El Mundial acabó, pero los ecos de la final se mantienen. Todavía queda por descubrir qué le dijo Marco Materazzi, Matrix, a Zinedine Zidane antes de que éste le diera un cabezazo en el pecho y cerrara su carrera de futbolista con una tarjeta roja. Matrix, la cara sucia del calcio, dio ayer su versión de los hechos, precedida, eso sí, por una broma. “Intentó hacerme un nicho para guardar la Copa del Mundo”, dijo en declaraciones a La Gazzetta dello Sport. “Lo que está claro es que empezó él”, aseguró ya en serio Materazzi, que añadió que Zidane lo miró “con aire de soberbio durante todo el partido”.

“Lo que pasó lo vieron todos en televisión. Lo agarré por la camiseta un par de segundos, se dio vuelta burlándose de mí y me dijo: ‘Si querés mi camiseta te la daré en cuanto termine el partido’”, explicó el central italiano. “Le contesté con un insulto, es verdad, de esos que se utilizan en las canchas y que yo escucho por lo menos diez veces por partido”, agregó Materazzi, que volvió a desmentir que le llamara “hijo de una puta terrorista”. Dos expresiones que, según el italiano, no entran en su vocabulario.

Admitió no conocer el significado de “terrorista” y “madre” para él es algo sagrado –la perdió cuando era niño–. Zidane todavía no dio su versión de lo ocurrido. A la espera de que aclare los hechos –confesó a su representante que Materazzi lo había insultado gravemente y le aseguró que se lo contaría todo pasado un par de días–, la FIFA decidió abrir una investigación disciplinaria para aclarar las circunstancias del “incidente” entre los dos jugadores.

Mientras, se disparan las especulaciones. El diario británico The Sun recogía ayer la versión dada por una experta en lectura de labios. Según su interpretación, Materazzi habría insultado a la madre de Zidane. En Internet circula otra versión, algo divertida, según la cual Materazzi se habría atrevido a pedirle a Zidane “que se fuera a jugar al Inter”, equipo que ganó su última liga hace 17 años. Menos bromista se mostró el central de les bleus Williams Gallas en declaraciones a The Sun. “Me gustaría partirle la cara a Materazzi por lo que ha hecho a Zidane”, dijo el defensor francés del Chelsea. “No sabemos por qué, pero los grandes jugadores suelen ser provocados”, fue el único comentario de Florent Malouda tras la final. El seleccionador Raymond Domenech sentenció: “No lo excusamos, pero lo comprendemos”.

La reputación de duro que Materazzi se forjó en la liga italiana añadió más leña al fuego. Los medios de su país recuerdan que el defensor provoca con frecuencia a rivales. Expulsado en octavos de final del Mundial ante Australia, por una entrada violenta contra Mark Bresciano, Materazzi conoció una sanción más grave por su agresivo comportamiento en febrero del año 2004, cuando en un partido de su equipo dio un puñetazo a Bruno Cirillo, del Siena. Resultado: cuatro meses de suspensión.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.