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Mauricio Macri aprovechó el cierre de campaña para recobrar el protagonismo que le arrebató la disputa de los últimos días entre Néstor Kirchner y Elisa Carrió. Al arrancar su caravana proselitista por los barrios de la zona sur porteña, el candidato a diputado del PRO se quejó por “la falta de propuestas y la agresividad de los candidatos que demostraron mucha agresión y calumnias” y arremetió contra el Presidente, del que dijo que le hubiese gustado verlo “gobernando y a sus candidatos haciendo campaña”. Antes, trató de tomar distancia de Carlos Menem y Eduardo Duhalde. Al riojano lo emparentó tibiamente con “el pasado”, mientras que él “tiene que ver con el futuro”, y afirmó que el bonaerense “forma parte del oficialismo”.
La caravana emprendió su marcha en La Boca, en el mismo lugar que se transformó en un icono de su campaña: el bache de la calle Arzobispo Espinosa, frente a Casa Amarilla, que el candidato saltó con un “paso de baile” para mostrar la magnitud de su tamaño y donde Macri volvió a posar para los fotógrafos. Mientras, el candidato a legislador Marcos Peña daba detalles del proyecto que promete repararlos.
Pero no hubo tantos baches a lo largo del recorrido que partió desde La Boca y atravesó los barrios de Parque Patricios y Nueva Pompeya para terminar en Villa Soldati. El micro que trasladó a Macri –y que también abordaron sus compañeros de lista Paula Bertol, Eduardo Lorenzo Borocotó y el propio Peña– era lo más parecido a un servicio “diferencial” con paradas preestablecidas en las que, con distintas actividades, el presidente xeneize repasaría los cinco principales puntos de su programa: el desarrollo integral de la zona sur; una fórmula para generar empleo para mayores de 40, un plan integral de seguridad, la derogación de la llamada Ley Cafiero y un programa de informatización de escuelas.
Al igual que el bache, Macri repitió otro de sus sketches electorales para reencontrarse con Enrique Ferrari, un imprentero de 76 años que implementó “la propuesta macrista” de contratar a empleados de más de 50 años. El punto más colorido del trayecto fue el desembarco de Macri en una plaza de Pompeya, donde Bertol se sumó a la recorrida y hubo una suelta de palomas blancas como “símbolo de paz y repudio a la violencia”. Allí los candidatos insistieron en su interés por lograr “una policía mejor equipada y despierta”. “Vamos a ser más diputados y vamos a seguir insistiendo para que la Capital tenga su propia policía”, expresó Bertol entusiasmada mientras soltaba las palomas de la paz.
El cierre tuvo como escenario una escuela de Villa Soldati que tiene más de dos mil alumnos de “sectores carenciados” de la ciudad que aprenden informática, un segmento de la educación considerado clave por Macri. “Esta es la propuesta más importante en términos de futuro; los jóvenes no van a alcanzar trabajo digno sin educación y Argentina descuidó durante varias décadas este aspecto”, sostuvo el candidato.
Con la recorrida, Macri buscó sintonizar el cierre de campaña con las actividades más publicitarias como el “salto al bache”, la pintada de murales, el acondicionamiento de una plaza y el uso de afiches para quejarse por los cortes piqueteros o la falta de empleo. El empresario quiso mostrarse con propuestas y esquivó las definiciones políticas. Por la mañana, en una entrevista concedida a una agencia de noticias, afirmó que después del 23 su “trabajo va a ser unir en un mismo espacio a (Jorge) Sobisch y Ricardo (López Murphy)”, en un espacio de centroderecha en el que tampoco descartó la incorporación de Patricia Bullrich.