EL PAíS › COMO SE PREPARA EL GOBIERNO EN SU BATALLA CON DUHALDE
Las vísperas
En la Casa Rosada están dispuestos a dar batalla si bien prefieren llegar a una solución incruenta. La semana pasada se sucedieron reuniones entre el Gobierno y los duhaldistas menos intransigentes. La que viene habrá otras más comisiones de negociación. Kirchner viaja a Alemania y habrá una impasse forzosa. Cómo lee el Gobierno las acciones de Duhalde. El rol de Felipe Solá.
Por Sergio Moreno
“Una guerra jamás deja
a una nación en el mismo
lugar en que la halló.”
Edmund Burke,
estadista inglés (1729-1797)
El Gobierno y el duhaldismo han mostrado ya sus armas y acaban de ingresar en una impasse de la cual saldrán prestos a confrontar o aliados para las elecciones de octubre. Los dos escenarios pueden producirse, si bien en las tiendas de ambos ejércitos hay estrategas preocupados por conseguir una solución incruenta. Sin embargo, “la foto de hoy es de dureza en ambos lados”, confió un miembro del Gabinete, que va y viene entre tirios y troyanos, a Página/12. La semana que concluyó fue generosa en gestos belicosos en los dos bandos, algunos más felices que otros para quienes los pergeñaron. Pero también se sucedieron reuniones donde los rostros estuvieron fruncidos de preocupación. La semana entrante, con el presidente Néstor Kirchner de viaje en Alemania, continuarán las negociaciones, se formarán comisiones de tres trujimanes por sector para tratar de arribar a una definición. Quizá después de ello (y sólo quizás), al regreso del Presidente pueda producirse algún contacto entre él y Eduardo Duhalde. Pero para que ello ocurra “hay que trabajar mucho”, confesó a este diario un experto negociador oficial.
En la Casa Rosada analizan las características del oponente. “El duhaldismo está entrando en un debate interno complejo”, dicen y dividen a los negociadores de los gurkas. A la primera legión pertenecen los diputados Eduardo Camaño, presidente de la Cámara; José María Díaz Bancalari, titular del bloque justicialista y del PJ bonaerense, y Juan José Alvarez, que además de ser secretario de Seguridad porteño es el presidente de la agrupación Lealtad del duhaldismo. Los intransigentes, según se ve desde Balcarce 50, son una mesnada que integra el círculo más íntimo de Duhalde: su mujer, Hilda “Chiche” González, el senador Antonio Arcuri, Oscar Rodríguez y su mujer, Mabel Müller, Alfredo Atanasof, el intendente de Avellaneda, Baldomero “Cacho” Alvarez, y siguen los nombres. Contra este último se ensañó a principios de la semana pasada Kirchner. Alvarez fue el portavoz de la “operación Duhalde senador”, y el Presidente no pudo evitar su enojo. “Lo voy a apoyar al Pelado Oscar Laborde –ex intendente por el Frepaso–, le voy a tirar con todo”, masculló ante los suyos.
Desde el Gobierno, Alberto Fernández, Aníbal Fernández y José Pampuro fatigan teléfonos y agendas en esta lid. El jefe de Gabinete es quizás el más activo. Esta semana recibió a tres duhaldistas moderados, todos preocupados por el curso de los acontecimientos: Juanjo Alvarez, Díaz Bancalari y Camaño pasaron por su oficina, lindera a la del Presidente. Los tres sintieron la firmeza del planteo kirchnerista pero sacaron conclusiones que permiten mantener abiertas las negociaciones. “Nos quedó claro que la belicosidad no es un problema generalizado dentro del duhaldismo. Juanjo le comentó eso a Duhalde”, confió a Página/12 uno de los contertulios.
El sector más cerril del duhaldismo ha tenido una mala semana. Mientras le dicen al caudillo de Lomas que Kirchner pretende ir a por ellos y quedarse con la provincia (cual estanciera, Mabel Müller llegó a calificar la candidatura a senadora de Cristina Fernández de Kirchner como una “intromisión”), lo inducen a pelear batallas en las que lleva las de perder. Sus gaffes se vienen sucediendo desde que votaron un Presupuesto adverso al que pedía el gobernador, Felipe Solá, y debieron dar marcha atrás. Esta semana lanzaron el nombre de Duhalde como candidato a senador y con ello lograron devaluar a quien hasta ahora iba a competir por ese cargo, Hilda “Chiche” Duhalde. Como frutilla de este postre amargo, Duhalde cedió a los consejos de su ex secretario de Culto, y ex embajador en el Vaticano de Carlos Menem, Esteban “Cacho” Caselli, quien lo convenció de viajar a las exequias de Juan Pablo II para diferenciarse de Kirchner: En Roma, Duhalde terminó pegado a Menem, de quien la sociedad argentina no tiene el mejor de los conceptos.
