DEPORTES › DUELO APARTE DE LAS DOS FIGURAS
Román y Tévez, mano a mano
Por Juan José Panno
Dos miembros del selecto club de fans de Mauricio Macri bajaban las escaleras de las plateas haciendo prensa a los gritos contra Juan Román Riquelme.
–Estoy contento por el pibe Tévez, que fue la figura –dijo el primer alcahuete.
–Y eso que Riquelme nunca le dio la pelota –agregó el segundo alcahuete.
–La gilada se come a Riquelme, pero no sabe nada –se dio manija el primero.
–Riquelme es un desastre y encima tiene el coraje de pelearse con el presidente –remató el primer chupamedias, ante la mirada de incredulidad de los vecinos de escalón, que bajaban rapidito, para escapar del frío, satisfechos con el triunfo.
Riquelme no jugaba desde la quinta fecha, en el partido contra Gimnasia. Ese día, lejos de su nivel, recién en el último cuarto de hora se metió el equipo al hombro y clavó con un cabezazo el 1-1. Cuatro días después se lesionó (distensión de ligamentos de la rodilla derecha) en un partido con el Wanderers uruguayo, por la Libertadores. Sin Riquelme, Boca perdió con River y con Lanús, y venció a Argentinos y Central.
A la vuelta del niño mimado, ayer se agregaba otro motivo de interés: la posibilidad de ver juntos a Riquelme y a la nueva estrellita, Carlos Tévez. Había un solo antecedente: el partido Talleres-Boca en Córdoba, que ganaron 1-0 los cordobeses; esa vez, la del debut, Tévez jugó de punta. Ayer, Tabárez armó un medio campo bien ofensivo con Pérez por la derecha, Tévez por la izquierda y Riquelme de enganche, unos metros más adelante.
La sola presencia de Riquelme achicó a Talleres y le dio otra fisonomía a su equipo, haciendo circular redondita y limpia la pelota. Lo más espectacular de la producción del 10 de Boca, a quien le falta velocidad pero no precisión, fue un tiro libre que se reventó en el travesaño. Tévez también se llevó los aplausos de la gente. Prolijo con la pelota, nunca hizo una de más y complicó al poblado fondo de Talleres.
Riquelme y Tévez, por circunstancias del juego, no se juntaron todo lo que los hinchas esperaban. Cuando se enganchen, cuando sintonicen la misma frecuencia, el poder ofensivo de Boca se va a multiplicar. Les guste o no a los alcahuetes de Macri.