EL PAíS
“Podría contar millones de cosas que tengo guardadas”, dijo Chiche
Lo lanzó en tono de advertencia al Gobierno en caso de que en la campaña haya agravios personales. Días atrás, Aníbal Fernández había dicho algo parecido sobre los Duhalde. Luego se retractó.
Por Diego Schurman
La sensación es la de una gran familia que se disolvió de mala manera. Y entonces sus ex integrantes se advierten mutuamente. Ayer fue el turno de Hilda “Chiche” Duhalde, quien se regodeó amagando contar asuntos prohibidos de algunos integrantes del staff kirchnerista. Pero no fue más que eso, un simple y premeditado amague. Según la candidata, fue una manera de tomar distancia de la campaña sucia, aunque involuntariamente terminó alimentándola.
“Yo podría contar millones de cosas que tengo guardadas”, fue la frase precisa que lanzó para que se escuche en cada despacho de la Casa Rosada. Semanas atrás una advertencia similar había deslizado Aníbal Fernández, precisamente para denostar a la familia Duhalde. El ministro del Interior y reconocido ex duhaldista terminó retractándose. Advirtió que su prédica estaba impregnada de un tufillo mafioso.
El combate verbal entre Chiche y Fernández se está ganando un lugar entre los clásicos de la política. Una ocurrente y lacerante opinión del ministro inició el match el año pasado, cuando consideró que las mujeres de Duhalde y Kirchner entablaron en el Congreso del PJ una discusión de “alta peluquería”.
Chiche ayer volvió al duelo, aunque sin mencionar al ex funcionario bonaerense de los prominentes bigotes. Fue cuando acusó al Gobierno de buscar “destruir al PJ”. Fernández, como toda la Casa Rosada, es partidario de emular a Perón y Evita en los actos más que en los símbolos. Aunque a diferencia de sus socios del gabinete, se nota que lo suyo está bien lejos de las formas y ademanes de la diplomacia. “Que se metan la marcha peronista en el culo”, dijo hace una semana para diferenciarse de la reverencia duhaldista por la impronta partidaria.
En las trincheras del ex presidente están convencidos que el tono pausado y las muestras de tranquilidad externa de su candidata, amén de la contundencia que pueda ofrecer su discurso, está dando rédito. Y también ven como un triunfo el cambio de eje de la arenga kirchnerista, que al menos en los últimos días ha dejado de lado los ataques al duhaldismo para concentrarse en los logros de gestión.
Kirchner y Cristina llegaron al extremo de presentar una denuncia por un supuesto plan de “desestabilización”, que fueron relativizando hasta prácticamente hacerla desaparecer. “El que cambia de estrategia es el que está mal, nunca el que está bien”, dijeron a Página/12 muy cerca de Chiche al interpretar la marcha atrás del Gobierno de lo que la propia candidata consideró una “campaña sucia”. Habrá que ver si el propio duhaldismo no ofrecerá algún golpe de timón en su entrega publicitaria, para la cual contrató los servicios del sociólogo Julio Aurelio.