Pocas horas antes de que se cumpliera el plazo, el represor Luis Abelardo Patti presentó su defensa en la Cámara de Diputados. Y aseguró que no cometió “delito alguno”, aunque pesa sobre él un procesamiento por encubrir a otro represor, confirmado por la Cámara Federal. En un escrito de 43 páginas que ayer acercó al Congreso, el ex subcomisario y diputado electo desplegó sus argumentos contra las impugnaciones que pesan en su contra para que no asuma la banca.

El confeso torturador encargó su defensa a los abogados Gregorio Badeni, Rafael O’Gorman y Silvio Duarte, quienes en su escrito recordaron que la candidatura de Patti no fue “objeto de impugnación alguna” por parte de la Justicia electoral y que cumplió todos los requisitos “impuestos por la Constitución nacional”. El texto aseguró que en la sesión del 6 de diciembre, cuando la Cámara baja le impidió jurar como diputado electo, el “apasionamiento político, el odio, la intolerancia, la mentira y el resentimiento se impusieron a la sensatez republicana”. Luego, la defensa cita extensamente autores y fallos contrarios a la posibilidad de que el Congreso pueda impedir la incorporación de sus miembros. “Las Cámaras no se pueden atribuir una potestad reservada al pueblo y, por ende, no pueden impedir el ingreso de un legislador debidamente electo, porque estarían cuestionando así la valoración ética efectuada por quienes ellas representan”, argumentaron. Sin embargo, los impugnantes de Patti invocan una serie de artículos de la Constitución que indican lo contrario.

Veinticuatro horas antes de que se venciera el plazo, el diputado electo del Partido Unidad Federalista (Paufe) cumplió con la presentación de su descargo en el marco del proceso que lleva adelante la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, y que antes del 10 de junio deberá determinar si puede jurar como legislador.

Patti enfrenta impugnaciones presentadas por los diputados Remo Carlotto, Miguel Bonasso, Diana Conti y Héctor Tinnirello, que se basan en su frondoso prontuario de procesos en los que se lo acusa de haber cometido graves violaciones a los derechos humanos. En la última parte, la presentación de Pa-tti afirmó que “en ninguna de las causas que mencionan los impugnantes ha recaído condena penal alguna”. Esto es cierto en tanto ninguna llegó todavía a instancia oral, pero está procesado por el caso Granada. Sus defensores advirtieron que en la causa Cambiasso-Pereyra Rossi fue favorecido con un “sobreseimiento definitivo” en 1986. Esta información es veraz, aunque parcial, porque hay un pedido del fiscal del caso, Juan Murray, de reapertura del expediente.