EL PAíS
De la Sota aguó la fiesta y pidió elecciones ahora
El gobernador de Córdoba insistió en que una vez que se acuerde con el FMI, Duhalde tendría que llamar a elecciones anticipadas como quiere la gente.
En el Gobierno se preparaban para disfrutar de su (costosa) victoria en el Senado, potenciada por el inicio del Mundial, pero alguien arruinó los festejos. El gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, ni siquiera esperó un día tras la derogación de la Ley de Subversión Económica y arremetió otra vez contra Eduardo Duhalde. “Debería hacer un examen de conciencia de la marcha de su Gobierno”, le aconsejó al Presidente, y luego reclamó que se convoque a elecciones anticipadas: “Cada vez más son los argentinos que quieren que se vote ahora”, aseguró.
Entre sus declaraciones, De la Sota incluyó una referencia a la disputa por la presidencia que, lentamente, se va convirtiendo en una obsesión que atraviesa las filas del justicialismo. En un claro tono proselitista, el gobernador cordobés dijo que se siente “capacitado para ser presidente” y reconoció que no descarta una alianza con su par santafesino, Carlos Reutemann, con vistas a las elecciones, sean adelantadas o no. “No hablamos de temas electorales, sí de política”, contó De la Sota sobre su relación con el ex corredor de Fórmula Uno.
En la reunión cumbre de La Pampa, así como en otros encuentros de gobernadores, De la Sota y Reutemann acordaron en casi todos los puntos. Tantas coincidencias alimentaron las versiones sobre una futura fórmula presidencial para los próximos comicios, conformada por Reutemann y De la Sota, en ese orden. Ayer, el cordobés ironizó sobre los rumores de fórmulas: “Si es para Fórmula Uno la encabeza el Lole”, dijo. Después, en serio, desmintió que estén negociando una alianza entre Santa Fe y Córdoba. “No hablamos de temas electorales, aunque sí de política.”
Si el Gobierno esperaba que los gobernadores reaccionaran con optimismo ante la derogación de la Ley de Subversión Económica, las declaraciones de De la Sota demostraron lo contrario. Por lo menos el “Gallego”, que desde siempre aspiró a la Presidencia y sólo aceptó la designación de Duhalde cuando los hechos ya estaban consumados, sigue devolviendo gentilezas, con amabilidad. Ayer, después de insistir en que Duhalde tiene que hacer un “examen de conciencia”, afirmó que cuando éste asumió “dijo que quería reestablecer la autoridad” y que hoy “no se puede exhibir eso”.
Después de criticar a Duhalde, completó su idea argumentando que “indudablemente, hay un gobierno débil”. Por esa razón, según De la Sota, “lo mejor es votar”, y el mejor momento para hacerlo sería una vez que el Fondo Monetario Internacional (FMI) apruebe la asistencia financiera. “Lo lógico sería que luego de un acuerdo con el Fondo haya elecciones”, dijo. “La Argentina debe volver a estar en el mundo. No podemos esperar que nos aplaudan después de haber hecho la quiebra más grande de la historia económica de la humanidad”, agregó.
Como la mayoría de los gobernadores del PJ, De la Sota está alarmado por la posibilidad de que el país caiga nuevamente en la hiperinflación. El temor quedó expuesto en la reunión cumbre de La Pampa, donde los mandatarios le pidieron a Duhalde que vaya pensando en una nueva convertibilidad, que consistiría en fijar el valor del dólar, atándolo a una cotización que podría ser de 3 pesos. Preocupado por esta cuestión, ayer De la Sota admitió que el peligro de una hiperinflación “siempre está” y reconoció que existe “un ciclo vicioso mortal” porque “la emisión supera lo acordado y, por otro lado, el Banco Central emite para darle redescuentos a los bancos”.
A la hora de dar propuestas, el cordobés aseguró que “los argentinos debemos levantar dos banderas: volver a la estabilidad y luchar contra la desigualdad”. Y luego explicó su propuesta para salir del corralito, que se resume en que “el Estado no debe intervenir entre los ahorristas y la banca privada”. No fue ése el criterio que el mismo De la Sota impulsó, hace cuatro meses, en los primeros tiempos de la gestión duhaldista, cuando propuso que el Estado interviniera para pesificar 1 a 1 las deudas en dólares de un numeroso grupo de empresas argentinas.
Finalmente, para compensar el perjuicio que sufrirían los ahorristas, De la Sota planteó que “si hay algún banco que no logra un acuerdo con susclientes, se podría aplicar el cram-down en la liquidación y que los ahorristas se transformen en propietarios de los bancos”.