EL PAíS › HOMENAJE A TRES MADRES DE PLAZA DE MAYO DESAPARECIDAS
“Juntas volvieron hacia nosotras”
Azucena Villaflor, Esther Ballestrino y María Ponce, cuyos cuerpos fueron recuperados, fueron recordadas ayer en Plaza de Mayo.
Como en todas las rondas de los jueves, el histórico “Presente” ayer volvió a escucharse en Plaza de Mayo. Pero esta vez se oía diferente. Con la voz entrecortada, Pepa Noia, de Madres - Línea Fundadora intentó explicar por qué el aire sonaba tan distinto: “Es que pasó tanto tiempo... y encontrar ahora a nuestras compañeras... Es algo muy fuerte, mezcla de tristeza y al mismo tiempo de alegría”. Se trataba del homenaje que la agrupación rindió a Azucena Villaflor de De Vincenti, Es- ther Ballestrino de Careaga y María Ponce de Bianco, tres de las Madres fundadoras que fueron desaparecidas durante la dictadura y cuyos cuerpos fueron identificados la semana pasada.
“Hoy es un día que nunca creímos que pudiera llegar. Pero acá estamos, con el corazón palpitando por haberlas encontrado. Se las llevaron juntas y juntas volvieron hacia nosotras. Hoy sabemos dónde podemos llevarles una flor. Hoy más que nunca sabemos que la lucha sirvió.” Con este documento comenzó el acto que tuvo como telón nada menos que la Plaza, aquella que desde hace 28 años escucha el reclamo por sus hijos desaparecidos. Fue justamente Azucena Villaflor la que, frente a la falta de respuestas a su desesperada búsqueda, decidió que había que romper el silencio en aquel histórico lugar. Las Madres, por su parte, decidieron ayer que las anécdotas eran la mejor manera de recordarla, junto a Esther Ballestrino y María Ponce. “Con Esther era lo político, lo político nos enseñó a las dos juntas. Con Azucena tuve una relación fraternal. Me acuerdo de que un día yo le dije: ‘No te expongas tanto’. Y ella me contestó: ‘Todas debemos exponernos. Esta es una lucha de todas’”, contó Carmen Lapacó, otra de las fundadoras de la agrupación.
Esther Ballestrino y María Ponce fueron secuestradas el 8 de diciembre de 1977 en la iglesia Santa Cruz. Estaban reunidas allí junto con otras Madres, delineando los detalles para sacar una solicitada. Azucena ese día no había podido ir. Fue secuestrada dos días después en la esquina de su casa. El encargado de entregarlas fue el represor Alfredo Astiz, que había logrado infiltrarse en el grupo presentándose como Gustavo Niño. “Cuando venía algún joven con nosotras, le decíamos que mejor no. Porque si agarraban a alguno de ellos, sabíamos que éramos capaces de dar la vida. La mañana que Astiz vino al grupo le dijimos lo mismo. Azucena, trágica premonición del destino, se acercó y por este miedo de tener que saltar le dijo: ‘Gustavo, vos me vas a hacer meter en cana’”, recordaron ayer las Madres en medio de un gran paréntesis de silencio.
La identificación de los restos realizada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) resulta de un valor fundamental. Es la primera vez que logra obtenerse un registro científico completo sobre el circuito que siguieron víctimas de los “vuelos de la muerte”. El trabajo logrado por el EAAF fue ayer reivindicado por los familiares y organismos de derechos humanos que participaron en el acto. “Hoy, por nuestra inclaudicable lucha, podemos saber parte de esa verdad. Esto pone al descubierto una de las múltiples facetas que tuvo el terror”, destacó además el documento.
Los tres cuerpos permanecieron varios años enterrados como NN en el Cementerio de General Valle. Habían sido encontrados en las costas de San Bernardo y Santa Teresita. Ahora serán entregados a los familiares, que ayer acompañaron a las Madres en su abrazo a la Pirámide. Todos hablaban del dolor, la tranquilidad y todos aquellos sentimientos encontrados que produce la identificación de un ser querido. Así lo expresó Luis Bianco, hijo de María Ponce: “Es un volver a mi infancia y es triste. Pero también siento orgullo. Estas mujeres fueron un ejemplo de ética. Empezaron juntas y ahora volvieron juntas. Me siento orgulloso de ser hijo de ellas, porque eso es lo que siento. Me siento hijo de las tres”.
Informe: Carolina Keve.