Lunes, 26 de junio de 2006 | Hoy
EL PAíS › EN COMPROMISO K PROMUEVEN A MICELI EN CAPITAL
Sectores del kirchnerismo ya miden a Miceli como candidata a jefa de Gobierno. No quieren apurar un pronunciamiento. Se suma a otros candidatos como Scioli, Bielsa y Telerman.
Por Diego Schurman
Un sector del kirchnerismo la está posicionando. En cambio, en su entorno prefieren regular los tiempos. Pero lo cierto es que nadie puede evitar el “efecto Felisa Miceli”. Su posible candidatura a jefa de Gobierno porteño ya genera movidas en el oficialismo. Y la gran duda es si efectivamente Néstor Kirchner, en su carácter de elector, apelará a la ministra de Economía para su proyecto en la Capital.
Felisa es el nombre que mencionan con mayor énfasis y asiduidad en Compromiso K. La agrupación de Carlos Zannini es ambiciosa. Realizará el próximo jueves su desembarco en la Capital. Será con un acto en Parque Norte, encabezado por el propio secretario de Legal y Técnica. En las oficinas de Compromiso K, sobre la calle Alsina, ven a la ministra de Economía como una excelente postulante. Ese es el comentario que se hizo carne nuevamente esta semana, en un encuentro encabezado por el diputado santacruceño Henry Olaf Aaset. Ya midieron a Felisa y, aunque esconde los números, asegura que los sondeos le dan muy bien.
Miceli no tiene la bendición de Kirchner, como tampoco la tienen Daniel Scioli, Rafael Bielsa y Jorge Telerman, los otros tres candidatos que buscan cobijarse bajo el ala oficial. El Presidente deja hacer. Y cuando sea el momento determinará quién se quedará con el título de postulante.
El nombre de Miceli circula con fuerza desde hace varias semanas. Y eso lo sabe su marido Ricardo “Pacha” Velasco. El titular de la Corriente Nacional y Popular 25 de Mayo, también en Compromiso K, preferiría aplacar el tema. “Una probable o improbable candidatura en este momento no es beneficiosa para la gestión de Felisa en Economía”, aseguran cerca suyo.
En términos estratégicos, la preocupación de Miceli es entendible: exponerse es también quedar al descubierto para que los sectores que la enfrentan comiencen a esmerilarla. Igualmente esa posibilidad parece atenuada por una lógica de supervivencia. Resultaría riesgoso que de la propia Casa Rosada ataquen a una funcionaria de un área tan sensible. Y mucho menos cuando le antecedió en ese cargo Roberto Lavagna, el hombre que ahora amenaza enfrentar a Kirchner en la presidencial.
Fue precisamente Miceli quien salió a cruzar a Lavagna cuando éste inició su andanada de críticas al Gobierno. En esos días, previos al Mundial de Fútbol, el Presidente ordenó a sus ministros que dejen la exclusividad de la respuesta oficial en boca de Felisa.
Los “felicistas” o “micelistas”, si se permite alguna de esas categorías, tienen un listado enorme de supuestas virtudes de la mujer que por estas horas se anima a soñar con un desembarco en la ciudad. Pero entre todas destacan una: la posibilidad de que una ministra de Economía pueda marchar junto a la gente en la calle. Aluden a su presencia en la Plaza del pasado 25 de Mayo que reunió a todo el espectro kirchnerista.
Desde que asumió en su cargo, en diciembre pasado, Miceli ha logrado por mérito propio, y también ayuda de los pingüinos, acercarse a Kirchner. Ahora las huestes de Zannini quieren posicionarla, aunque desde la gestión y no haciendo alarde de una candidatura. Estiman que el tema podría hacer “ruido” en su tarea diaria, que incluye temas sensibles, como la pulseada contra la inflación. “Instalar a Felisa es muy difícil desde el vamos. Hay que tratar el tema con mucho cuidado. Si los empresarios y los factores de poder saben que el año que viene va a ir por la Jefatura de Gobierno van a empezar a buscar otro interlocutor. Hay que trabajar con mucho cuidado”, señaló un estratega de Compromiso K.
La fuente no hizo otra cosa que aludir a la teoría norteamericana del “pato rengo”. Es decir, a la pérdida de poder gradual que sufren los presidentes –en este caso aplicada a una ministra– en el final de su último mandato. “Kirchner está muy contento con Felisa. La banca y nosotros la vamos a acompañar”, señaló otro dirigente de la agrupación de Zannini entusiasmado con la posibilidad de la candidatura de la ministra que el día de su jura llevó hinchada propia al Salón Blanco.Aunque no lo digan en voz alta, la precaución de los laderos de Felisa también responde a la interna kirchnerista. Es vox populi que Alberto Fernández, en su doble rol de jefe de Gabinete y titular del PJ porteño, promueve la candidatura de Scioli. El vicepresidente mide bien en las encuestas que circulan en la Casa Rosada. Pero los integrantes de Compromiso K consideran que seduce al mismo público que Mauricio Macri y, en cambio, no suma votos de los sectores progresistas porteños.
Para no tensar la cuerda con Fernández, uno de los referentes del zanninismo, Roberto Porcaro, telefoneará al jefe de Gabinete para invitarlo al acto de Parque Norte. Una manera de plantear fair play para la competencia interna que se avecina en la Capital. La gente de Compromiso K ve en Scioli el principal competidor de la estructura kirchnerista. Cree que Bielsa no conseguirá el aval de Kirchner ya que su última aventura electoral, en las legislativas de 2005, le puso un techo, al quedar relegado a un tercer lugar. Y a Telerman lo ven haciendo demasiado juego propio en el armado de su gabinete –donde revista el lavagnista Guillermo Nielsen–, que no sería del agrado de Kirchner.
La tropa de Zannini, antes de consolidar la posibilidad de Miceli, también dejó trascender el nombre de Daniel Filmus para la Capital. Desde Madrid, el viernes pasado, el ministro de Educación negó esa posibilidad. “No está en mi horizonte” dijo, escudándose en el tiempo que le imprimirá el rediseño de la Ley de Educación.
Lo que está claro es que el gran elector será Kirchner. Y sobre todo ahora que se puso en marcha un dispositivo desde la Casa Rosada para unificar las elecciones porteñas con las nacionales de 2007, donde el Presidente muy probablemente vaya por la reelección. El plan lo blanqueó Juan Manuel Olmos. El legislador porteño presentó un proyecto para modificar la ley que obliga a realizar los comicios nacionales y los de la ciudad de Buenos Aires en días distintos. Si prospera, y Kirchner mantiene un alto nivel de adhesión, es más que probable que traccione votos a favor del postulante del Frente para la Victoria. Sea Scioli, Bielsa, Telerman... o Miceli.
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