Tal como había anunciado, Uruguay concretó su presentación ante el Consejo Permanente de la OEA y le reclamó a la Argentina nada menos que 400 millones de dólares por los daños económicos que –asegura– causaron los cortes de ruta. El planteo fue llevado al organismo multilateral por el canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, quien acompañó a Tabaré Vázquez en su gira por Washington. Allí, de cara a la reunión que hoy mantendrá con George W. Bush para avanzar sobre un posible acuerdo comercial, el mandatario ratificó su permanencia en el Mercosur. Luego del revuelo que generó la versión sobre su salida del bloque, Vázquez se mostró mucho más conciliador. “Queremos más y mejor Mercosur”, aseguró durante la reunión anual del Consejo de las Américas. En Montevideo anunciaron que el 25 de mayo, Tabaré encabezará una reunión de gabinete ampliado en Fray Bentos.

En realidad, el consejo de la OEA constituye un espacio de mediación, con lo cual, ante el rechazo del gobierno de Kirchner, sus miembros se limitaron a tomar nota del informe presentado por Uruguay. El argumento presentado por el representante argentino en el organismo, Rodolfo Gil, defendió la naturaleza bilateral del conflicto. “El problema es netamente ambiental, cuya base jurídica es el incumplimiento por parte de Uruguay del Estatuto del Río Uruguay. De tal modo, lo que corresponde es aplicar el procedimiento específico de solución de controversias previsto en dicho tratado”, remarcó orientando las miradas hacia la Corte Internacional de La Haya, donde hoy el gobierno de Kirchner presentará su demanda.

En este sentido, Gargano ratificó que la intención de su país fue solamente la de dejar constancia en un ámbito internacional la visión uruguaya. “No venimos a plantear que resuelvan nada, sino que trasladen y tomen información de lo que está ocurriendo. Lo venimos a plantear en bien de la paz, de la solidaridad y de nuestra hermandad”, explicó el canciller. Acto seguido, se explayó sobre los presuntos daños económicos generados por los cortes en Gualeguaychú, que –según calcula la administración de Vázquez– ascenderían a unos 400 millones de dólares.

De esta forma, Uruguay dio un paso más en su estrategia por regionalizar el conflicto. Es bajo esta bandera que intentó llevar el tema al Consejo del Mercosur, algo que finalmente no se concretó debido a la negativa argentina. Dicha actitud generó una segunda respuesta, que consistió en la presentación de una demanda solicitando la intervención del Tribunal Arbitral del bloque. Según lo establecen los reglamentos, Argentina tenía plazo hasta hoy para responder la denuncia, con lo que ahora podría ser convocado un tribunal integrado por miembros elegidos por los socios del bloque.

Mientras tanto, Tabaré sigue su gira por Estados Unidos. Ayer se reunió con el directorio del Banco Mundial –principal inversor en el proyecto de las papeleras– y hoy se encontrará con George W. Bush. La cita indudablemente concentrará toda la atención de los socios del Mercosur en tanto se trata del paso más importante dado por ese país en sus intenciones de avanzar en un acuerdo comercial con Estados Unidos. En el entorno de Vázquez en las últimas horas descartaron la posibilidad de firmar un Tratado de Libre Comercio con Washington, pero miran con optimismo la posibilidad de ingresar al mercado norteamericano. La idea es comenzar a ampliar la base comercial con otros países pero manteniendo su status como miembro pleno del Mercosur. Ayer, Vázquez ratificó su permanencia en el bloque. “Estamos convencidos de que el camino del diálogo es el mejor camino para que la integración, más allá de sus problemas, sea una verdadera solución”, enfatizó en su discurso ante la reunión anual del Consejo de las Américas.

En contraste con este tono conciliador, el secretario de la Presidencia, Gonzalo Fernández, adelantó una nueva ofensiva contra el gobierno de Kirchner. En respuesta al acto que hará mañana en Gualeguaychú, Vázquez decidió arremeter con otro gesto y convocó a una reunión del Consejo de Ministros para el 25 de mayo en la ciudad de Fray Bentos. La sesiónreunirá así a todo el gabinete en la localidad donde se pretenden instalar las fábricas, epicentro de la disputa entre ambos países.