EL PAíS › LA ANTICUMBRE CELEBRO LA PARTICIPACION MASIVA EN SUS DEBATES
“Con la violencia no se construye”
En el balance de la Cumbre de los Pueblos, Pérez Esquivel destacó el visible rechazo a eorge W. Bush y al ALCA. Cuestionó los disturbios del viernes y puso en duda el ccionar policial.
Por Eduardo Tagliaferro
Desde Mar del Plata
Desde un primer momento los organizadores de la Cumbre de los Pueblos habían dejado en claro que su repudio a George W. Bush no sería violento. Sin embargo, ayer, al presentar las conclusiones del encuentro, tuvieron que volver sobre el tema. Luego de informar que los organismos defensores de los derechos humanos estaban recorriendo distintas comisarías y haciendo gestiones oficiales por 18 personas cuyos familiares y organizaciones desconocían su paradero y que no figuraban en ningún listado de detenidos, el Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, precisó que “con la violencia no se construye, estamos trabajando en la construcción de ideas, no en la destrucción”. Como balance de la anticumbre, sus impulsores destacaron la multitudinaria concurrencia a los foros y el rechazo masivo al ALCA que se hizo sentir con fuerza.
Acompañado por Juan González de la CTA, Héctor de la Cueva de la Red mexicana contra el libre comercio, Beverly Keene de Diálogo 2000 y Juan Torres de la Unión de Trabajadores de Venezuela, el Nobel esbozó un balance de las cuatro jornadas de la denominada anticumbre. Entre los primeros asientos se destacaba la diputada Alicia Castro, una activa participante de los encuentros alentados por la Cumbre de los Pueblos y también de los que se hicieron en el contexto de la Cumbre de las Américas.
Sobre los hechos violentos del viernes, Pérez Esquivel no dejó de mostrar ciertas dudas por el accionar policial. “Llamativamente el lugar donde ocurrieron los hechos fueron desprotegidos por la falta de presencia policial. Luego muy lejos de los hechos, como sucede a menudo, la policía sale a tomar detenidos que no tienen nada que ver con lo sucedido”, comentó.
Antes, había resaltado que de las deliberaciones habían participado más de 500 organizaciones políticas, sociales, gremiales y de derechos humanos. En su balance destacó que en los foros hubo más de doce mil personas. Entre las principales delegaciones destacó a la de Cuba, junto con otras procedentes de Brasil, Uruguay, Bolivia, Estados Unidos, Haití, Canadá y Ecuador. Como sucede en estos encuentros masivos la prensa también fue una nota destacada. Subrayó que hubo más de mil periodistas que se acreditaron para seguir los encuentros de la Anticumbre.
A esa altura, cuando los medios buscaban tener mayores pronunciamientos sobre los hechos de violencia protagonizados por jóvenes enmascarados y por grupos que dicen ser de izquierda, el mexicano De la Cueva señaló: “No tenemos nada que ver con esas marchas, no condenamos que otros las hagan y que se responsabilicen con nombre y apellido por sus hechos”. Luego volvió a poner en duda el accionar policial y comentó que “falta ver cuántos detenidos realmente habrán tenido algo que ver con los hechos”.
Aquí el mexicano volvió a encauzar el debate a la lucha contra el ALCA. “Hay cosas más importantes que la violencia de ayer. En este momento en la Cumbre de las Américas, los representantes oficiales de las delegaciones de la OEA no pueden ponerse de acuerdo en un documento oficial”, dijo. Fue Beverly Keene quien recordó que “los mandatarios no pueden ponerse de acuerdo por la oposición de los pueblos contra el ALCA”.
“El presidente Hugo Chávez va a cumplir con su palabra”, comentó el delegado venezolano de los trabajadores cuando se le preguntó si tenía noticias de las gestiones que el mandatario de Venezuela se había comprometido a realizar frente a sus pares de Latinoamérica. Además, la sensación que quedó es que el acto que encabezó Chávez en repudio a Bush, bajo la sigla Argentinos por una Patria Grande, resultó en los hechos una suerte de cierre de la anticumbre en el que se pudieron superar las diferencias. Torres también destacó las muestras de respaldo recibidas del pueblo argentino y de otras delegaciones. “Para nosotros que solemos estar tan bloqueados, este encuentro nos permitió, entre otras cosas, saber que no estamos solos y que tenemos una agenda común con muchos movimientos latinoamericanos”, dijo.
No hubo grandes documentos ni tampoco escritos muy medulosos. Tampoco hacían falta. A pesar de que los organizadores de la Cumbre de los Pueblos se preocuparon porque su encuentro estuviera bajo el título “Construir Alternativas”, el principal logro fue mostrar un repudio masivo y visible contra el norteamericano George W. Bush y sus políticas, entre ellas la del ALCA.