Números
“Tirarnos con el nombre de Duhalde es como tirarnos con cebita –dicen en la Casa Rosada–: después de Menem y de Adolfo Rodríguez Saá, Duhalde es el dirigente con peor imagen en el país.”
Las encuestas no faltan sobre la mesa del Presidente. Esta semana pidió tres. Página/12 dio cuenta el viernes de una de Analogías, que conduce Analía del Franco, donde el ex presidente salía muy mal parado. La de la consultora Equis, que dirige Artemio López, arroja lo siguiente: el 43,5 por ciento ve con desagrado la posible candidatura de Duhalde, siendo que el PJ es el partido con mayor intención de voto en la provincia, un 42,4 por ciento, lejos de los demás. López plantea seis hipotéticos escenarios y los resultados son: 1) si la candidata fuese CFK por el PJ obtendría el 62,8 por ciento de los votos, seguida por Ricardo López Murphy con el 21,2 por ciento; 2) si la candidata fuese Chiche, ganaría con el 32,9 por ciento, contra 16,1 de López Murphy; 3) si CFK enfrentase a Chiche, la primera ganaría con el 56,6 contra 18,6 de la mujer de Duhalde y López Murphy saldría tercero con 8,2 por ciento; 4) si la competencia fuese CFK versus Eduardo Duhalde, la senadora lo vencería por 57,1 contra 14,8 por ciento; 5) si Duhalde fuese el único candidato del PJ, le ganaría a López Murphy 29,9 a 16,6 por ciento y 6) si el candidato a senador fuera Aníbal Fernández también ganaría, pero con el 33,6 por ciento. Segundo sería NS/NC, con 18,2 y el líder de Recrear obtendría 16,1 por ciento. “Duhalde no sólo no mejora la performance de Chiche, sino que la empeora”, afirma el titular de Equis. Los números son elocuentes.
El sondeo preparado por la consultora OPSM, que dirige Enrique Zuleta Puceiro, ofrece datos de crudeza similar: CFK 49 por ciento, segundo López Murphy con 19, y después Duhalde, con 8. Cuando la pregunta es “¿usted qué senador prefiere?”, le da a CFK un 79 por ciento y a Chiche, 12. La misma pregunta pero sobre CFK y Duhalde se dirime 79 por ciento para la senadora y 11 por ciento para el ex gobernador.
“Ellos (el duhaldismo) reciben las mismas encuestas que nosotros. Saben que no pueden ganar”, se repantigan en Balcarce 50.
¿Qué pasa, general?
Un cierto desconcierto recorre a los ingenieros del Gobierno a la hora de analizar qué está ocurriendo con Duhalde. “Está desnortado”, dice un ministro. “No sabe lo que quiere”, dice otro. “No tiene claros los objetivos”, abunda un tercero. Otro de sus pares se anima a hacer una fábula: “Es como la historia del bombero: se te incendia la casa, viene el bombero y te apaga el incendio. Entonces, vos quedás agradecido de todo corazón. Pero si el bombero, después de apagar el incendio, se queda instalado en la pieza de tu hijo, a vos te molesta y le decís ‘tomatelas’. Bueno, Duhalde fue el bombero; es hora que deje el cuarto del niño”.
Un integrante del gabinete, citado anteriormente, sostiene que la aspiración de máxima del ex presidente era que CFK no fuese candidata. “Eso es imposible, ya está decidido desde hace tiempo. Entonces, salió con lo de ser senador él, y dio marcha atrás desde Roma; después se le ocurrió eso de las dos listas, otra locura de la cual ya se bajó. Ahora no sabe lo que quiere”, desglosa el hombre, que esta semana habló con el procónsul bonaerense.
Otro relato que tributa a esta idea de un Duhalde sin brújula es contado en la Casa Rosada. Cuenta que, antes de la reunión de Dolores, Duhalde le dijo a Díaz Bancalari que estaba cansado, que él iba a largar todo, que se quería ir con Chiche y que él se hiciese cargo del PJ. Bancalari no le creyó, pero el viejo caudillo le insistió. El jefe de diputados y titular del peronismo bonaerense se fue con sus dudas aunque con alguna ilusión. Al día siguiente, Chiche lo llamó para preguntarle por la reunión de Dolores. “¿Vas a ir?”, preguntó, azorado, el diputado. “Sí”, respondió Chiche. “¿Y Eduardo?”, quiso saber Bancalari. “No, él no va porque recibe a los legisladores en San Vicente”, informó la señora. “Fui rey por menos de un día”, se mofó de él mismo el diputado.
Respecto de su fallido operativo clamor, en el gobierno nacional dudan si la maniobra fue obra del ex presidente o de sus centuriones. “Fuera de quién fuera, Duhalde la dejó correr durante dos días; podría haberla abortado antes. Finalmente se bajó estando en Roma. Y anoche (por el viernes) tuvo algunos conceptos conciliadores. Veremos cómo sigue”, aguardan en la casa de Gobierno.
