EL PAíS
El efecto de las tarifas
En línea con las opiniones de su fundador, el ministro de Economía Roberto Lavagna, la consultora Ecolatina minimizó los efectos de la suba de precios de los combustibles acordados recientemente por el Gobierno con las firmas del oligopolio energético. Ello se debería a la escasa incidencia global de los costos de los combustibles en la producción, salvo en “las ramas intensivas en este insumo (energía) y que además operan a plena capacidad: siderurgia y aluminio”. En el caso específico del gas, las industrias más vulnerables a una eventual limitación de la oferta serían la fabricación de cemento, cal y yeso, y las manufacturas de vidrio. El dato, de elemental sentido común, fue corroborado mediante la utilización de la matriz insumo-producto, lo que le permitió a la consultora sostener que los mayores costos por combustibles tendrán escasa incidencia en los costos industriales globales, pues sólo representan entre el 6 y el 10 por ciento del costo total de los sectores más afectados. Un efecto adverso de la crisis sería, para las empresas, el de la menor generación de divisas por exportaciones. Las ventas al exterior de petróleo, gas y otros hidrocarburos significaron alrededor de 840 millones de dólares en el 2003. Pero, como no hay mal que por bien no venga, la crisis podría estrechar los lazos regionales. Como la Argentina proveyó a Brasil durante su crisis y ahora podría ser al revés, esto por sí sólo constituiría una oportunidad para la integración.