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La familia bonaerense:
La interna Solá-Duhalde llegó a la cadera de la tía Josefa de Duhalde. La mujer, de 95 años, sufre problemas de huesos producto de la osteoporosis. Y realizó un trámite en IOMA para que la operen, lo que significa además conseguirle una prótesis importada. Y aquí comienzan los problemas: aparentemente, por razones de “expectativas de vida”, el Instituto de Obra Médico Asistencial que conduce Alberto Javier Mazza, un hombre del felipismo, se niega a conseguir la prótesis, lo que llevó a la propia Chiche Duhalde a gestionar el trámite para comprarla. Pero le hicieron saber que nada será sencillo y que lo mejor sería que el padrino político de la paciente hable con el padrino político del titular de IOMA. O sea, para solucionar el problema de la tía Josefa quieren que Duhalde hable con Solá.

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Puntada con hilo:
La complicada tarea de recolección de firmas para convocar al plebiscito que definirá la continuidad de Aníbal Ibarra en su cargo obligó al gobierno porteño a poner el pie en el acelerador. Por eso, en los últimos días el jefe de Gabinete de la Ciudad, Raúl Fernández, escuchó con placidez cómo Jorge Giorno, del Partido de la Ciudad, se comprometió a recibir de la Justicia el equivalente a 200 mil firmas en planillas. La idea es que entre el miércoles y el jueves Giorno piensa ponerse en campaña para hacerle un favor a Ibarra, aunque seguramente pensando en su propio futuro, ya que es conocida su ambición de convertirse en legislador nacional.

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El llamado de la semana:
Desde hace un par de meses que está en Oxford, alejado de la maquinaria que busca revivir a Carlos Menem. Y no es que a Carlos Corach no le interese lo que sucede con su jefe político o con la realidad local. Al contrario, rigurosamente realiza un contacto semanal a la Argentina con una fuente que le cuenta los pormenores de la coyuntura nacional, y sobre todo los pormenores judiciales. Es que el misterioso interlocutor del ex ministro del Interior es Mariano Cúneo Libarona, su abogado defensor y quien intenta desvincularlo por todos los medios de la causa AMIA. No lo dice, pero Corach está preocupadísimo con la evolución de la causa.

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Camperas de cuero:
Se lo vio en el cementerio, acompañando los restos de Pappo Napolitano. Y muchos se preguntaron las razones. Pero entre Corcho Rodríguez y el fallecido guitarrista existía un vínculo comercial y pasional. El ex marido de Susana Giménez no sólo fue el productor del último CD del músico, sino que además compartía con él la pasión por las motos. Claro que el Corcho no disfruta de su Harley Davidson por la ruta 5 a Luján sino que lo hace en Punta del Este o en las carreteras de Miami junto a Hugo Franco, el inefable ex funcionario menemista devenido en adolfista (por Rodríguez Saá). Ambos, ceñidos de camperas de cuero, también han sabido compartir programas con otro motoquero de ley, como el fallecido Rodolfo Galimberti.

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Socializándose:
El que le pidió una definición fue el secretario de Comunicación de la Nación, Guillermo Moreno.
–¿Vos qué sos? –le preguntó el funcionario a Daniel Hadad durante la cena de gala ofrecida al jefe de Gobierno español, José Luis Zapatero.
–¿Yo? Yo soy progresista –le respondió el dueño de Canal 9.
–¿Vos progresista? –no le creyó Moreno.
–Sí, los liberales somos progresistas –insistió.
–No, no. –interrumpió el secretario de Medios, José Albistur–. Tenés que definirte en serio.
–¿Definirme?
–Sí –insistió Albistur.
–Bueno, yo soy socialdemócrata –se despachó Hadad, lo que definitivamente decidió a los comensales a no seguir con el tema.

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Bidet:
Estuvo de vacaciones en un hotel coqueto pero austero de Miramar, que no contaba con piscina. Y pasó desapercibida hasta que un día reclamó por el agua del bidet. Recién después la premiada abogada María José Lubertino –recordada cuando, como legisladora radical porteña, se fotografió dando de mamar a su hijo en el recinto– acercó las explicaciones del caso: necesitaba refrescar a su hijo y quería hacerlo allí y no en otro lugar.

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Creer o reventar:
Hay quienes piensan que Daniel Scioli es un tipo afortunado. De Menem a Kirchner pasó por todos los gobiernos del PJ casi sin magullones. Y lo peor es que hasta Néstor Kirchner, de los peronistas el que más lo criticó, se está convenciendo de que esa suerte puede catapultarlo como el candidato oficial en la Capital. Ese mito de “hombre-amuleto” es retroalimentado por el propio vicepresidente, quien recuerda en la intimidad que su par norteamericano, Richard Cheney, en su reciente encuentro en la Casa Blanca, terminó haciéndolo prácticamente partícipe de una minicumbre con medio gabinete de George W. Bush, ya que varios ministros, entre ellos el de Defensa, Donald Rumsfeld, se acercaron al lugar. Y hasta tuvo tanta, pero tanta suerte que el día anterior, el titular del BID, Enrique Iglesias, lo invitó personalmente al organismo para compartir un delicioso plato de pastas. ¿A qué no saben cuál es la comida preferida de Scioli?

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Suma años y amigos:
Pocos se enteraron en la Casa Rosada, pero el secretario de Provincias, Rafael Follonier, se rindió al festejo de su cumpleaños en el Bauen, el hotel recuperado por los trabajadores. Lo curioso no fue tanto el lugar elegido por el funcionario del ministro del Interior, Aníbal Fernández, sino la concurrencia. Evidentemente, su papel de bisagra entre el Gobierno y los piqueteros resultó exitosa, de lo contrario difícilmente se entendería que junto a amigos de toda la vida hayan cantado el Happy Birthay representantes del “sector duro” como Oscar Kuperman, de la coordinadora de Unidad Barrial, y Beto Ibarra (foto), el Movimiento Territorial de Liberación.