EL PAíS › REORDENAMIENTOS EN EL MAPA POLITICO DEL CENTROIZQUIERDA
Visita de Darío y Juampi a la Rosada
Juan Pablo Cafiero y Darío Alessandro se reunieron ayer con Eduardo Duhalde. Nuevos realineamientos del centroizquierda.
Por Fernando Cibeira
La llegada de Eduardo Duhalde, la devaluación y las medidas supuestamente pro productivistas provocaron un reacomodamiento del espacio de centroizquierda, ya de por sí dispuesto a fraccionarse en tantas agrupaciones como grupos de opinión den vueltas por ahí. Fue difícil encontrar dos fuerzas que tomaran la misma posición ante el nuevo gobierno e, incluso, dentro de un partido –es el caso del Frepaso– se tomaron tres posturas diferentes. No obstante, resultaba extraño ver ayer al flamante vicejefe de Gabinete, Juan Pablo Cafiero, junto al jefe del bloque de diputados de la Alianza, Darío Alessandro, luego de haberse reunido con Duhalde respondiendo preguntas en el salón de conferencias de la Casa Rosada como si fueran parte del oficialismo. “Existe una nueva alianza entre la producción y el trabajo y nosotros la vamos a apoyar”, dijo Alessandro, deseoso de dejar rápido en el olvido a aquella otra Alianza que tanto prometió y tan tristemente culminó.
Lo impreciso de los temas conversados en el encuentro en la Rosada –la reforma política y el presupuesto– dejó en evidencia que más que la agenda lo que importaba era el gesto de los dos –¿ex?– frepasistas apoyando las medidas de emergencia tomadas por Duhalde en la misma Rosada que hasta hace poco los tenía como oficialistas pero del delarruismo. “Siempre hemos planteado que la Argentina vivía una grave emergencia y la necesidad de un gobierno de unidad nacional. El gobierno de la Alianza no lo concretó. Si éste es el objetivo del gobierno, entonces nosotros tenemos que apoyar esto”, explicó ayer Alessandro.
Quienes no forman parte de este sector del Frepaso, sostienen que, en realidad, Cafiero, Alessandro y los siete diputados de su bloque están buscando la puerta que los lleve de vuelta al PJ. El Frepaso tiene su sector disidente o “chachista” que comanda el tucumano José Vitar, con ocho diputados, cada vez más cercanos al ARI de Elisa Carrió. En el medio de ambos quedó el jefe de gobierno y todavía presidente del partido, Aníbal Ibarra, quien ya anda pensando en armar su propia agrupación con la que espera liderar la centroizquierda en la ciudad.
Pero si la llegada de Duhalde hizo sufrir al Frepaso su enésima –y tal vez final– atomización, también consolidó al ARI como la agrupación que puede tomar la posta del liderazgo del espacio progresista. Dentro de esta fuerza entienden que la postergación de las elecciones pactada entre el PJ y la UCR sirvió para evitar que el progresismo se encolumnara detrás de la figura de Carrió, por lejos la dirigente más popular del sector. A diferencia de las variantes frepasistas que se aliaron a los partidos mayoritarios, los integrantes del ARI se enorgullecen de haber realizado el camino inverso y de permanecer en una postura “antimodelo”. “Venimos de partidos que hemos abandonado porque claudicaron en sus banderas, nosotros esperamos no repetir esa experiencia”, explicó la diputada Graciela Ocaña. Pese al fracaso que representó la suspensión de las elecciones, el ARI continúa con su rol convocante y ya actúa en firme para armar en Diputados un interbloque con los frepasistas autónomos que responden a Carlos “Chacho” Alvarez y los dos diputados del PSP. Si se concreta, conseguirían armar una bancada de 27 legisladores que le daría mayor rango a la hora de los debates parlamentarios. Afuera estarían quedando los tres diputados del Polo Social y los dos del Frente para el Cambio, que también abrevan en la centroizquierda. Sin embargo, en el ARI piensan que en el futuro también estas agrupaciones podrían sumarse al interbloque y mencionan las muchas veces en la que ya han venido votando en común.
Con todo, en las agrupaciones más chicas temen por la repetición de malas experiencias. Cerca de la diputada Alicia Castro advierten sobre los peligros de volver a la historia del Frepaso, nacido alrededor de dirigentes con buena imagen en las encuestas. Y creen que lo más coherente sería armar un programa común que tuviera un amplio consenso en la sociedad. Como es de esperar tratándose de un espacio donde la atomizaciónes ley, apenas se escarba un poco comienzan a aparecer las diferencias que en muchos casos son meramente de liderazgo personal y en otros tienen raíces más profundas.