EL PAíS › ENCUENTRAN EL CUERPO DEL CHICO DE 6 AÑOS EN UN POZO
Santiago apareció muerto
El cadáver de Santiago Miralles fue hallado a sólo 50 metros de donde vive la familia. Según las primeras informaciones de la policía, tiene un golpe en la cabeza. Las dudas sobre el móvil del presunto homicidio.
Santiago Miralles, el niño de 6 años que estaba desaparecido desde el miércoles pasado, fue encontrado asesinado –al parecer de un golpe en la cabeza– en el interior de un pozo ciego en el predio de una casaquinta de la localidad bonaerense de Canning, muy cerca del hogar donde vivía con sus padres. Ayer por la tarde fueron demorados, como posibles sospechosos, un hombre y una mujer que trabajaban como caseros de la vivienda en cuyo terreno está el pozo ciego. También fue detenido un joven que sería hermano de un amiguito de la víctima. El cuerpo fue localizado por un perro de la División Canes de la Policía Bonaerense. Una fuente policial le dijo a este diario que el perro “siguió de largo al principio, pero después encontró el rastro y comenzó a ladrar, obligando a la patrulla a volver sobre sus pasos”. De la búsqueda participaron unos 400 policías, en un operativo que terminó, a las 16 de ayer, cuando apareció el cuerpo del niño. El hallazgo fue a escasos 50 metros de la casa en la que vive la familia Miralles. Todavía se ignora cuál sería el móvil del crimen. La hipótesis principal sería la de una presunta venganza, ya que se duda de que haya sido un secuestro extorsivo.
La insistencia del perro llevó a los policías hasta un lugar de la casa- quinta en la que había, semitapada por el piso de tierra, una pesada tapa de cemento armado. Al levantarla, descubrieron debajo una cámara séptica y un pozo negro en cuyo interior se veía el cuerpo de la criatura. Fuentes de la investigación dijeron que todavía “no se pudo determinar en forma fehaciente la causa de la muerte, aunque al parecer presenta un fuerte golpe en la cabeza”. El cuerpo tenía una soga atada al cuello, al parecer para poder bajarlo hasta el fondo del pozo, y también una pesada piedra, con la intención de evitar que saliera a la superficie.
La investigación está a cargo del fiscal federal de Lomas de Zamora Carlos Daneri (h.), quien convocó a expertos de la Unidad Especial Móvil para la Investigación de Secuestros Extorsivos de la Procuración General de la Nación. Se dijo que la familia había recibido una llamada pidiendo dinero para el rescate, pero los expertos creen que fue un mensaje confuso, de manera que, en principio, descartarían la posibilidad de secuestro extorsivo. “Nadie nos habló en ningún momento para pedir un rescate”, declaró Walter Miralles, el padre de la víctima, antes de que se encontrara el cuerpo de la criatura.
De todas maneras, ante la duda, intervino la Justicia Federal. La controversia sobre el carácter del delito demoró el rescate del cuerpo, que estuvo a cargo de personal de Bomberos y de la Policía Bonaerense. El cuerpo fue analizado por expertos de la Policía Científica, que habrían determinado que tenía un fuerte golpe en el cráneo, lo que le había provocado la pérdida de masa encefálica. Las causas de la muerte recién se conocerán hoy. Anoche, los peritos seguían realizando la autopsia.
Algunos de los llamados recibidos por la familia procedían de diferentes unidades penitenciarias. El jefe de la División Investigaciones en Función Judicial, Osvaldo Seisdedos, y el titular de la Departamental de Investigaciones La Matanza, Sergio Vargas, también pusieron en duda que se haya tratado de un secuestro con fines extorsivos. Los padres del chico asesinado, Walter y Silvia, recibieron la noticia por intermedio de un psicólogo del Centro de Asistencia a la Víctima del Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires.
Juan Carr, de la organización Red Solidaria, que colaboró en la búsqueda, dijo que el desenlace causó “un impacto emocional muy fuerte” en la familia y en sus allegados. “Todo fue muy raro desde el principio porque era un chico de clase media que se manejaba perfectamente con todo el mundo y que estaba acostumbrado a moverse dentro del vecindario sin tener ningún problema porque todos lo conocían”, comentó Carr. “Si es verdad que lo asesinaron, estamos frente a otro desastre, igual que Cromañón, aunque la víctima haya sido una sola”, sostuvo el dirigente de la Red Solidaria.
Santiago desapareció el miércoles pasado de su casa situada en Pueyrredón 539 de Canning, a una cuadra y media de la ruta 52. Había sido visto con vida, por última vez, por su niñera, cuando estaba en la vereda de su casa, jugando con uno de sus amigos. Silvia Morales, la mamá de Santiago, dijo a la prensa que su hijo estaba “jugando en la vereda de casa con un amiguito y lo cuidaba una señora” que se queda normalmente con sus hijos cuando los adultos de la familia salen a trabajar.
El hallazgo del cuerpo se produjo cerca de las 16, luego de un operativo de rastrillaje que incluyó los bosques de Ezeiza y zonas rurales. Los vecinos comentaron que los caseros de la quinta donde apareció el cuerpo “habían participado en la búsqueda, junto con otras personas del barrio”. Antes, se habían realizado operativos fallidos en el complejo habitacional Don Orione, en la localidad de Cláypole, y también en la zona de Burzaco.