realizado por los chicos sobre qué les gustaría hacer en el espacio donde funcionó El Olimpo y ahora está la planta verificadora de vehículos de la Policía Federal. De cuarto a séptimo grado surgieron diferentespropuestas, desde hacer una plaza hasta conservar las paredes de la parte vieja del edificio, porque según justificó uno de los alumnos “esas paredes son un testimonio de la memoria”.
Informe: Gimena Fuertes