Néstor Kirchner encontró ayer en Corrientes un nuevo escenario para salir a la conquista de radicales bajo la convocatoria de una “concertación plural”. Efectista, el Presidente se presentó junto al gobernador Arturo Colombi –afiliado a la UCR, obviamente– para mostrar otra foto en la vitrina de hombres de la oposición que han decidido encolumnarse con la Casa Rosada.

El operativo seducción de Kirchner busca debilitar la estructura radical, que en la última Convención dio su tácito apoyo a la candidatura presidencial –nunca formalizada– de Roberto Lavagna. La reciente pelea del Presidente con su antecesor Raúl Alfonsín, enmarcada sobre las políticas de derechos humanos, no fue ajena a este propósito.

Kirchner nunca pierde oportunidad de mostrarse con Julio Cobos, el radical gobernador de Mendoza y uno de los que podría secundarlo en una fórmula presidencial. La instantánea de ayer con Colombi no escapa ni un ápice a esa lógica de conquista.

La novedad entonces pasó más por la foto que por las palabras, que el Presidente utilizó para reafirmar los límites de la concertación. “No estaremos con los que nos entregaron permanentemente y trajeron hambre y desocupación a este tierra”, señaló con una prédica de inconfundible tono de campaña proselitista.

La presencia de Julio De Vido y José López, número uno y dos del Ministerio de Planificación Federal, completaron el cuadro. Ambos funcionarios participaron en la entrega simbólica de 330 viviendas en un barrio populoso a 8 kilómetros de la ciudad de Corrientes.

“Recién, cuando bajé del helicóptero y se levantó este vientito del sur, levantando tierra, le dije al gobernador que inmediatamente se ponga en contacto con el secretario de Obras Públicas para instrumentar la pavimentación de estas calles”, señaló Kirchner, sorprendiendo con un anuncio fuera de programa.

“Veo allá atrás –siguió–, todavía lo puedo ver, un cartel que pide agua para el barrio Merceditas Collantes y también le digo al gobernador que le diga al secretario de Obras Públicas que se firme el compromiso para darle agua a ese barrio, como corresponde.”

Colombi se prestó gustoso a los requerimientos. No es para menos. Se trata de un radical K que viene colaborando con el proyecto oficial. Hay que recordar que uno de sus engranajes con el gobierno nacional es Roberto Porcaro, quien tiene un cargo de consejero principal en Corrientes. Porcaro, a la vez, es uno de los arquitectos de Compromiso K, el sello que agrupa a los seguidores del secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini.

Así como Kirchner se encarga de la foto con los “radicales que gobiernan”, Porcaro es uno –otro es el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli– de los que hacen el trabajo hormiga por abajo. Este sábado abrirá, por ejemplo, las puertas de su quinta Los Abuelos, de Canning, partido de Ezeiza, a miembros de la UCR porteña. A ese centro de operaciones K arribarán el escribano radical Jorge Gómez y el segundo de la Secretaría Legal y Técnica de la Capital, Javier Lerena, entre tantos otros radicales.

En la Ciudad de los Niños, el día anterior, también se espera presencia radical. La excusa es un encuentro de las direcciones de la juventud porteña, bonaerense y nacional, en la que tienen prometida su asistencia el canciller Jorge Taiana y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. En cambio, Za-nnini pegaría el faltazo, ya que se trasladaría a Río Gallegos para preparar con Kirchner el viaje a Estados Unidos. El raid de Porcaro seguirá el domingo por Mar del Plata, donde ya tiene cita con el intendente Daniel Katz, y el 23 de octubre se propone reunir a miles de radicales en el predio del gremio de Sanidad de La Plata. Habrá que ver si lo logra.