EL PAíS › LA BATALLA - EL DUHALDISMO EN LA MATANZA
Los que quieren a Chiche
“Es una interna partidaria y vamos con alegría a participar de ella”, sostuvo Hilda “Chiche” Duhalde en La Matanza, la tierra del felipista-kirchnerista Alberto Balestrini. Fue ayer, en un acto en la calle con el que el duhaldismo más ortodoxo buscó demostrar que no les teme a los desafíos de Felipe Solá: Chiche no anunció el lanzamiento de su candidatura a senadora, como muchos esperaban, ni cuestionó abiertamente al Gobierno, pero aprovechó la ocasión para criticar a Solá e insistir con que está dispuesta a dar la pelea. “Iremos a la interna en el momento que el gobernador lo decida”, aseguró.
El primer orador fue el más duro de todos. Se trata de Raúl Matiú, un hiperduhaldista de La Matanza, ex titular del Concejo Deliberante local, que rompió con Balestrini por su acercamiento a Solá. “Es un traidor”, dijo en referencia al gobernador bonaerense, en un discurso encendido que arrancó los primeros aplausos de los militantes reunidos en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Perón, en el centro de San Justo: unos diez mil según los organizadores, que los cálculos más realistas estimaban entre 5 y 8 mil personas.
El discurso más esperado fue el de Chiche, cabeza visible del duhaldismo de la provincia de Buenos Aires y posible candidata a senadora en las elecciones de octubre. En el comienzo, la esposa del ex presidente se refirió a las declaraciones que había formulado Solá en Mar del Plata, calificando al acto duhaldista de ayer como un “velorio”. Por alguna razón difícil de entender, y que ella no se encargó de explicar, Chiche vinculó la declaración de Solá con los funerales del Papa y defendió la presencia de su marido en Roma. “Yo me siento muy orgullosa de que Eduardo Duhalde haya asistido a los funerales de Juan Pablo II junto a otros 200 líderes. La afirmación de Solá es imperdonable, es una falta de respeto a los dos mil millones de católicos que en estos días lloran por la muerte del Papa”, explicó la diputada. Y pidió “un minuto de aplausos” en memoria de Juan Pablo II.
La escuchaban algunos dirigentes bonaerenses, entre los que sobresalían el presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Osvaldo Mércuri; el ex jefe de Gabinete Alfredo Atanasof, la senadora Mabel Müller, las diputadas Graciela Camaño e Hilda “Chichi” Doga, además de los intendentes de Avellaneda, Baldomero “Cacho” Alvarez; de Berazategui, Juan José Mussi, y de Ezeiza, Alejandro Granados. Son, en todos los casos, representantes del duhaldismo ortodoxo y fundadores de Lealtad, la agrupación interna con la que el ex presidente reunió a sus seguidores para retener poder territorial de cara las elecciones de octubre. Se acercaron, además, dirigentes de La Matanza enfrentados a Balestrini, como Andrés Bevilacua y Aníbal Stella.
El acto de ayer fue, en rigor, el espejo del que apenas un rato antes realizó Solá en Mar del Plata. Con el encuentro en La Matanza, el duhaldismo buscó mostrarse activo en medio de la interminable interna del peronismo bonaerense. Aunque comenzó hace mucho tiempo, el enfrentamiento subió de intensidad la semana pasada, cuando Solá comenzó a presionar cada vez más abiertamente para que el Gobierno anuncie la candidatura a senadora de Cristina Kirchner, y el duhaldismo respondió amagando con lanzar la postulación a senador del mismísimo Duhalde. Aunque el ex presidente desmintió la versión poco después, y aunque Kirchner aún no anunció públicamente la postulación de su mujer, la disputa es cada vez más frontal y, por el momento, no parece que vaya a resolverse.
“En Mar del Plata está naciendo la nueva política de la mano del diputado y piquetero Luis D’Elía: si ésa es la nueva política no la comparto”, dijo Chiche, en uno de los tramos más aplaudidos de su discurso. “La gente más humilde ha sido utilizada y le han sacado dinero de su bolsillo para que formen parte de la línea interna: han abusado de los pobres y no voy a estar nunca con los que hacen ese tipo de política”, agregó.
Las repetidas menciones a Solá arrancaban silbidos de la gente reunida frente al palco. Sin embargo, a pesar de los duros cuestionamientos al gobernador y a su proyecto para construir una corriente interna propia, Chiche no pronunció críticas al Gobierno, a la candidatura de Cristina o a la gestión del presidente Kirchner. Es más: en un momento hasta recordó que varios de los actuales integrantes del Gabinete pasaron antes por el gobierno de su esposo.
En el final, la diputada quiso dejar bien en claro su voluntad de disputar la interna, si es que finalmente se convoca. “Los justicialistas tenemos que discutir ideas, ver cómo le solucionamos los problemas a la gente, porque si no somos capaces de eso no tendremos razón de ser. Esto es simplemente una interna partidaria y vamos con alegría a participar de ella”, concluyó.