Sábado, 16 de diciembre de 2006 | Hoy
La Gendarmería difundió el informe pericial de las llaves encontradas en el jardín de Jorge Julio López. Concluyó que por el óxido pueden haber estado allí desde antes de la desaparición del testigo.
La Gendarmería agregó una importante cuota de confusión a la causa en la que se investiga la desaparición de Jorge Julio López. Los peritos de la fuerza sostuvieron que las llaves de López, encontradas en el jardín de su casa el 23 de noviembre pasado, pudieron haber estado en ese lugar desde hace 90 días. La fecha podría ser anterior a la desaparición del albañil cuyo testimonio fue considerado clave en la causa contra el represor Miguel Angel Etchecolatz. El resultado de la pericia contradice uno anterior al que arribó la Policía Bonaerense. Los bonaerenses habían determinado que las llaves habían estado tiradas al aire libre unos 15 días antes de su hallazgo.
López desapareció el 18 de setiembre, dos días antes de que se conociera la sentencia contra Etchecolatz. Desde ese momento el hecho estuvo rodeado de puntos oscuros. La familia había destacado que una de las costumbres de López era cerrar la puerta de su casa con llave y tirarlas hacia adentro. Desde un principio los investigadores supusieron que, contra su costumbre, el albañil de 77 años que había sobrevivido a la dictadura y a Etchecolatz tenía las llaves consigo. Cuando éstas fueron localizadas en el jardín, se pensó que se trataba de un mensaje de los secuestradores. La clave estaba en las pericias. La que entregó la Policía Científica de la Bonaerense pareció ratificar esa hipótesis. La familia de López pareció no abonar a esa idea. Dejaron trascender que ellos pensaban que las llaves siempre habían estado allí y que en su momento los investigadores no las habían encontrado por negligencia.
El resultado que ayer la Gendarmería le entregó al fiscal de instrucción, Marcelo Martini, afirma que “por el óxido de la llave se puede deducir que pudo haber estado allí hasta 90 días antes de su hallazgo. Y del análisis del cuero es imposible determinar cuánto estuvieron porque se desconoce la calidad del material del llavero y su resistencia”. El propio Martini, que en su comienzo entendía en la causa por averiguación de paradero, confirmó que “las llaves pudieron haber estado en el jardín el 18 de septiembre”, día de la desaparición de López.
La pericia que entregó la Gendarmería se conoció el mismo día en el que Néstor Kirchner no descartó la existencia de complicidad con el secuestro de López por parte de fuerzas que actúan a espaldas de la sociedad (ver aparte).
Aunque el fiscal Martini confirmó el contenido del informe que le entregó la Gendarmería, lo cierto es que la causa ahora transcurrirá exclusivamente en el fuero federal. La Corte Suprema definió que la desaparición de López debe ser investigada por privación ilegal de la libertad y no como averiguación de paradero, figura en la que entendía Martini. En este caso la causa quedará en manos del juez federal Arnaldo Corazza.
La disputa de competencia entre un fuero local y otro federal es, a otra escala, algo que también sobrevuela entre las fuerzas policiales y de seguridad que investigan el caso. Además de la policía provincial y de la Gendarmería, también la Secretaría de Inteligencia del Estado interviene en la investigación. A pesar de ello, el gobernador Felipe Solá reconoció el fracaso en el esclarecimiento del hecho. Algo que ayer Kirchner descartó.
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