La titular del PAMI, Graciela Ocaña, renunciará finalmente a su banca de diputada, que está vacante desde hace más de dos años. Eso ocurrirá el próximo 31 de agosto, cuando desista de solicitar una nueva renovación de la licencia en la Cámara baja. Con la decisión, el ARI tendrá la posibilidad de recuperar una banca en el Congreso.

Fuentes oficiales aseguraron que Ocaña no quiere dar más excusas para que la oposición la critique. Desde que Néstor Kirchner le pidió que asumiera en el PAMI, en enero de 2004, la funcionaria viene renovando periódicamente la licencia de la banca que ganó el año anterior como candidata de la lista del ARI.

En la Casa Rosada reconocen que la prolongación de la licencia es polémica y que ya alcanzó un record en la Cámara. Pero se escudan en que la normalización del PAMI le está llevando a Ocaña más tiempo del originalmente pensado.

La dimisión abrirá un inminente debate en las filas del partido de Elisa Carrió. Por decantación, el lugar que deja Ocaña tendrá que ser ocupado por Elsa Quiroz, quien integró aquella lista del ARI de la provincia de Buenos Aires. Legalmente deberá completar el mandato de “La Hormiguita” hasta el 2007.

Pero el tema no es tan sencillo, porque el año pasado Quiroz se presentó nuevamente a elecciones por el ARI e ingresó como diputada hasta el 2009. Dicho de otro modo, si reemplaza a Ocaña resignará prácticamente dos años de mandato. “Todavía no tomé una decisión. Vamos a discutirlo en el bloque. Pero primero vamos a ver si Ocaña renuncia, porque por ahora son sólo comentarios”, señaló Quiroz a Página/12.

El bloque del ARI viene pidiendo desde hace tiempo la renuncia de Ocaña. Su titular, Eduardo Macaluse, es uno de los principales críticos del mecanismo de licencias que se puso en marcha en 1989.

Si Ocaña fuera reemplazada por Quiroz, la banca de ésta, a su vez, deberá ser ocupada por Lidia Naim, mujer del intendente de San Martín, Ricardo Ivoskus. En cambio, si Quiroz desiste, la banca de la titular del PAMI quedará a disposición de quien ocupaba entonces el sexto lugar en la boleta del ARI. O sea de Gustavo Cardesa, integrante del Partido Intransigente. En el 2003 Cardesa era aliado de Carrió. En la actualidad tomó distancia.

Ocaña, en la intimidad, reconoce que los sucesivos pedidos de renovación de licencia terminaron facilitando la crítica de la oposición. Ese era su principal flanco débil y cuestionable desde el punto de vista ético. Varios miembros del staff de Carrió creyeron ver allí una maniobra para retacearle una banca al ARI.

La titular del PAMI siempre esgrimió en su defensa el artículo 21 del reglamento de la Cámara baja, que establece que mientras dure la licencia el diputado podrá ser reemplazado por su suplente. “Es verdad que existe esa posibilidad. Pero como nosotros no aceptamos la parte del reglamento que permite a la Cámara conceder licencias, tampoco aceptamos la posibilidad de los reemplazos provisorios. Tenemos que ser coherentes. En el 2004 ya dije que no me iba a hacer beneficiaria de una situación de la que no estoy de acuerdo”, aseguró Quiroz a este diario.

El caso de Ocaña tuvo una fuerte repercusión, ya que derivó en su expulsión del ARI, una medida que la funcionaria apeló. No obstante, existen en el actualidad otros casos similares. Por ejemplo, los de Hugo Franco y Alicia Lemme, quienes pidieron licencia para asumir como funcionarios del gobierno de San Luis.

La titular de la obra social de los jubilados puso a Kirchner al tanto de su decisión hace unos pocos días. Hay quienes relacionaron la noticia con una futura aunque indefinida incursión electoral de Ocaña, algo que en la Rosada no confirmaron.