EL PAíS
El libre albedrío y los principios éticos de los ministros menemistas
De esos dos factores dependía, según declaró Carlos Menem ante la Justicia, la utilización de los fondos reservados. El ex presidente aseguró que él nunca cobró sobresueldos.
Por Miguel Jorquera
Carlos Menem no puso las manos en el fuego por nadie. Negó haber cobrado sobresueldos durante sus diez años de mandato como presidente pero confirmó que sus ministros recibían dinero extra que quedaba sujeto “al albedrío” y a “principios éticos” de aquellos para quienes estaba asignado. En su declaración indagatoria ante el juez Julio Speroni en las causas por el contrabando de armas a Croacia y Ecuador y enriquecimiento ilícito, Menem insistió en que no se enriqueció durante la gestión pública y que no hubo triangulación con otros países para vender material bélico a naciones que estaban en guerra. Speroni tiene diez días hábiles para definir el procesamiento o el sobreseimiento de Menem.
“Yo nunca cobré, puedo hablar por mí, no por mis ministros”, dijo Menem –según fuentes judiciales– al juez del fuero Penal Económico Julio Speroni. El magistrado le había preguntado si durante su gestión había percibido sobresueldos, que sí admitieron recibir su ex ministro Oscar Camilión y la ex secretaria María Julia Alsogaray. Para quedar a salvo de las declaraciones judiciales de sus ex funcionarios, Menem manifestó “que no ordenó el pago de ningún plus a ningún funcionario más allá de lo que le correspondía por su rango”.
Verborrágico y de buen humor, Menem reconoció que los fondos reservados “es un dinero propio de los ministerios y de la Presidencia de la Nación. Que se destina para cubrir eventualidades de cada una de esas dependencias sujetas al albedrío del ministro o presidente de turno y los principios éticos de cada uno”. Pero enseguida, el ex presidente relató al juez que “tiene entendido, no se deben rendir cuentas de ninguna naturaleza relacionadas con la forma o el destino que se le da a ese dinero”.
Aunque admitió que “conoce la existencia de un instrumento legal de vieja data” (una ley secreta de la dictadura de Juan Carlos Onganía) por el cual se crearon fondos reservados para cada uno de los ministerios, pero no recordó a través de qué secretaría se efectivizaba su cobro. Para intentar despejar cualquier sospecha, Menem también negó haber “echado mano” a los fondos reservados ni recibir otro ingreso que no fuera el sueldo de presidente, que tampoco recordó con precisión: “Estaba entre los 5000 y 9000 pesos”, dijo en la indagatoria. Afirmó que no compró inmuebles ni bienes después que dejó el gobierno, aseguró que la propiedad por la que le preguntaron (la casa de Echeverría 3535) es de su hija Zulemita, a la que “no le hizo ningún tipo de donación” económica.
Menem declaró ingresos actuales de entre 15.000 y 20.000 pesos mensuales del estudio jurídico que comparte con uno de sus defensores, Pedro Baldi (el otro es Carlos Novak), que la última vez que pasó alimentos a su ex esposa Zulema Yoma fueron unos 40 mil pesos en 1999 y hasta se quejó que el trámite de su jubilación “está bastante demorado en la Anses”.
Sobre la causa armas, toda la indagatoria rondó sobre un solo tema: el decreto firmado durante su gestión para la exportación de armas a Bolivia, por el cual el juez federal Jorge Urso dictó en 1999 el procesamiento a tres militares por encontrarlos “prima facie” partícipes del delito de “falsedad ideológica” del documento público. Allí, Menem contestó que la operación “nunca se hizo” porque Bolivia “cambió las condiciones de pago, intentando pagar con una cuenta gas que no le era favorable al Estado argentino”. La supuesta exportación había generado la sospecha de que se trataría de una triangulación por la cual las armas habrían terminado en Ecuador, en guerra con Perú, y en Croacia, envuelta en la guerra de los Balcanes. Conflictos en los que Argentina tenía el papel de mediador o formaba parte de las fuerzas de paz.
Después de casi dos horas de indagatoria, que comenzaron con un diálogo distendido entre Menem y Speroni sobre la actuación de la Selección Nacional de fútbol en el partido contra Colombia por las Eliminatorias para el Mundial, el ex presidente se retiró satisfecho en medio de un puñado de adeptos que lo vivaron a la salida de los tribunales de Comodoro Py. El juez, que había dictado el sobreseimiento de Menem y a quien la Cámara le ordenó que continuara la investigación, tiene ahora diez días hábiles para decidir si lo procesa o no. Menem, en tanto, ya empezó su campaña proselitista en el conurbano con un acto que sus partidarios organizaron ayer en Florecio Varela. Si consigue su elección como senador, volverá a tener fueros.