EL PAíS › KIRCHNER DENUNCIO UN INTENTO DE EXTORSION DE LAS PETROLERAS
“Ellos taparon pozos que funcionaban”
En una charla con Paul Krugman, en la New School University, el Presidente sorprendió diciendo que estas empresas intentaron aumentar sus tarifas. Dijo que Repsol-YPF, a pesar de haber ganado 2600 millones de pesos, no hizo las inversiones necesarias.
Por Felipe Yapur
Fue prácticamente una charla de amigos. Y esto se notó durante toda la conferencia publica que brindaron el presidente Néstor Kirchner y el profesor de la Universidad de Princeton Paul Krugman. Ambos coincidieron a la hora de analizar la crisis argentina y la responsabilidad que le cupo al gobierno de entonces, a los organismos multilaterales de crédito y el futuro del ALCA y el Mercosur. El escenario sirvió también para debatir las causas de la crisis energética. Así, Kirchner no dudó en calificar como “una falta de respeto hacia la Argentina” la actitud de Repsol YPF, que, pese a haber ganado 2600 millones de pesos, no realizó inversiones debido a “la falta de reajuste de las tarifas” y denunció que tanto la petrolera como otras empresas que participan en el tema energético “nos quisieron extorsionar diciéndonos ‘dennos precio y nosotros les damos volumen’ de combustible”. La conversación, amena y distendida, provoco más de un aplauso que llegó hasta a sonrojar a los expositores.
La conferencia fue organizada por el Observatorio Argentina y se realizó en el auditorio de la New School University. Prácticamente desde el primer minuto se notó la buena relación y las coincidencias que existían entre ambos expositores. La presentación estuvo a cargo de Cristina Fernández de Kirchner, quien dijo que el encuentro era importante porque se había logrado reunir a un teórico de nivel mundial que trabajó y estudió las consecuencias del neoliberalismo y a un jefe de Estado que tiene que trabajar en la práctica para revertir de este modelo. Tras la presentación, Kirchner tomó la iniciativa para reconocer la exclusividad del rol de teórico que su esposa le otorgó a Krugman, pero aclaró que “yo no me resigno a conseguir el mismo rango”, dijo. La frase no solo generó sonrisas en el auditorio, sino que además sirvió para romper el hielo.
Varios fueron los temas que conversaron durante la hora y media que duró el encuentro, algunos fueron más trajinados que otros, pero en todo momento Kirchner se preocupó por demostrar que su gestión pretende un cambio de paradigma y no un mero maquillaje.
- Repsol y la extorsión. Fue casi al final de la charla cuando Krugman mostró una de las pocas diferencias que tiene con la visión del presidente argentino. El economista consideró un error el congelamiento de las tarifas de los servicios públicos y que esa era la razón por la que no hubo inversiones en el campo energético. Kirchner espero su turno. Realizó un corto relato con las causas de las privatizaciones y destacó la inexistencia de la obligación de invertir. Resaltó las pingües ganancias que obtuvieron en dólares, que se fueron del país. “Ahora se quejan de que no lo hicieron porque tuvieron pérdidas en los últimos dos años. Sin embargo, en el 2003 Repsol-YPF tuvo 2600 millones de pesos de ganancia. Nos quisieron extorsionar”, lanzó. No quedó allí la denuncia presidencial. Aseguró que la extorsión se tradujo además en “el taponamiento de pozos que estaban funcionando” para alcanzar sus propósitos. Krugman y el auditorio quedaron perplejos. Advirtió que la compañía optó por exportar gas a Chile por 20 millones de metros cúbicos diarios, “en vez de abastecer el mercado interno y nos llevó a que aplicáramos las leyes para corregir” la crisis que se generó.
Kirchner recurrió a la ironía al preguntarse por qué las empresas continúan en el país si es que “somos tan perversos por el precio del gas”. No esperó la respuesta de su interlocutor y dijo: “Siguen en la Argentina por los altos niveles de rentabilidad que tienen”.
De todas formas, Kirchner no quemó las naves y consideró que a partir de la llegada del socialista Jose Luis Rodríguez Zapatero al gobierno español la relación con la petrolera hispana puede mejorar.
- La convertibilidad y sus pesares. Kirchner reconoció que el programa que impulsó el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo trajo estabilidady algunos beneficios, pero remarcó que el punto de inflexión se produjo con las rebajas patronales que impulsó el gobierno menemista. “Esto se realizó gracias al apoyo y el incentivo del Fondo Monetario Internacional, que provocó una deuda que nos permitiría ingresar a los records del Guinness. Esto no fue todo, trajo incluso al entonces presidente a una asamblea anual para decirle que era el estratega de América latina. Pero ojo, el FMI no fue el único, también el cabe responsabilidad al Banco Mundial”.
Krugman fue un poco más allá. Coincidió a medias con el argumento que esgrime “la comunidad financiera” norteamericana para responsabilizar a la Argentina del default y que dice que el país está pagando sus pecados. Sin embargo, calificó de “visión extrema del liberalismo” el hecho de profundizar en el tiempo la convertibilidad. “Fue un principio no inteligente porque le puso una camisa de fuerza al crecimiento argentino, ya que al atarse al dólar se ató a los Estados Unidos, un país con el que no tiene intensas relaciones comerciales y además no comparte límites geográficos.” El economista no dejó pasar la oportunidad al sostener que todavía le sorprende el grado de adhesión y de credibilidad que tuvo la convertibilidad entre los argentinos.
- Bush, el ALCA y el Mercosur. Krugman tiró sobre la mesa la preocupación del tratado de libre comercio que impulsa el gobierno de George W. Bush, y que consideró como “un espejismo”. En cambio, el economista se mostró favorable a acuerdos más al estilo Unión Europea y que contemplan los valores, costumbres, cultura y mercados. En ese sentido destacó la importancia del MERCOSUR. Kirchner aprovechó entonces para recordar lo que en su momento le dijo a Bush cuando le pidió que acelerara los tiempos del ALCA: “Los Estados Unidos tiene que empezar a hacer negocios que no les den réditos de inmediato, sino en el largo plazo. Lo dije y Bush me miró absorto”. Krugman asintió pero el público prefirió acompañar con un aplauso.
- La deuda, Enron y la Argentina. El economista estadounidense sostuvo que una de las peores consecuencias de la crisis es la deuda externa argentina y le pidió al Presidente que la resuelva de la mejor manera posible. Si bien respaldó la quita que propone Kirchner, aseguró que debería “pagar mucho menos, prácticamente la mitad”. La respuesta de Kirchner llegó con tono de broma al señalar que la empresa norteamericana Enron, “que cayó en quiebra, paga 14 centavos por cada cien dólares que deben y a nosotros nos tratan de malos alumnos cuando proponemos pagar 25 de cada cien”. Todos, incluso Krugman, festejaron el recurso. No hubo tiempo para más, pero Kirchner pidió una segunda oportunidad para profundizar aún más el análisis. Fue allí que aprovechó para invitar al economista a visitar la Argentina. Krugman volvió a asentir.