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“Si podemos dar un proceso de normalización financiera sería importante, pero bajo ningún aspecto va a estar concatenado con exigencias por parte del Fondo que signifiquen que la Argentina no pueda aplicar sus propias políticas.” Tan sólo unas horas después del regreso del ministro de Economía, Roberto Lavagna, tras el encuentro con representantes del FMI, el presidente Néstor Kirchner eligió estas palabras en el programa A Dos Voces, de TN, para referirse a la posición adoptada por el Gobierno para encarar las futuras negociaciones. El Presidente además arriesgó un crecimiento sostenido de la economía tras la salida del default –a la que calificó como la “negociación más importante del mundo”–, pero no olvidó mantener la cautela. “Seguimos estando en el infierno”, aseguró.
“Una sola acción, por más importante que sea, no va a cambiar de un día para otro la situación global que la Argentina construyó durante tantos años en forma negativa.” Kirchner se refirió así a un posible escenario posdefault tras reivindicar los pasos alcanzados por su gestión, entre los que destacó una disminución en los índices de indigencia y desempleo y una tendencia creciente en los niveles de recaudación fiscal. “Dijimos que queríamos la posibilidad de lograr en la Argentina un país serio, un país normal. Ahora la salida del default permite que la Argentina se vuelva a integrar al mundo y tenga la posibilidad concreta de volver a ser un país previsible y estable”, agregó.
Al respecto defendió la gestión llevada adelante por el ministro Roberto Lavagna. Con la intención de dar por tierra las especulaciones generadas desde algunos sectores de la oposición acerca de presuntos rencores por parte del Presidente frente al rédito político que le significó a Lavagna el éxito en la negociación del canje, Kirchner expresó: “Como Presidente estoy absolutamente conforme con la gestión del ministro de Economía, con quien hablo, discuto y analizo todos los temas. Apuesto mucho a la continuidad de todos los ministros, a la continuidad de las políticas. Es muy importante la previsibilidad”.
Mientras se debate el futuro de las relaciones con el Fondo Monetario y los posibles efectos en las políticas del organismo a partir del buen resultado de la negociación argentina, Kirchner consideró que “el éxito del canje superó largamente lo que esperaban”. En este panorama negó cualquier posibilidad de que se reabra el canje y planteó las futuras intenciones del Gobierno para encarar un proceso de desendeudamiento:
“Cuando le decimos a mi amigo Rato que vamos marchando hacia un proceso normalizador de la Argentina le estamos diciendo que no estamos dispuestos a aceptar extorsiones o presiones que impidan la gobernabilidad en la Argentina. Cuanto antes la Argentina se desendeude del Fondo mejor.” Tras alentar un buen pronóstico para las elecciones de octubre –en las que aseguró que su esposa Cristina Fernández “tiene grandes probabilidades de ser candidata”–, se refirió al aumento de precios. En esta línea volvió a defender la necesidad de una mayor redistribución, si bien evitó hacer precisiones sobre una posible gestión del oficialismo para aumentar el salario mínimo. Finalmente, arremetió una vez más contra el empresariado. “Cuando ven que la Argentina se encamina a un tercer año consecutivo de crecimiento ya surge la avaricia de algunos. Lo vamos a hablar con la sociedad y, como lo decimos de la empresa Shell, que es absolutamente irresponsable lo que ha hecho, lo diremos con nombres y apellidos.”