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El secretario de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Alfredo Stern, salió a responder las acusaciones sobre mal funcionamiento del sistema de emergencias durante la noche del incendio de República Cromañón. “Estamos muy conformes con el trabajo en la emergencia. Hay que hacer algunos ajustes, pero el resultado es positivo: de los 530 pacientes internados a partir de esa noche fueron nueve los que fallecieron dentro del sistema en que se operó”. Asimismo, respondió a las críticas acerca de que su área no utilizó cámaras hiperbáricas para el salvataje de todas las víctimas. “El uso de cámaras siempre estuvo garantizado, pero (ese tratamiento) no es la seguridad absoluta y cuando no está indicado por el médico, su uso está contraindicado”, afirmó a la vez que precisó que 24 fueron los jóvenes que se salvaron por esa herramienta sanitaria.
–Ante las críticas que se le hicieron al SAME y a la operatividad del sistema sanitario ¿cree que se debe hacer algún ajuste?, preguntó Página/12.
“El SAME se evalúa constantemente –respondió–. Repasa y revisa su servicio para tratar de mejorar. A las críticas no las reconozco y no estoy de acuerdo, porque muchas fueron hechas por personas que estuvieron sentadas en su casa mirando el recorte que la TV hacía del incendio. Creo que responden a una intencionalidad política o a la forma que tenemos como sociedad de culpabilizar, incluso, a quien nos ha solucionado el problema”.
El funcionario agregó otra autocrítica: “Hay que reconocer que la identificación de los pacientes no fue del todo efectiva. Pero ante la urgencia, los médicos siempre preferimos ‘atender’ antes de ‘identificar’”. Por ello, sostuvo, “estamos elaborando un mecanismo para que por cada efector haya un asistente encargado de la identificación del paciente” a fin de que pueda ser hallado a la brevedad por su familia.
El tema al que el funcionario le dedicó más explicaciones fue el que surgió durante la sesión de interpelación a Aníbal Ibarra cuando la macrista Soledad Acuña preguntó sobre el uso de cámaras hiperbáricas. “Una persona no puede decir ‘quiero que me metan en una cámara hiperbárica, porque eso debe ser absolutamente determinado por los médicos luego de la elaboración de un algoritmo de diagnóstico, que es algo así como una serie de procedimientos a seguir. Hay que hablar con fundamentos y experiencia, y no sacar provecho político del dolor ajeno. Hubo muchos directores de hospitales que se ofendieron por esas críticas”, enfatizó Stern.