EL PAíS › ARGÜELLO, CANDIDATO A VOCERO
Un hombre “versátil”
“Faltan voces que defiendan al Gobierno”, es un argumento que se escucha últimamente en la Rosada. Con los voceros habituales llamados a silencio –el ministro del Interior, Aníbal Fernández, tiene que lidiar con la seguridad y el clima post Blumberg– o con un perfil más bajo, en Balcarce 50 están buscando un nuevo “gladiador mediático”. Aunque el candidato aún no está definido, algunos colaboradores del Presidente ya pensaron en un nombre: el diputado Jorge Ar-güello, titular de la Comisión de Relaciones Exteriores y viejo conocido del peronismo porteño. En su carrera política, Argüello apoyó a Carlos Grosso, Carlos Menem, Gustavo Beliz, Domingo Cavallo y Eduardo Duhalde. Hoy defiende a Néstor Kirchner, a quien acompañó en sus viajes al exterior. El año pasado participó de la campaña de Mauricio Macri y fue electo por ese partido. Luego se pasó al bloque del PJ aunque no reniega del macrismo.
Argüello comenzó a militar en la Facultad de Derecho de la UBA, donde conoció al hoy jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y al flamante secretario de Seguridad, Alberto Iribarne. Desde aquellos días conserva una intacta amistad con ambos. Su llegada a la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores estuvo precedida por rumores de que ese puesto sería ocupado por el santacruceño Daniel Varizat o el kirchnerista Miguel Bonasso. Pero tras la presión del PJ bonaerense, que no aceptó esos nombres, Ar-güello desembarcó por descarte. No fue la primera vez que tuvo suerte para los cargos: electo concejal en el ‘87, dos años después fue nombrado presidente del Concejo Deliberante gracias a un acuerdo con la UCeDé y el PI. Después fue legislador porteño y diputado nacional.
Por esos tiempos, Argüello solía hacer afirmaciones tajantes: “Menem no es liberal ni conservador, es peronista. Las banderas del estado de justicia que impulsaron el surgimiento del peronismo, tienen en la actualidad mayor vigencia que nunca”, dijo en junio del ‘90. Como pronosticador no tuvo demasiada suerte: “Creo que Duhalde va a ser presidente de la República”, aseguró en febrero de 1999. En marzo de 2002 fue imputado de enriquecimiento ilícito. Ocho meses después la Cámara del Crimen revocó el procesamiento. Una constante de su trayectoria fue apoyar a candidatos que luego perdieron elecciones: le sucedió con Duhalde, con Cavallo en 2000 y con Macri el año pasado.