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El dólar trepó hasta 3,85 en una región infectada

El billete describió un nuevo salto pese a que el Banco Central intervino con una pérdida neta de 52,5 millones de dólares. Las reservas siguen bajando, ubicándose en 9781 millones. Brasil mejoró porque Lula bajó en las encuestas, y hubo calma en Uruguay al anunciarse un paquete con fuertes bajas del gasto.

El Gobierno empezó una semana clave con un traspié. La cotización del dólar saltó a 3,70 por cuenta y orden del Banco Central y a 3,85 en las casas de cambio. Las proyecciones oficiales que Roberto Lavagna presentó la semana pasada a la misión del FMI ubicaban la paridad cambiaria en no más de 3,80 este año, nivel que quedó superado a pesar de la fuerte intervención de ayer del Banco Central. La autoridad monetaria resignó 52,5 millones de dólares de reservas buscando contener al dólar. De ese total, 9 millones gastó en el mercado minorista. La continua pérdida de reservas y la indefinición respecto del acuerdo con el FMI aumentan las tensiones en el mercado de cambios. La propagación de la crisis por América latina termina de conformar un cuadro de gran inestabilidad, que hace crecer la demanda por la divisa estadounidense. Los presidentes de cuatro países tuvieron que salir ayer a intentar calmar los ánimos, aunque en Brasil y Uruguay la jornada terminó mejor de lo que se insinuaba. El mayor problema lo tuvo Paraguay, al tener que suspender a un banco.
En el país, empresas y particulares se vuelcan a la compra de dólares ante la convicción de que el Central se está quedando sin reservas para operar. Al jueves pasado, último dato oficial, quedaban 9781 millones de dólares en el tesoro. El FMI presiona para que no se gaste un dólar más.
El resultado de esas gestiones será determinante para la evolución del tipo de cambio. Si el ministro de Economía no consigue vencer la resistencia de Horst Koehler y Anne Krueger, jefe y subjefe del Fondo, y queda como condición para la firma de un acuerdo que terminen las intervenciones del Central, el dólar seguirá subiendo. En el Gobierno guardan esperanzas en que Lavagna conseguirá un pacto con el Fondo que no contemple aquella exigencia, y que a partir de allí se estabilizará el tipo de cambio.
La principal arma de negociación que llevará el jefe del Palacio de Hacienda es la extensión de la crisis a la región. Los presidentes de México y Chile buscaron ayer diferenciarse de la Argentina, mientras que los jefes de Estado de Brasil y Uruguay siguieron preparando medidas para enfrentar el agravamiento de la situación económica en cada uno de sus países. En Brasil, el dólar abrió en alza, pero sobre el mediodía cambió la tendencia y la jornada finalizó con una apreciación del real del 2,1 por ciento. El dólar quedó en 2,78 reales.
Fernando Henrique Cardoso sostuvo que el problema de Brasil es la incertidumbre electoral, y no el tamaño o la capacidad de repago de su deuda. “Las declaraciones de Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal (banco central estadounidense), y de Stanley Fischer, vicepresidente del Citigroup y ex director del FMI, lo prueban”, sostuvo Cardoso. Greenspan había afirmado que el problema de Brasil es “ciento por ciento político”, mientras que Fischer fue más específico al declarar que “las dudas se concentran en lo que hará Lula (el candidato del Partido de los Trabajadores para la presidencia). Todo indica que ganará las elecciones de octubre, lo que provoca el actual nerviosismo de los mercados”. La presión del poder económico sobre Lula es evidente, al punto que ayer, gracias a que su intención de voto cayó del 40,1 al 36,1 por ciento, la Bolsa de San Pablo registró una suba del 3,5 por ciento y bajó el dólar.
En Uruguay, la moneda estadounidense finalizó también en baja, a 16,50 pesos para la compra y 21,50 para la venta, 50 centavos menos que el viernes. El presidente Jorge Batlle se reunió con el ex presidente Julio María Sanguinetti en busca de un acuerdo político para conseguir la aprobación de un duro paquete de ajuste, con más de 50 medidas. Se planea eliminar los ministerios de Educación y Deportes, y gastos en salud y educación. Dos presidentes que buscaron diferenciarse de la Argentina fueron los de México, Vicente Fox, y de Chile, Ricardo Lagos. El primero sostuvo que “no estamos preocupados de que nos ocurra algo similar a lo de la Argentina, queremos caminar por otra ruta y lo estamos haciendo”, mientras que el titular del Ejecutivo chileno afirmó que “aparentemente habrá turbulencias mayores a las que hubo hasta ahora, pero Chile se encuentra en una situación particular y de excepción”.
En cambio, Paraguay sintió con dureza los efectos de la crisis de sus socios del Mercosur. El precio del dólar batió un nuevo record, al cerrar en 5950 guaraníes, 5,4 por ciento por arriba del viernes. La tensión creció luego de la intervención del Banco Alemán, entidad controlada por el grupo Velox de la Argentina. El jefe del Banco Central de Paraguay, Raúl Vera, sostuvo que “el caso del Banco Alemán es absolutamente aislado y se vincula con operaciones del grupo Velox en la región”. El Banco Montevideo-Caja Obrera, del mismo grupo en Uruguay, también fue intervenido el último viernes.

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El dólar se disparó. En Paraguay intervinieron al banco controlado por el grupo argentino Velox.
 
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