EL PAíS › CREACION DE UNA EMPRESA ESTATAL,
RETENCION A EXPORTACIONES Y MUCHAS OBRAS
Plan del Dr. K para recuperar la energía
Néstor Kirchner volvió a dejar en claro a quién considera responsable de la crisis: los empresarios. Serán los que paguen los costos de la solución, con la suba de retenciones. Ambicioso plan de obras de cinco años y una herramienta clave: la empresa estatal de energía.
El Gobierno lanzó anoche una batería de medidas para enfrentar el duro trance de la crisis energética, las carencias en materia de infraestructura y la incapacidad –hasta aquí– del Estado para tener un rol más activo en el mercado de hidrocarburos y energía. La creación de una empresa estatal con múltiples funciones, Energía Argentina SA, un plan quinquenal de inversiones por 11.150 millones de pesos y la aplicación de retenciones adicionales a las exportaciones de petróleo, nafta, gasoil, propano, butano y GLP fueron los puntos más altos de la presentación que se hizo en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno. El aumento de las retenciones a naftas y gasoil (de 0 a 5 por ciento), al gas licuado de petróleo (de 5 a 20) y al petróleo crudo (de 20 a 25) había sido anticipado por Página/12 dos fines de semana atrás. Néstor Kirchner volvió, en su discurso, a advertir que son las petroleras las responsables originales de esta crisis, por no haber hecho las inversiones necesarias. “Si hoy subimos las retenciones es porque hay responsabilidad de los empresarios, y como no queremos ver más este partido desde la tribuna, ahí está la empresa energética” estatal para tener una participación más activa.
El anuncio de las obras de terminación de la central nuclear Atucha II, con una inversión de 1400 millones de pesos, provocó una ovación de parte de un grupo de empleados de la Comisión Nacional de Energía Atómica mezclados entre el público e invitados. Paralizado hace una década y media, el proyecto de finalización de Atucha II apunta a una sustancial transformación de la matriz energética, buscando salir de la excesiva dependencia del gas como fuente de generación. La puesta en perspectiva de la realización de Atucha II tracciona, además, la reactivación de una planta productora de agua pesada y de dos yacimientos de uranio, insumos del proceso de generación nuclear.
Tal cual se había anticipado, también se encararán las obras necesarias para la terminación de Yacyretá a la capacidad de potencia originalmente prevista. Pero, además, el secretario de Energía anunció que se revisarán los proyectos existentes de construcción de nuevas centrales hidroeléctricas de más de 400 Mw de potencia, incluidos los emprendimientos binacionales de Garabí (con Brasil) y Corpus Cristi (Paraguay). Entre ellos, se seleccionarán los tres o cuatro más rentables para ser encarados, señaló Cameron.
El ambicioso plan de infraestructura, que incluye numerosas obras de ampliación y construcción de gasoductos, y de mejoramiento y extensión del tendido de la red de transmisión eléctrica (ver detalle en página 4), tendría un costo total de 11.148 millones de pesos, a ser erogados en los próximos cinco años. Con respecto a su financiación, Néstor Kirchner, mirando de frente a los directivos petroleros sentados en la primera fila del Salón Blanco, les dijo: “Señores empresarios: en la Argentina se acabó el tiempo en que el hilo se corta por lo más delgado; si hoy subimos las retenciones es porque también son responsables (de la falta de infraestructura) los que no supieron prever las necesidades”.
Inmediatamente aludió a la creación de la empresa estatal de energía, apuntando que desde el Estado “no queremos más mirar el partido desde la tribuna”. Julio De Vido, ministro de Planificación, al describir cómo será la nueva empresa, señaló que “contará con capital mayoritario del Estado nacional, participación de las provincias y del sector privado”. La empresa se constituirá a través de un proyecto de ley que será enviado al Parlamento en los próximos días. El Estado nacional retendrá el 53 por ciento de las acciones, que serán intransferibles, mientras que a las provincias (sean o no petroleras) se les asignará un 12 por ciento. El 35 por ciento restante le será ofrecido al sector privado en el mercado de capitales.
Durante el acto de lanzamiento del Plan Energético Nacional estuvieron, además del presidente de Petrobras Energía, Alberto Guimaraes, el ministro de Energía y Minas de Venezuela, Rafael Ramírez, y el titular de RepsolYPF, Alfonso Cortina. El primero habló, haciendo alusión a las inversiones comprometidas en TGS, de la que la brasileña es principal accionista y operadora. Los directivos de Repsol YPF, pese a que habían mantenido una reunión a solas con Kirchner poco antes del evento, para ratificar su plan de inversiones en el país, mantuvieron un perfil bajo en el acto, como manteniendo cierta distancia.
Afirmado en la contundencia de los anuncios, Kirchner cerró el acto con un discurso de fuerte tono político y lenguaje desafiante hacia las empresas. “Voy a hablar con absoluta sinceridad: si la Argentina hoy tiene crisis, es porque no se han generado las inversiones, y los responsables han sido las empresas”, disparó de entrada. “Se echan las responsabilidades unos a otros; vienen y me dicen ‘yo invertí’ y me muestran los números suyos y del resto del mercado”, dijo en alusión al argumento de Repsol YPF, a la que no nombró pero con cuyos directivos había estado reunido unos minutos antes. También aludió al conflicto con Chile por las exportaciones de gas. “No es culpa nuestra que hayan asumido compromisos de exportación que no pudieron cumplir”, señaló. Y se atajó de los ataques que pueden seguir llegando: “No me van a hacer retroceder la presión pública ni los lobbies”.
Le dejó un párrafo final a un tema muy sensible para la población pero raramente abordado en las discusiones entre autoridades y empresarios: el gas en garrafas, combustible de casi cinco millones de hogares sin acceso a la red de distribución de gas natural. “Espero que haya comprensión y se tenga un precio adecuado para el GLP. Nosotros dimos un paso”, dijo en alusión a la suba de las retenciones, que debería incidir en una baja en el precio para el mercado local (ver nota aparte), “ahora espero que ustedes den otro: no me hagan dar a mí el siguiente”, advirtió. El Gobierno, según trascendió, se reservó como arma la declaración de la distribución del gas en garrafa como servicio público, lo que lo llevaría a un régimen de regulación. Es el paso que Néstor Kirchner está dispuesto a dar, si lo obligan.