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El intento por reflotar Izquierda Unida (IU) terminó en un fracaso. Sus dos principales componentes, el Partido Comunista (PC) y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), volvieron a discrepar sobre los candidatos y el nombre con que la alianza izquierdista competiría en la ciudad de Buenos Aires y clausuraron las negociaciones reabiertas a último momento. La nueva frustración desencadenó otro cruce de acusaciones sobre la responsabilidad en la ruptura frentista.
“Deploramos la actitud de los dirigentes del PC de fracturar IU”, dice un comunicado que lleva las firmas de Patricia Walsh y Agustín Vanella, ahora candidatos del frente que el MST inscribió junto a los ex zamoristas de Pueblo Libre y sectores independientes en el distrito porteño. “Su único objetivo era reemplazar a la renunciante Alicia Castro e imponer además una lista de legisladores sólo con lugares expectantes para sí mismos”, continúa el texto que dieron a conocer Walsh y Vanella.
La renuncia de Castro a la candidatura del frente que había sellado con el PC desencadenó una febril ronda de negociaciones para reducir la oferta electoral de la izquierda en la ciudad. Las reuniones reabiertas por los comunistas incluían a sus ex socios en IU, como también al Partido Socialista Auténtico y el Partido Humanista, que llevan como primeros candidatos a diputados al peronista Luis Brunati y a Lía Méndez, respectivamente. Ahora sólo le quedan 24 horas para alcanzar algún acuerdo.
Según Walsh y Vanella, “el PC se negó a reinscribir IU, pretendiendo hacerlo como Encuentro Abierto, igual que su alianza bonaerense de centroizquierda tras irse de IU”. El nombre del frente electoral también se convirtió en un escollo insalvable para la izquierda vernácula.