EL PAíS
El intruso que no llegó a entrar en la Casa Rosada
Un joven trepó sobre las vallas y avanzó a la explanada por la que ingresa el Presidente. Fue detenido. Hace un mes, un desconocido paseó durante tres horas por la quinta de Olivos.
El joven trepó sobre las vallas de la calle Rivadavia y avanzó hacia la Casa Rosada. Despreocupado, se abalanzó hacia la explanada por la que el Presidente ingresa todos los días a la sede del Gobierno. La temeraria acción no duró demasiado. Enseguida llegó un pequeño tumulto de policías y granaderos que rodeó al desconocido y lo detuvo, para luego trasladarlo a la comisaría 2ª de la Federal. El intruso aparentaba treinta años y no tenía documentos. Según la policía, “tenía problemas para hablar” y parecía “boliviano o peruano”. En la Rosada no le dieron importancia al episodio. Sin embargo, el incidente hizo recordar a un hecho similar, cuando otro intruso no pudo con su curiosidad y saltó por la pared de la quinta de Olivos. Ayer se cumplió un mes y un día de aquel episodio, sin que se hayan producido avances en la investigación.
El episodio de ayer sucedió a las 11.30, en pleno horario laboral, cuando la intersección de Rivadavia y Balcarce suele estar poblada por una fauna diversa de oficinistas y turistas extranjeros. Entre estos personajes cotidianos surgió el desconocido que intentó entrar a la Rosada. La policía y los granaderos lo interceptaron antes de que llegara a la puerta de la explanada. Al momento de la detención, el intruso no tenía documentos. A última hora de ayer, en el Departamento de Prensa de la Federal no tenían información sobre su identidad. Tampoco tenían detalles del incidente. Sin embargo, el suceso no alteró los ánimos de los ocupantes de la Secretaría General de la Presidencia, que se encarga de la seguridad de Néstor Kirchner.
“Era una persona que no estaba en sus cabales”, minimizaron en la Rosada. Igualmente, los funcionarios informaron que el episodio quedará en manos de la Justicia. A pesar de la tranquilidad con que fue tomado cerca del Presidente, el hecho sumó un nuevo capítulo a la saga de extraños descuidos en la seguridad de Kirchner. El tema interesa tanto al Gobierno que el ex viceministro bonaerense Marcelo Saín dejó la Unidad de Información Financiera del Ministerio de Justicia para crear un nuevo cuerpo de guardaespaldas del Presidente. El miércoles, Página/12 reveló la novedad e informó que la fuerza de elite tomará como modelo el servicio secreto estadounidense, que protege a George W. Bush de las antipatías globales.
Con el incidente de ayer, los dos edificios presidenciales –la Rosada y la quinta de Olivos– ya cuentan con su capítulo del intruso. El segundo caso fue mucho más grave porque el desconocido que saltó la pared de la calle Villate, en Olivos, estuvo tres horas recorriendo el jardín de la quinta sin poder ser identificado. El suceso está siendo investigado por el juzgado federal número 1 de San Isidro, a cargo de Juan Manuel Culotta. Hasta ahora, las únicas pruebas que podrían aportar a la investigación son la huella de la palma de una mano y otra huella de un dedo. Fuentes del juzgado aseguraron a la agencia Télam que esas marcas sólo servirán si el misterioso visitante de Olivos cuenta con antecedentes en el Registro de Reincidencias.
Por el juzgado de Culotta ya desfilaron el teniente coronel Darío Abraguin, quien fue suspendido luego del incidente de hace un mes, y el encargado del Centro de Operaciones Técnicas, Antonio Urregola. En la causa, además, aseguran que es imposible comprobar si alguien desactivó las alarmas porque el dispositivo de seguridad de Olivos tiene una memoria “limitada”. “No hay ningún nuevo sospechoso”, informaron desde el tribunal.