Pero no todo es espera. En la Rosada hay quien se preocupa por dejar abierta una puerta para el ex presidente. Se preguntan: “¿Cómo sale Duhalde de esto, de este berenjenal donde se metió? No es bueno que aparezca como derrotado, hay que mostrar que no salió perdidoso, hay que darle una salida honrosa”. “Buscar consensos, ése es el trabajo difícil”, abundan.
Algunos arquitectos oficiales consideran que “todo se puede arreglar” si se cumple el objetivo de “bajar la candidatura de Chiche”, faena no menor habida cuenta que la diputada se convirtió en una especie de última trinchera de los gurkas, que agitan fantasmas sobre las intenciones presidenciales. “Cristina será el desembarco en Normandía; después vendrán por nosotros”, argumentan en las tiendas allende la General Paz.
Sin negarlo del todo, en la Rosada hacen otra interpretación. Un importante integrante del gabinete dijo a Página/12 al respecto: “El planteo es siempre el mismo: necesitamos gobernabilidad para los últimos dos años de gestión, con lo cual nos hace falta diputados. También queremos cambiar una praxis en la selección, elevar la calidad. Y el ejemplo es el PJ Capital, donde elegimos una conducción nueva, de otro perfil, lo conducen Alberto Fernández, Daniel Filmus, Carlos Tomada, Patricia Vaca Narvaja. Abrimos la afiliación y en 45 días afiliamos a 38.000 personas. Ese es el efecto K. Fuimos con el ejemplo de cambiarlo y mejorarlo. Eso es lo que queremos que ocurra en la provincia, propiciar un cambio de lógica en la selección de candidatos”, describen con entusiasmo. Pero también, amenazan: “Ahora, si ellos no quieren y hacen lo que se les antoja, nosotros entonces también haremos los que se nos antoje”.
Felipe, el nuevo aliado
“Dichoso el soldado que cuando está peleando sabe que lo está mirando su príncipe”, escribió Miguel de Cervantes Saavedra en Persiles y Segismunda. Felipe Solá se siente mirado y sus labores parecen estar rindiendo frutos.Pero así como lo mira Kirchner lo sufre Duhalde, a quien el gobernador se le ha transformado en su principal preocupación, por vislumbrarlo como la avanzada de la ola kirchnerista. “Felipe está jugando como debe, incondicional con el Presidente. Lo que pide Kirchner es abrir la posibilidad de crear un esquema que favorezca la gestión presidencial y unas listas provinciales con más duhaldistas que felipistas. Esto es un triunfo para Felipe, ya que habrá un 20 o 25 por ciento de los suyos en las listas provinciales si se negocia una lista de unidad. La posibilidad de ir con dos listas es una locura. Pero ahora las cosas están así. Kirchner está dispuesto a ir con otra lista: nunca va a ir a una interna”, comentaba a este cronista uno de los soldados presidenciales en esta pelea.
Otro de ellos, fiel intérprete del pensamiento presidencial, agregó que “nadie quiere dejar de lado a Felipe porque queremos gobernabilidad. La pelea con Felipe ahora es con nosotros. El fue muy inteligente y se movió bien, hizo propio el kirchnerismo. Ahora debe entender que quien debe velar por sus intereses es Kirchner. El Presidente está dispuesto a ayudarlo y a que le vaya bien”, categoriza.
Oráculos
Así como para ganar la paz hay que estar preparado para la guerra, el Gobierno espera más tranquilo que los hechos se sucedan, sin dejar de responder cada movimiento del adversario y asestando sus propios mandobles. Esta semana, el ministro del Interior y el jefe de Gabinete anunciaron la realización de las internas abiertas, simultáneas y obligatorias para todos los partidos (la fecha será el 7 de agosto) y enviaron un proyecto de ley de padrón único y nacional cuyo órgano de contralor será la Cámara Federal Electoral. Ambas medidas acotan el margen de maniobra de los aparatos partidarios. Una vez más, el gran perjudicado ha sido el duhaldismo.
“Esta es una pelea por el poder, jugamos fuerte”, confió a este diario uno de los ingenieros de estas movidas.
A pesar de la fortaleza de sus movimientos, en la Rosada dejan la puerta abierta. “Creo, espero, que la sangre no llegue al río”, confió un ministro, para quien Kirchner debe dar una salida honrosa a su antecesor. “El Presi no puede tirarlo por la ventana, aún lo necesita, es útil en aras de la gobernabilidad. Además, en el Congreso los muchachos han jugado bien, han votado todo lo que pidió el Presidente”, dice.
Esta semana se abrirá un paréntesis, y se conformarán comisiones negociadores de tres hombres de cada cohorte para profundizar las negociaciones, esta vez sabiendo que la raya en la arena está trazada. “Cuando Kirchner vuelva de Alemania, posiblemente hable con Duhalde; hay que trabajar para esa conversación, para que ocurra. Hay que trabajar y mucho”, evaluaba uno de los hombres del Presidente.
Habrá que ver qué trae Kirchner después de haber cruzado el Rin.