EL PAíS › ALBERTO FERNANDEZ MEDIO EN EL CONFLICTO BONAERENSE
Hubo fumata en la provincia
Felipe Solá fue a ver al jefe de Gabinete. Llamaron a Duhalde. Ahora, con condiciones, se aprobará el veto al Presupuesto.
Por Miguel Jorquera
La inesperada mediación de Alberto Fernández logró un principio de acuerdo en el dilatado enfrentamiento del PJ bonaerense por el presupuesto provincial. En diálogo directo con Eduardo Duhalde y Felipe Solá, el jefe de Gabinete destrabó las estancadas negociaciones para arribar a una solución institucional que se sellará en la Legislatura provincial durante la sesión prevista para mañana: el duhaldismo finalmente aceptará el veto del gobernador a la Ley de Presupuesto modificada por los legisladores, salvo el punto referido a la adhesión de Buenos Aires al Programa de Financiamiento Ordenado que el gobierno de Néstor Kirchner necesita para afrontar la intrincada negociación con el FMI y que liberará el flujo de dinero que la provincia debe recibir del Estado nacional. Desde ambos bandos se aseguró que “no se habló” de la disputa partidaria.
Todo comenzó ayer a la mañana, cuando Felipe Solá concurrió a la Casa Rosada para pedirle a Alberto Fernández que colaborara para solucionar la pelea abierta en el justicialismo bonaerense que llevó a un conflicto institucional entre el Ejecutivo y la Legislatura provincial por la Ley de Presupuesto.
La mediación que había iniciado José María Díaz Bancalari a pedido de Kirchner se había estancado por la enfermedad que afectó al titular del PJ de la provincia la semana pasada. Fernández se comunicó telefónicamente primero con Díaz Bancalari para anunciarle su participación en el conflicto y al menos unas seis veces con Duhalde, a lo largo de toda la jornada, hasta que los hombres del ex presidente que aguardaban reunidos en la sede porteña del Banco Provincia dieron el visto bueno al acuerdo.
El principio de solución requirió de concesiones de ambos lados. Los diputados duhaldistas (mayoritarios en el bloque justicialista) aprobarán el veto total de Solá a la Ley de Presupuesto –en la que la Legislatura le cercenó al gobernador facultades de cambiar el destino de las partidas previamente asignadas y el nombramiento de 14 mil nuevos empleados– salvo uno de los artículos: en el que se establece que la provincia adhiere al Programa de Financiamiento Ordenado (PFO), con el que el gobierno central controla el gasto provincial y gira dinero líquido a los distritos.
De esta forma, el duhaldismo, que criticó duramente el veto de Solá por “entorpecer la gestión del gobierno nacional”, no saldrá tan golpeado al ceder ante el reclamo de la aprobación del veto que hacía el gobernador. Una preocupación que el duhaldismo había expresado ante Díaz Bancalari para que no haya “ni vencedores ni vencidos” ante la opinión pública y el frente interno en la disputa partidaria. Este aspecto fue seguido de cerca por la plana mayor del duhaldismo, que ayer estaba reunida en la sede capitalina del Bapro, entre ellos la vicegobernadora Graciela Giannettasio, el presidente de la Cámara de Diputados, Osvaldo Mércuri, y el presidente de la bancada justicialista, Juan Garivoto.
Del lado del gobernador, que también había responsabilizado a sus contrincantes por la falta de adhesión de la provincia al PFO, estaban conformes. “Necesitamos el presupuesto para poder gobernar”, se justificaban los hombres de Solá ante este diario. Después de que diputados acepte el veto de Solá al presupuesto, el Senado lo transformará en ley el jueves. Entonces el Ejecutivo volverá a girar el proyecto a la Legislatura, donde el duhaldismo ejecutará las condiciones que impuso en el acuerdo surgido ayer: todos los ministros tendrán que ir a dar explicaciones y justificar los gastos provinciales, a los que seguramente impondrán diversas formas de control.
Ambos contendientes aseguraron que en el acuerdo sólo se pactó cómo destrabar el conflicto institucional y que “en ningún momento se habló de la interna partidaria”, para muchos la clave de la confrontación. Sin embargo, este será el principio de un acuerdo que llevará implícitas otras negociaciones. Entre ellas, qué pasará con el aumento de 33 millones al presupuesto de la Cámara que el felipismo denunció como “caja negra de lapolítica” para la interna partidaria de este año. Al menos por ahora se ha firmado la paz pero el conflicto sigue latente.