EL PAíS › RADIO PASILLO: LA INVASION
Misceláneas
La memoria de Oyarbide. La indignación de Alfonsín. Los tres compañeros del Nacional Buenos Aires. La discreción de Caselli. El apodo de De Mendiguren. Las mochilitas de Yoma. La precaución de Daer. El viajecito de Arslanian. La Picchio en el
Por Diego Schurman
Palabras que matan
La reunión había sido amable. Cada uno de los legisladores que integran la Comisión que Investiga la Fuga de Capitales en la Cámara baja comenzó entonces a realizar los saludos de rigor. El juez Norberto Oyarbide, a cargo del tema, no obvió ninguna de las dos formalidades: el apretón de manos con la derecha y la recepción de tarjetas personales con la izquierda. Se despidió uno, se despidió otro... hasta que llegó el turno del justicialista Eduardo Di Cola. El diputado cordobés estiró su diestra, pero inmediatamente, avergonzado, le regaló una disculpa al magistrado.
–Perdón, pero yo no tengo tarjetas como los demás –se excusó.
–No se preocupe diputado –arrancó Oyarbide sin soltarle la mano–, con un apellido como el suyo jamás me voy a olvidar.
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No te tenemos miedo
“Quién tuviera un par de submarinos, aunque sea para amenazarlos.” La frase no pertenece a un integrante de las FARC infiltrado en los piquetes. Ni siquiera a un partidario de Mohamed Alí Seineldín o a algún militar trasnochado. Fue pronunciada por Raúl Alfonsín en la jura de Leandro Despouy como auditor general de la Nación. Indignado, el ex presidente reaccionó así cuando se enteró de las declaraciones del secretario del Tesoro norteamericano, Paul O’Neill, sobre la situación argentina.
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Siempre fuimos compañeros
Todos los años Jorge Casaretto los reúne en la Casa de Ejercicios Monseñor Aguirre, en San Isidro. El viernes es el día de los hombres y el sábado el encuentro se amplía para esposas e hijos. Se habla de la vida cotidiana y de temas existencialistas y luego se oficia una misa. Pero en esas jornadas de reflexión, que no es más que la reunión de ex alumnos del Nacional Buenos Aires, clase 55, muchos se entusiasman creyendo ver el milagro delante de sus propias narices: cómo el ex ministro del Interior, el menemista Carlos Corach, y el abogado Ricardo Monner Sans, reconocido por sus denuncias contra funcionarios de la administración de Carlos Menem, comparten la misma mesa... y el mismo pan.
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Aunque no lo veamos...
Se mueve con sigilo. Y, aunque no se deje ver demasiado, Esteban Caselli siempre está. Lo que sucedió el último martes es un excelente botón de muestra. Esa jornada el secretario de Culto hizo doblete. Estuvo en cuerpo y forma en el acto del día por nacer, celebrado en Luján, junto a miles de fieles. Y por la noche, el estratégico funcionario de la Cancillería hizo honor a sus influencias al garantizar una masiva concentración de evangelistas en la Plaza de Mayo. ¿Críticas a Eduardo Duhalde? ¿Ataques certeros al Gobierno? Por supuesto que no. Los pastores llamaron a “orar por la Argentina” y a “dejar el egoísmo de lado en los tan graves momentos que está viviendo nuestro país”. Misión cumplida.
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Ni una sonrisa
La primera vez que lo escuchó de los legisladores fue en pleno Congreso. “Mendicurren”, le achacó José Luis Gioja a Ignacio de Mendiguren
El ministro de la Producción lo miró con cara de pocos amigos. Y enseguida el jefe de la bancada de senadores del PJ le aclaró que se trataba de una broma, de un apodo que, en un rapto de creatividad, el también senador Luis Barrionuevo imaginó para el funcionario. El tema parecía superado. Pero el “Mendicurren” se volvió a escuchar el miércoles, en Olivos, cuando senadores y diputados del PJ renovaron sus críticas al ministro, que después de la pesificación “no logró crear ni un puesto de trabajo”. Ahí Gioja, y también el diputado Humberto Roggero, no bromeaban.
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Todo concluye al fin
Hizo furor en Chilecito. Y, hay que reconocerlo, fue una excelente estrategia de marketing político. Durante años todos hablaban de él en La Rioja. Fue luego de repartir entre alumnos unas mochilas con útiles escolares y... una foto con su cara sonriente. Pero el emprendimiento de Jorge Yoma, realizado a través de la Fundación con Todos que está a cargo de su hermano, Mario Héctor Yoma, no pudo con la crisis. La devaluación hizo trepar al cielo el valor de las mochilas, que se traían del exterior, y por eso el senador justicialista deberá guardar su gesto altruista –por no hablar de propaganda política– para una mejor oportunidad.
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Mejor prevenir...
Entre los sindicalistas, los escraches han causado escozor e indiferencia casi en partes iguales. Los datos los aportan los mismos inquilinos de la CGT oficial. Cuentan que alguno, como el ex plástico y socio del Jockey Club, Jorge Triaca, mantiene su debilidad por la buena comida. Y hace algunas semanas se lo pudo ver, bien acompañado, degustando un sabroso plato en el restaurante La Cátedra, en Cerviño y Sinclair.Otro, como el ferroviario José Pedraza, parece decidido a abandonar su momentos de relax en Tabac aunque no los que pasa en Happening. Pero, según cuentan, el que decididamente manifiesta temor a la reacción de la gente es el jefe cegetista, Rodolfo Daer. A tal punto, que para su reciente viaje a Ginebra hizo todo lo posible para evitar el aeropuerto de Ezeiza, y cruzó en auto el charco para embarcar en Uruguay.
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Las olas y el viento
Abandonaron el deme dos. Pero no las bellas playas. Miami sigue siendo un lugar de descanso de algunos argentinos. Son los casos del ex cuñado de Carlos Menem, Emir Yoma, o hasta del justicialista León Arslanian. El ex ministro de Justicia de Carlos Menem y ex secretario de seguridad de Eduardo Duhalde hizo un viaje a los Estados Unidos con su familia. Pero, precavido, dejó que fuera su mujer, la jueza Isabel Poerio de Arslanian, la que diera su nombre a la hora de registrarse. Nadie sabe si fue por temor a un escrache de mar. En cambio, el que no se escondió de las miradas fue el exitoso empresario Aversa, uno de los ex socios de Freddo, que estudia abrir una sucursal de su nueva heladería, Pérsico –el nuevo emprendimiento que hoy lleva adelante en la esquina de Salguero y Cabello–, en la avenida Lincoln de South Beach.
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Ana no duerme
Después de todo, el corralito no es sólo un problema de los hombres de a pie sino también de las estrellas de la televisión. La semana pasada el juez Martín Silva Garretón, también famoso, pero por sus fallos anticorralito, dio lugar a un amparo presentado por el actor Guillermo Francella, quien recuperó sus depósitos. Esta semana, se promovió un amparo similar ante la titular del juzgado contencioso y administrativonúmero 8, de Clara María Do Pico. En este caso quien quiere recuperar sus dinero es la actriz Ana María Piccio, íntima de Evangelina Salazar, la mujer de Ramón “Palito” Ortega.
* Con Felipe Yapur
y José Natanson