EL PAíS › RETO DE KIRCHNER A SHELL Y MEDIDAS
EN ESTUDIO PARA CONTENER LA INFLACION
Los lácteos y la carne, en observación
Esos dos rubros, solos, explican el 40 por ciento de la inflación de febrero, dicen en Economía. Estudian “medidas correctivas” si no hay colaboración de los empresarios. El Presidente los acusó ayer de “perturbar y conspirar contra las posibilidades de desarrollo del país”.
Por David Cufré y Claudio Zlotnik
“Hay sectores que buscan una rentabilidad desmedida”, acusó Néstor Kirchner, ofuscado por las subas de precios de algunos productos sensibles, como carnes y combustibles. Su reacción puso en evidencia la preocupación del Gobierno por una aceleración de la inflación, que esos nuevos incrementos vinieron a ratificar. En enero y febrero los precios minoristas treparon 2,4 por ciento, cuando el Banco Central había previsto un aumento de 2 puntos para todo el primer trimestre. El Presidente se reunió anoche con Roberto Lavagna y Julio De Vido para analizar la cuestión. Tanto la Casa Rosada como el Ministerio de Economía revelaron que se estudian medidas para contrarrestar los aumentos. La mira está puesta en carnes, lácteos y servicios. Y algunos reprodujeron amenazas contra Shell. El Gobierno convocó a frigoríficos y supermercadistas para reclamarles colaboración.
El Presidente se enojó con quienes buscan “perturbar y conspirar contra las posibilidades de desarrollo del país”. Como es su estilo, se refirió a ellos por su nombre. Dijo que el incremento de 2,5 a 4,0 por ciento que aplicó Shell fue “absolutamente irresponsable” y muestra una “total falta de colaboración con la sociedad”, mientras que a los ganaderos les imputó que “muchas veces vienen a reclamar esto o aquello, pero cuando tienen un poco de rentabilidad les importa muy poco” el resto de la población.
Las palabras de Kirchner instalaron al control de la inflación como un tema prioritario de la agenda oficial. El Ministerio de Economía y la Subsecretaría de Defensa del Consumidor están haciendo un seguimiento de precios de distintos rubros, y esta última repartición convocó a empresarios de los sectores más conflictivos para pedirles que cambien de actitud.
El mayor problema es con carnes y lácteos. El 40 por ciento de la inflación de febrero se explica por las subas de esos productos. Ambas actividades registran una fuerte recuperación interna y disfrutan de una sensible mejora en los precios internacionales, que fomenta las exportaciones. La combinación de mayor demanda interna y externa termina siendo explosiva para los consumidores locales. La carne trepó más de un 25 por ciento en lo que va del año. El consumo per cápita alcanzó los 64 kilos al año, contra un piso de 57 kilos en lo peor de la última crisis.
Los productores se frotan las manos. Prevén que la bonanza continuará por un buen tiempo. En la mira tienen los 85 kilos per cápita que se consumían en la década del ’80. Si bien es difícil recuperar aquellos niveles, porque los hábitos alimentarios cambiaron, confían en que seguirá la tendencia de recuperación.
Una alternativa que no descartan en el Palacio de Hacienda es elevar las retenciones a las exportaciones del sector. En la actualidad, son del 5 por ciento. Las ventas al exterior llegarán este año al 18 por ciento de la producción. De los 1000 millones de dólares generados en 2004 se pasaría a 1400 millones este año. Más allá de la situación estructural, por estos días los precios están subiendo por dos motivos: existe un factor estacional y los productores retienen hacienda para aprovechar los aumentos de precios y multiplicarlos. “Es bárbaro que al sector de la carne le vaya bien, que aumente sus exportaciones, pero que no nos afecten el consumo interno”, reclamó Kirchner.
Ayer, sin embargo, hubo un fuerte ingreso de animales al Mercado de Liniers. Fueron 21 mil cabezas, cuando lo habitual son 11 mil. Eso provocó una caída en las cotizaciones de entre 5,5 y 11,9 por ciento, que compensó la suba de 8 por ciento del día anterior. De todos modos, técnicos de la Secretaría de Agricultura comenzaron a bosquejar posibles medidas para frenar los precios.
“La economía no resiste con una inflación mensual del 1 por ciento”, alertaron desde el equipo económico. Esa posibilidad ya no parece descabellada, luego de un verano caliente y un marzo que cerraría con otrosalto cercano a un punto. De acuerdo con un estudio realizado en el Palacio de Hacienda, si la inflación supera el 12 por ciento en el año existe el riesgo de que la suba se espiralice. La clave es no llegar a ese nivel. El FMI también comenzó a presionar con este tema. La recomendación que le dieron a Lavagna en Washington fue “enfriar la economía”, para que no crezca el 7,5/8,0 por ciento que estima hoy el Gobierno. Los instrumentos para eso son los ya conocidos del ajuste fiscal y de una política monetaria contractiva, que se olvide de sostener el tipo de cambio.
Más allá de la preocupación que reconoce el propio equipo económico, los funcionarios también aclaran que hay situaciones puntuales que quedarán superadas en el corto plazo. Por ejemplo, con los servicios privados, cuyos precios estaban rezagados y ahora que la recuperación del consumo empezó a generalizarse aprovecharon para ponerse al día. Mencionan los casos de los garages, prepagas, peluquerías y expensas. Asimismo, el sector turismo tuvo un alza mayor a la esperada por la estacionalidad. A este grupo agregan los probables ajustes en las tarifas de los servicios públicos. “No permitiremos que nos castren la recuperación”, concluyó el Presidente.