Sábado, 27 de mayo de 2006 | Hoy
EL PAíS › CARRIO LANZA HOY SU CANDIDATURA A PRESIDENTA EN UN PLENARIO DE SU PARTIDO
La líder del ARI dijo que el llamado de Kirchner a la pluralidad “es vacío”. Afirmó que en 2007 competirá sin alianzas, pero se mostró abierta a acuerdos con quienes “no entren en la especulación política”. Su visión de Macri, López Murphy y Lavagna.
Desde Mendoza
“Desde la compra, desde el chantaje, desde la política del aparato, llamar a una cuestión más plural es vacío”, dispara Elisa Carrió, en la pista de largada para su candidatura a presidente en 2007 (ver aparte). Hay un cierto tono épico mezclado con las habituales referencias académicas de la líder del ARI. Se la ve exultante, enfundada en un poncho rojo, y preparada para enfrentar al kirchnerismo sin entablar alianzas electorales con ningún otro partido. “Terminamos con la especulación política”, explica en diálogo con Página/12, aunque deja una puertita abierta para aquellos “sectores resistentes”.
–¿Qué conclusiones le dejó el acto del 25 de mayo?
–Es un proceso histórico irreversible, que está llegando a su fin. Hay un sector de una generación que necesitaba esa Plaza, hay parte de esa generación que no necesitaba esa Plaza y no estuvo. Lo que se muestra es la necesidad de tener esa Plaza de cualquier manera. Si lo que el psicoanálisis o el dolor no tramitó lo pudieron tramitar en la Plaza, está bien, a condición de que hablemos del futuro. Que podamos hablar de una Argentina que incluya a nuestros hijos, a nuestros nietos y no nos haga adolescentes perpetuos. Que hombres y mujeres de sesenta años crean que todavía tienen veinte es un problema para sus hijos, porque si ellos tienen veinte, sus hijos no han nacido. Ese trauma no puede permanecer indefinidamente, porque los que se van del país son nuestros hijos.
–¿Cómo evalúa el llamado de Kirchner a una “Argentina más plural”?
–(Se ríe) Eso es como un llamado de Menem a la transparencia en los negocios. Es el asesor de imagen que pone énfasis en lo que se le cuestiona al Gobierno, pero es no creíble. Desde la compra, desde el chantaje, desde la política del aparato, llamar a una cuestión más plural es vacío. No es porque alguien hable diez minutos... es que el enunciante de un discurso pone sentido a la palabra o le quita sentido a la palabra. Hay personas que por su historia personal y por su práctica no pueden hablar de determinadas cosas. No es que está mal lo que dijo, es que es increíble en su boca. Hubiera sido más creíble un discurso de poder.
–Concretamente, la concertación en la que piensa el Gobierno ¿puede absorber a buena parte del espectro de centroizquierda?
–Es posible. Hay que ver cuál es el espacio de esa concertación. Cuando apareció la transversalidad, dije que eran pasajeros en tránsito al justicialismo. Ahora ya están en el movimiento nacional justicialista, que va por más. No es un espacio de una concertación plural y democrática, sino de la cooptación y del chantaje.
–¿Los radicales van a terminar jugando dentro de este esquema?
–La verdad, a mí no me preocupa. No especulo con ellos... hay radicales y radicales. A fin de año se verá quién está en un lugar o en otro.
–Hoy va a reafirmar su candidatura en 2007, ¿Kirchner será su rival?
–Tampoco importa. Nosotros no estamos mirando al adversario. Tenemos un sueño que a la mayoría de los argentinos le parece imposible, pero lo vamos a hacer posible. Está el proyecto PJ, que cuando nací era igual, enfrentado a una república civilizada, igualitaria, con distribución del ingreso, donde la libertad se funda en la ley, donde existe un desarrollo cultural fenomenal.
–¿Cómo planean enfrentar la disparidad de recursos?
–Yo creo en las energías. Algunos creen en la energía del dinero y otros creemos en la dignidad.
–Pero, ¿va a ser una campaña testimonial?
–No, depende... sin nada en 2003 sacamos tres millones de votos. La verdad es que era impensable. El presidente actual sacó cuatro millones con todo el poder duhaldista, así que hay que esperar.
–¿Por qué van sin alianzas?
–Porque no queremos entrar en la especulación política electoral. Tendríamos que estar muy seguros de las conductas y de los proyectos. Esa seguridad hoy no está. Tuvimos muchas experiencias de alianzas en el pasado, que fueron más de intereses personales que de alianzas estratégicas, así que vamos con cuidado. No quiere decir que no hablemos con sectores y que mi candidatura no pueda ser incorporada a otros sectores que resistan. Pero no va a ser una alianza.
–¿La prueba de fuego para ser sus aliados es resistir a sumarse al Gobierno?
–Sí. La capacidad de resistencia y la no especulación van a medir.
–¿No tienen miedo de quedarse solos?
–Hace tiempo que venimos caminando solos y bien.
–¿Quién va a ser el candidato del ARI en Capital?
–No, de esas cosas no vamos a habar. Las va a decidir el ARI en su momento con las personas que tengan mayor legitimidad. Lo que decidió la junta de Capital es que el ARI es una fuerza autónoma en la Capital y va sin alianzas. Ese era mi objetivo: que no nos mezclen ni hagan alquimias. Va solo en la Capital y en la provincia de Buenos Aires.
–¿Y en Santa Fe?
–Seguramente irá en alianzas con Binner. Yo creo que hay que acompañarlo en la gobernación, pero no soy partidaria de las alianzas electorales, porque creo que desdibujan los partidos.
–¿Cómo se va a plasmar ese “acuerdo de conductas preideológico”?
–Los que resisten es porque tienen conducta. Va a llegar un día en que, en la diversidad, y no juntándose, pero sí uniéndose para mostrar un país civilizado, se va a dar este acuerdo de conductas.
–¿López Murphy se puede sumar?
–Ocurre que ese acuerdo presupone personas que piensan diferente y que van a formar distintos partidos, pero tienen el mismo obrar. En los países civilizados, hubo un momento en que las personas pensaban distinto, pero tenían conductas iguales. A nadie se le ocurría robar. Winston Churchill y Charles De Gaulle pensaban diferente, pero tenían una misma dignidad. De Gaulle y François Mitterrand tenían diferencias, pero querían una república para Francia, esto aquí se entiende muy mal porque no hay categorías conceptuales para una cuestión más civilizatoria. Hablo de lo obvio, que es posible en una cultura que salga de la barbarie.
–Ahora bien, en este acuerdo, ¿por qué López Murphy sí y Macri no?
–Porque una cosa es pensar distinto con personas que tienen determinadas conductas y otra es... preguntame si no por qué no Menem.
–¿Y Lavagna?
–No, no. Hay que ir dejando atrás el pasado, las corporaciones, al duhaldismo y los gordos de la CGT.
–Esta semana, sin embargo, coincidieron con el kirchnerismo en rechazar la entrada de Patti.
–Diría que el kirchnerismo coincidió con nosotros, porque yo construí la doctrina de Bussi, cuando grandes sectores del justicialismo no querían votar esto. Nosotros en materia de derechos humanos votamos siempre igual, los que cambian son los demás. Lo que fue dramático es que, en el seno del PJ, víctimas y victimarios estaban juntos. Esto es lo dramático. Y la pregunta que me queda es ¿qué hubiera pasado con Patti si hubiese sido kirchnerista?
Reportaje: Werner Pertot.
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