EL PAíS › POR LOS DESMANES EN HAEDO SIGUEN DETENIDAS 82 PERSONAS
Cinco menores fueron liberados
Empezaron ayer las declaraciones indagatorias de los presos por los destrozos en el ex Ferrocarril Sarmiento. En Villa Ballester, otro ramal que también gerencia TBA, los pasajeros cortaron las vías para protestar por la rotura de una locomotora.
Por Raúl Kollmann
De los ochenta y siete detenidos en los sucesos de Haedo, sólo cinco menores fueron dejados en libertad ayer y entregados a sus padres. El resto estaba siendo indagado por el juez Germán Castelli e incluso al cierre de esta edición todavía faltaba que declaren treinta. Voceros de la Defensoría Oficial dijeron a este diario que ninguno de los detenidos en Haedo pertenece a una organización o partido político y el único que se menciona como integrante de una agrupación Quebracho fue el detenido en Moreno. Ante este diario, dirigentes de Quebracho sostuvieron que el joven de 17 años no pertenece a su organización pero reconocieron que asiste a un comedor de la Corriente de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón, en realidad la rama piquetera de Quebracho, pero no como militante. Al joven se lo acusa de tener una bomba molotov en una mochila. El sostuvo ayer en la indagatoria que la mochila no es suya ni la llevaba el martes cuando fue a tomar el tren.
Los delitos que se les imputan a los detenidos varían en cada caso, pero a la gran mayoría se los acusa de robo, a otros de daños, estrago, lesiones, obstrucción del funcionamiento de un servicio público o resistencia a la autoridad. De acuerdo con los abogados consultados por este diario, a unos cinco o seis detenidos se los acusa también por el incendio de los vagones. En todos los casos se trata de delitos excarcelables, porque el más grave, el de estrago, que consiste en incendiar, tiene una pena que va de tres a diez años de prisión. Sin embargo, ayer se corría el rumor de que alrededor de veinte no serán dejados en libertad, porque se les acumularían varios delitos. De los siete menores, cinco fueron entregados a sus padres, mientras que el juez resolvía anoche si hacía lo mismo con los otros dos, entre los cuales está el supuesto colaborador de la corriente piquetera de Quebracho.
Según el relato que hicieron anoche integrantes de la Defensoría Oficial, a los imputados no se les muestra ninguna evidencia en su contra. Sólo se les leen los cargos, los defensores tienen acceso a la causa en ese mismo momento, por lo cual no hay tiempo siquiera para dialogar con sus defendidos. En la mayor parte de los casos, los detenidos son personas que portaban una mochila o un bolso –como los dos jugadores apresados de Deportivo Español– y si tenían allí, por ejemplo, monedas, se les imputa el robo de las máquinas automáticas expendedoras de boletos. En otros casos, la acusación se basa en el acta policial que sostiene que apedrearon a los efectivos o que participaron del incendio de los vagones. Fernanda Pereira, integrante de la Fundación de Investigación y Defensa Legal Argentina (Fidela), que defiende al joven relacionado con Quebracho y a otros cinco acusados de robo, dijo anoche a este diario que su defendido vive en Moreno, que le dijo al juez que viaja todos los días a esa hora y que hombres de seguridad de TBA lo detuvieron, le sacaron un morral, le adjudicaron tener una mochila que él asegura que no es suya y que dentro de esa mochila había una botella con combustible. Todo ello ocurrió alrededor de las 13. Como es obvio, la versión policial es que el joven llevaba una bomba molotov encima y su intención era provocar un incendio en un tren de Moreno. Anoche continuaban detenidas algunas personas que claramente no tuvieron relación con los hechos: una mujer que exhibió las radiografías que le hicieron en el hospital, los jugadores de Español y varias personas que demostraron que su domicilio está ubicado a metros de la estación y fueron a curiosear.