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Conocedor de los tiempos y los estados de ánimo de la sociedad, el presidente Néstor Kirchner quiere que su primera aparición pública luego de la enfermedad que lo tuvo retirado durante diez días sea el anuncio del Plan Nacional de Seguridad. Si todo sale como está planeado, el Gobierno anunciará mañana el proyecto, que ayer fue calificado como “ambicioso” por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien también adelantó que el anuncio posiblemente se realice a través de la cadena nacional.
El plan de seguridad fue la respuesta del Gobierno a la crisis generada por el asesinato de Axel Blumberg, que derivó en una masiva marcha encabezada por su padre y en un reclamo por una solución urgente al problema. La demanda apuntó básicamente al gobierno provincial y obligó a Felipe Solá a designar al frente del Ministerio de Seguridad a León Arslanian.
Sin embargo, en el Gobierno advirtieron que, aunque no los implicaba directamente, el reclamo –quizás el primer tema desde el 25 de mayo– rozaba a la administración nacional. Rápido de reflejos, Kirchner dio instrucciones a su ministro de Justicia, Gustavo Beliz, para que elaborara un plan que contribuya a dar algún tipo de respuesta amplia a la crisis de seguridad.
El proyecto permaneció desde entonces bajo siete llaves, aunque en el Gobierno aseguran que se trata de un proyecto integral, que apunta a tocar diferentes frentes largamente abiertos de manera simultánea: la seguridad como problema social, la administración de justicia y la ejecución de penas. Uno de los ejes de la iniciativa es la creación de una fuerza especial de investigaciones al estilo del FBI norteamericano.
Ayer, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, explicó la intención política del Gobierno. “La gente espera algo claro y definitivo, y va a sentirse satisfecha sabiendo que es un trabajo muy arduo, porque la resolución del problema de la seguridad obliga a atender muchos aspectos”, aseguró.
Tanta es la importancia asignada al tema que el propio Kirchner, junto a Beliz, Fernández, el secretario de Seguridad, Norberto Quantín, y el jefe de la Policía Federal, Eduardo Prados, se reunieron en la quinta de Olivos para analizar los ejes del plan, en un encuentro que comenzó el viernes por la noche y que continuó durante la tarde de ayer.
Todavía falta cerrar algunos temas. Por caso, consensuar con Arslanian el carácter y el alcance de la ayuda de las Fuerzas Armadas al esfuerzo por la seguridad, solicitada por el gobierno provincial. “Estamos analizando la factibilidad del requerimiento”, explicó ayer Fernández. “No habrá ningún miembro de las Fuerzas Armadas participando en acciones concretas, va a ser un aporte sólo material”, sostuvo, antes de agregar que el gobierno nacional no tiene ningún interés en salirse del marco de la Ley de Seguridad Interior.
Por otro lado, el funcionario confirmó que el Presidente se ocupó personalmente, junto a Beliz y Quantín, de revisar los legajos de 95 jefes policiales. La iniciativa fue adoptada luego de que se decidiera separar a dos policías relacionados con el caso Blumberg: el superintendente de Investigaciones, Jorge Palacios, por una escucha telefónica con uno de los detenidos, y el jefe de la División Antisecuestros, Juan José Schettino, cuya detención fue pedida por el fiscal federal Jorge Sica (suspendido en sus funciones y apartado de la causa anoche, como se reporta en la página 5). “Se están revisando los legajos de comisario inspector para arriba”, explicó Fernández. Y desmintió las versiones sobre la posible renuncia del jefe de la Federal, Eduardo Prados.
Pero más allá de la depuración de la cúpula de la Federal, lo cierto es que el Gobierno está concentrado en el lanzamiento del plan de seguridad. Aunque aún falta cerrar una serie de detalles, la idea es potenciar el impacto del anuncio, de manera de emitir una señal de ejecutividad. Como parte de esta estrategia, Kirchner será el encargado de anunciar los lineamientos generales del proyecto, en su primera aparición pública desde que dos jueves atrás fue internado por una gastroduodenitis hemorrágica. “El Presidente está trabajando mucho, absolutamente activo”, dijo el jefe de Gabinete cuando lo consultaron por el estado de ánimo de Kirchner.