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Hoy comenzará a definirse la suerte del gobernador entrerriano Sergio Montiel. A las 18, la Cámara de Diputados de la provincia, si tiene quórum, deberá decidir si le inicia juicio político. Montiel denunció que el impulso de la medida en su contra “es una verdadera sedición que conjuga intereses políticos para romper y quebrar las instituciones”. De paso precisó que “de seguir adelante, la iniciativa significaría la ruptura del respaldo del radicalismo a la gestión del presidente Eduardo Duhalde”. La advertencia se suma a la amenaza que había lanzado días atrás sobre la posible renuncia de Raúl Alfonsín a su banca si prosperaba su enjuiciamiento.
El alerta del gobernador de Entre Ríos, encontró ayer su eco en el Congreso nacional. El bloque de senadores radicales condicionó su apoyo al gobierno de Duhalde a que “se le garantice a cada provincia el goce y ejercicio de sus instituciones” y que “se abandone definitivamente la vocación hegemónica que han exhibido” algunos sectores del PJ. La posición de los senadores quedó reflejada en un comunicado de prensa que llevó la firma del titular del bloque, Carlos Maestro. Los radicales ya habían llevado su reclamo por la embestida que viene sobrellevando Montiel hasta los propios oídos de Duhalde. Incluso repiten que el Presidente habría dicho que “no sabe qué hacer en esa pelea entre (el senador) Jorge Busti y Montiel”.
El vocero presidencial, Eduardo Amadeo, aseguró que “el gobierno nacional no intervendrá en el proceso” y evaluó que “hay que asegurar que funcionen adecuadamente las instituciones”. Mientras el vocero del Presidente mostraba su apego a los mecanismos legales, el diputado provincial por la UCR, Hernán Burna, denunció haber sido presionado durante el fin de semana por el ex presidente Raúl Alfonsín, quien le habría reclamado “disciplina partidaria” para rechazar el pedido de juicio a Montiel.
Busti salió al cruce de los radicales y no dudó en sostener que en torno del juicio político al gobernador entrerriano hay “una reacción desmesurada de Alfonsín y de la UCR”. El senador peronista rechazó que el tema pudiera ingresar en la agenda nacional o que devenga en una eventual intervención federal a la provincia”.
El presidente de la Cámara de Diputados provincial, Julio Rodríguez Signes, subió otro escalón en la confrontación al señalar que Montiel “no supo modificar su gestión a tiempo por lo que ahora el destino de la provincia esta jugado y el panorama es muy grave”.
Aunque el caso del gobernador entrerriano es el que más preocupa a los radicales, no es esta la única provincia en la que denuncian que son apretados por sus socios peronistas. “Si bien Entre Ríos es un caso límite, en Catamarca, Oscar Castillo viene sufriendo el hostigamiento de Luis Barrionuevo; en Río Negro, Pablo Verani sufre la constante protesta de los gremios y en Corrientes Ricardo Colombi también tiene sus problemas”, comentaba ayer a Página/12 un destacado dirigente radical.
Para explicar la conducta de sus socios, el radical sostiene que “el peronismo tiene una mirada cuando está en el llano y cierto prisma autoritario cuando llega al poder”. Paradojas del destino, que los lleva a sufrir lo mismo que ayudaron a construir. Y así lo dejaron en claro en su comunicado: “Nuestra adhesión al acuerdo parlamentario implícito sólo tiene sentido si preserva la vigencia de las instituciones y cualquier intento en la dirección contraria, lo único que logrará será el debilitamiento del gobierno nacional y el riesgo cierto de pérdida de la democracia y de la libertad de los argentinos”, amonestaron.
En el bloque radical se apuran en señalar que la advertencia no tiene plazos. “Vamos a ver que pasa ahora con Montiel”, afirmó ante este diario un miembro del bloque cuando se le preguntó cuáles serían los próximos pasos que estarían dispuestos a dar si es que el peronismo no modifica su embestida contra el gobernador entrerriano. Por las dudas aclaró que”están tratando de destituirlo por errores administrativos y no por haber cometido algún delito”.