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El escenario se repitió de manera casi idéntica. Las calles de la capital puntana volvieron a estar copadas por manifestantes. La marcha opositora, como todos los martes, fue encabezada por el movimiento de los Laicos Autoconvocados. A ellos se sumaron los docentes locales y los miembros de la Multisectorial opositora. Los organizadores evaluaron que hubo cerca de veinte mil participantes. Cifra similar a la concentración del jueves pasado. En esta ocasión la plaza que está frente a la Casa de Gobierno provincial fue nuevamente ocupada por los beneficiarios del Plan de Inclusión Social que respaldan al gobernador Alberto Rodríguez Saá. No hubo actos de violencia, aunque se temió por ellos. Los docentes deberán decidir hoy si levantan el paro por tiempo indeterminado y la Multisectorial volvió a llamar a otra marcha para el próximo jueves.
“Cada vez viene más gente”, comenta a Página/12 Norberto Tato Iglesias, uno de los dirigentes de la Multisectorial. La semana pasada todo hacía prever que las nuevas convocatorias no volverían a entusiasmar a tantos manifestantes. Algo que la concentración de ayer se encargó en desmentir. El acto de los Laicos se inició en el edificio del Correo, en una de las esquinas de la Plaza Pringles. En ese mismo momento, la otra plaza, la Independencia, estaba ocupada por los denominados “pico y pala”.
Los miembros de la Multisectorial se presentaron frente a la Policía Federal en la que dejaron un escrito por el cual pedían garantías para manifestarse. A esa altura tenían información de que en la plaza frente a la gobernación muchas personas se encontraban armadas. En esta ocasión, a diferencia del pasado jueves, la policía local puso vallas para evitar que las dos marchas se cruzaran. Así fue que los opositores decidieron evitar pasar por la plaza principal y desviaron su recorrido dos cuadras antes para volver a confluir en el Correo. Allí, en un escenario montado para la ocasión volvieron a cruzarse las banderas papales, las cruces, los estandartes con la cara del Che Guevara y los paños identificatorios de las distintas agrupaciones de la Multisectorial.
La movida del oficialismo fue interpretada como una provocación. Así fue que la oposición se comunicó con el ministro del Interior, Aníbal Fernández, para tener alguna garantía de que no habría incidentes. “Estas actitudes de Alberto Rodríguez Saá, lejos de promover un acercamiento o un entendimiento en paz, como al que se comprometió cuando se reunió con el obispo monseñor Lona, dividen a la sociedad”, afirmó la oposición a los Rodríguez Saá.
A las ocho de hoy comenzará la asamblea docente que deberá dar una definición sobre la propuesta negociadora del gobierno provincial. El principal dilema de los docentes es si mantienen o no su propuesta de paro por tiempo indeterminado, algo que parece difícil. Por lo pronto, las escuelas privadas y las escuelas católicas volverán a clase a partir de hoy. La suspensión de la medida de fuerza es un requisito planteado por el gobierno de Rodríguez Saá. Son muchos los padres que por las radios locales le reclaman a los docentes un cambio de actitud a fin de garantizar las clases de sus hijos. Discurso que en su momento fue enarbolado por Adolfo Rodríguez Saá y que ayer fue repetido por varios oradores en la plaza oficialista.
Para el oficialismo se trata de desandar los conflictos uno por uno. Una estrategia que ya comenzó con la Iglesia y los docentes. Le queda por enfrentar el diferendo municipal. Eso sí, para que se esfume el fantasma de la intervención federal, debe definitivamente poner un freno a las marchas callejeras que jaquean a su gobierno. Así se entiende la práctica de convocar a la plaza a los beneficiarios del Plan de Inclusión Social. En esta ocasión, los pico y pala, que concurrieron con sus herramientas de trabajo, dijeron a los medios locales que fueron llamados para conmemorar el día del Himno Nacional. De paso, claro, para apoyar al Alberto. Noparece que a las plantas de los Rodríguez Saá en estos momentos haya rendido un león.