EL PAíS › EL MINISTRO DE LA CORTE REGRESA MAÑANA DE URUGUAY
Volver con la frente marchita
Adolfo Vázquez admitió que se entrevistó con el presidente de Uruguay, Jorge Batlle. Dijo que no pidió asilo político sino que hizo “un tanteo de la situación” porque se siente perseguido por el juicio político.
@Con la frente marchita, el juez de la Corte Suprema Adolfo Vázquez regresaría mañana de Uruguay. Como el gobierno de Jorge Batlle se negó a darle asilo político, el magistrado trató ayer de restar trascendencia a sus gestiones en Montevideo y dijo que sólo fue a hacer “un tanteo de la situación”. Sus compañeros supremos se preguntaban “con qué cara” va a entrar a la reunión plenaria del martes próximo. Mientras tanto, la Secretaría Penal del alto tribunal recibió los primeros datos en un sumario administrativo que abrió para verificar la denuncia del cortesano menemista sobre el atentado que sufrió cuando viajaba el miércoles último en un auto oficial por la Panamericana.
Vázquez dijo que no hizo un pedido formal de protección diplomática al gobierno uruguayo y que en realidad había viajado para el cumpleaños de su hija, pero aprovechó para ver al presidente. En la Corte, sin embargo, mucho antes circulaban rumores de que estaba estableciendo contactos con autoridades vecinas. El juez relató que el encuentro con Batlle consistió en “un análisis” y que él explicó que venía sufriendo una serie de amenazas. “Me dijo que entendía que en la Argentina están funcionando las instituciones, pero que sí reconocía que había un amplio problema con la seguridad pública y con la colectiva”, contó Vázquez. Pero el mismo jueves de su visita, el canciller de Uruguay Didier Opertti fue contundente al afirmar que había ido a pedir asilo y que se lo negaban porque “no hay una persecución política, efectiva, real”, fueron sus palabras.
Según anunció el abogado del supremo, Virgilio Loiácono, su defendido volverá al país mañana para preparar su defensa ante el Senado, donde podría presentarse el miércoles o enviar sus argumentos por escrito. Ese día expondrán la acusación tres representantes de la Comisión de Juicio Político de Diputados. “No tiene nada de qué esconderse, siempre se presentó”, señaló el letrado de Vázquez.
Insistente, Vázquez volvió a atacar al gobierno de Néstor Kirchner al referirse a los balazos al Peugeot 405 que el miércoles lo trasladaba desde Pilar, donde había ido al cementerio por el aniversario de la muerte de su esposa. Culpó a “grupos o células perfectamente entrenadas que tienen los organismos” estatales. “Es muy pesado pelear contra un gobierno entero”, se quejó. “Es lo mismo que usted esté peleando con una bandera contra un tipo que, enfrente, tiene ametralladoras, cañones, tanques, submarinos. El Gobierno tiene la prensa, tiene los servicios, tiene los medios económicos, tiene un Congreso subordinado”, dijo.
Por cuarto día consecutivo, arremetió otra vez contra el titular de la Corte, Enrique Petracchi, a quien acusa de su juicio político y de haber llegado a presidente del tribunal “porque arregló con el Gobierno”. Petracchi ya le contestó en una carta pública, el miércoles. Sostuvo que “deshonró” a la Corte. Algunos supremos estuvieron evaluando sancionar a Vázquez de algún modo, algo que habrían descartado porque no tienen facultades disciplinarias para eso.
Lo que hizo la Corte fue abrir un sumario administrativo en función de la denuncia que hizo Vázquez sobre el atentado, independientemente de la causa que lleva el juzgado federal de Zárate-Campana. La excusa para hacer esta investigación es que el vehículo que utilizaba es un bien del Estado –y ahora tienen que reclamar el seguro–, que también llevaba un chofer asignado al tribunal y que el magistrado iba con una de las secretarias de su vocalía. Pero lo que se busca, también, es verificar lo ocurrido.
El secretario Esteban Canevari ya le tomó declaración al conductor. Aunque dijo que él no advirtió el momento en que impactaron las balas, el resto de su relato coincidió con el de Vázquez. Contó que detuvieron la marcha y que ahí vieron dos orificios, uno en el baúl y otro en la puerta izquierda trasera. La secretaria aún no declaró. Una pericia balística de la Policía Federal entregada ayer determinó que se usó un arma calibre 38, pero el informe no profundizó detalles como, por ejemplo, si los disparos se efectuaron en movimiento. Ahora el Peugeot será sometido a nuevos peritajes más amplios en la causa que instruye el juez FedericoFaggionatto, donde se investigan desde la posible intimidación y la tentativa de homicidio hasta la hipótesis de un autoatentado.