Pasan los días y la desaparición del testigo Jorge Julio López sólo suma misterio y especulaciones. El diputado kirchnerista Carlos Kunkel deslizó la posibilidad de que su presunto secuestro esté vinculado con la convocatoria hecha por el ex presidente de facto Reynaldo Bignone a “terminar con la tarea” que dejó inconclusa la dictadura. Las expresiones de Kunkel coinciden con una noticia difundida por la agencia alemana DPA, recogida de una ONG no identificada, según la cual López podría haber sido “asesinado” por represores tras haberse negado a cambiar su testimonio. Funcionarios e investigadores del gobierno bonaerense dijeron desconocer a qué se refiere la agencia, mientras que los organismos de derechos humanos le restaron credibilidad.

La agencia señaló que la información era “confiable y comprobada” y no un anónimo de los que circulan tanto en Internet como en las redacciones e incluso entre los organismos de derechos humanos, y que la ONG pidió reserva de identidad por “razones de seguridad”. Como la entidad hizo esa solicitud, DPA se negó a violar el off the record. Según el cable, López habría sido secuestrado el 18 de septiembre cuando salía de su casa para asistir a los alegatos en el juicio contra el represor Miguel Etchecolatz. Los secuestradores le habrían exigido que renunciara a su testimonio para evitar la condena que finalmente recibió a reclusión perpetua por delitos cometidos en el marco de un genocidio.

“Es muy endeble; como ese tipo de datos hay miles en la causa, hay miles, y parecen más bien información de los servicios o pases de factura internos de la policía. Es poco serio que una ONG no se dé a conocer y los datos tienen un alto grado de imprecisión”, comentó a Página/12 Myriam Bregman, una de las abogadas de López en aquel juicio. Lo que no cierra del cable de DPA es el pedido para que el testigo se desdiga, porque su declaración ya había tenido lugar meses antes. Lo cierto es que aquel día tenía que hablar en la audiencia y su ausencia fue remediada mediante un acuerdo con el tribunal.

Una alta fuente del gobierno bonaerense relató a este diario que, apenas tomó contacto con el cable, el gobernador Felipe Solá dio instrucciones al ministro de Seguridad, León Arslanian, para que hiciera las averiguaciones correspondientes, porque ellos no tenían ningún dato al respecto. Ayer fueron rastrillados dos barrios de La Plata y Puente de Hierro, sin resultados. El funcionario expresó que la incógnita sobre el caso sigue creciendo, a pesar del análisis de las 1200 llamadas que se realizaron esa mañana en la zona y del estudio del entorno de Etchecolatz.

“Por ahí respondieron a la convocatoria”, arriesgó el diputado Kunkel al recordar el acto del 24 de mayo en Plaza San Martín, donde se leyó un mensaje a la juventud de Bignone. En ese sentido, señaló que una iniciativa similar convocada meses más tarde por Cecilia Pando de Mercado y Karina Mujica “mereció el respaldo y el apoyo explícito en una adhesión que se leyó de Jorge Bergoglio”. Kunkel expresó que tras el acto “no pasó nada porque no les da el cuero”, pero enseguida se corrigió: “...algo pasó, porque Julio López desapareció”. Según dijo el diputado, “nunca se está lejos de que salga un grupo de asesinos ejecutando esas cosas. Algunos obispos, algunos cardenales los avalan en las convocatorias que algunas entidades de militares retirados hagan”. Sin embargo, sostuvo que “el Ejército actual se va distanciando cada vez más de esa rémora del pasado y dista de tener ese tipo de actitudes”.