EL PAíS › EL TITULAR DEL FONDO HIZO UN GUIÑO A LA ROSADA

El FMI, optimista por un rato

Una de cal y otra de arena. El tira y afloje permanente. Esa es la lógica del Fondo Monetario. Ayer, el titular del organismo, el español Rodrigo Rato, se manifestó “optimista” acerca de la posibilidad de que la Argentina pueda salir del default antes de fin de año.
“La Argentina tiene una oportunidad de normalización. Lo que se necesita es que el plan macroeconómico se combine con un acuerdo para reestructurar la deuda”, afirmó Rato. “Yo soy optimista. Y si el problema se resuelve a fines del 2004, lo habremos hecho en dos años, lo que sería una solución rápida”, dijo, en declaraciones al periódico italiano Il Sole 24 Ore.
Según anunció esta semana Roberto Lavagna, el canje de viejos títulos en default por nuevos bonos, en el marco de la oferta de reestructuración presentada por el Gobierno, se iniciaría el 29 de noviembre y cerraría el 17 de enero.
El plan es emitir tres tipos de bonos, con plazos de entre 30 y 42 años, para intercambiar entre las más de 170 clases de títulos emitidos antes de diciembre del 2001 y hoy están desperdigados por todo el mundo. En otras palabras, con la operación, el Gobierno se compromete a emitir nueva deuda por hasta 41.800 millones de dólares contra los 81 mil millones dólares en bonos en default.
El lunes pasado, la administración Kirchner envió los detalles de la oferta para reestructurar la deuda privada a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC, en inglés). Y ayer hizo lo propio ante las autoridades bursátiles de Alemania y Luxemburgo, con lo cual cumplió con los requisitos legales para que el canje de deuda pueda realizarse también en Europa.
“Esta es una reestructuración para ser cumplida, combinando el cumplimiento de obligaciones con el exterior, con crecimiento de la economía, junto a una reducción del desempleo y la pobreza en la Argentina”, aseguró el ministro Lavagna, durante el coloquio de IDEA (ver página 3).
Sin embargo, el economista de la Cepal Daniel Heymann advirtió que el 3 por ciento del PBI que se destinará al pago de la deuda “es una meta exigente”. “Las propuestas que hablan de que se debe destinar para el pago de la deuda entre el 4, 5 y 6 por ciento, sólo son números en planillas. Un 3 por ciento del PBI es de por sí un nivel elevado”, sostuvo Heymann.
Aun así, para el experto de la Cepal “vale la pena” hacer el esfuerzo: “Indudablemente la deuda se debe pagar, porque en el marco de la solvencia fiscal es muy importante mantener la solvencia externa”, afirmó.
Luego comparó la solvencia fiscal con “el volante tapón en el fútbol, ya que quita la pelota, ordena el equipo y la entrega a los habilidosos”.
Pero no dijo quiénes eran los “habilidosos” de la política económica oficial.

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