A pesar de que los asambleístas de Colón anunciaron que suspenden el corte del puente con Paysandú en Nochebuena, la certeza de que el puente de Gualeguaychú-Fray Bentos permanecerá cerrado durante las fiestas –los asambleístas decidieron mantener el corte en el paraje Arroyo Verde, donde instalaron carpas y camionetas– impulsó de nuevo al Gobierno a opinar sobre las pasteras. A través del ministro del Interior, Aníbal Fernández, y del canciller Jorge Taiana, la Casa Rosada hizo saber que como instancia de mediación para resolver el conflicto prefiere al enviado del rey de España, Juan Carlos I, antes que a la Corte Internacional de La Haya. “El Gobierno reitera su firme vocación de continuar trabajando para que se resuelva la controversia con Uruguay”, dijo Taiana. Luego destacó el “importante esfuerzo diplomático” del facilitador Juan Antonio Yáñez Barnuevo. Desde Montevideo, el canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, insistió ayer en que el levantamiento de los cortes “es condición insoslayable para una negociación entre las partes”.

La controversia con Uruguay sigue estando estancada. Y si se la mide por los últimos hechos, su resolución parece muy difícil. Ayer, el canciller uruguayo volvió a destacar que su país no retomará ninguna negociación con la Argentina “mientras se mantenga el bloqueo” del puente binacional Gualeguaychú-Fray Bentos. “La solución del conflicto depende de que el gobierno argentino evite los bloqueos de los puentes, ya que tiene condiciones para hacerlo”, aseguró Gargano.

La demanda uruguaya será de muy difícil cumplimiento, porque los asambleístas de Gualeguaychú ya adelantaron que mantendrán los cortes durante las fiestas. “Es muy difícil que abandonemos las rutas. Por ahora la posición es la de seguir en la ruta como única herramienta de reclamo y de hacer valer nuestro derecho”, dijo ayer Oscar Vargas, miembro de la Asamblea Ciudadana Ambiental. La posición del gobierno de Tabaré Vázquez –de condicionar la negociación al levantamiento de los cortes– no significa que Uruguay haya decidido rechazar la mediación de España. “Seguimos confiando en los buenos oficios del rey”, dijeron ayer fuentes uruguayas.

Desde la Rosada insistieron con su clásica teoría de que el conflicto debería ser resuelto en forma bilateral o a lo sumo con la mediación de España. En esa línea se manifestó el ministro del Interior, quien dijo que el problema se debería dirimir en los ámbitos “políticos y diplomáticos” de ambos gobiernos. “Se trata de dos pueblos que son la misma cosa y, en particular, entre Gualeguaychú y Fray Bentos, que son en definitiva el mismo pueblo unido por un río”, dijo Fernández. Aunque al Gobierno no le gusta demasiado la hipótesis de La Haya, en la Cancillería están preparando el documento definitivo sobre la causa “de fondo” (el incumplimiento de Montevideo del Tratado del río Uruguay). El documento deberá ser presentado en el tribunal antes del 15 de enero.

Sobre el corte del puente, los asambleístas de Gualeguaychú repitieron el argumento de que la ocupación de la ruta es la única alternativa con la que cuentan. “Hubo seis meses de rutas abiertas y el presidente Tabaré no buscó diálogo en ese tiempo. Hoy es inviable siquiera sentarse. No ha habido la posibilidad de un acercamiento. Botnia nunca para, llegan barcos monstruosos. Por ahora la única posición es seguir en la ruta como única herramienta de reclamo y de hacer valer nuestro derecho”, afirmó el ambientalista Vargas. Para evitar críticas, desde la Asamblea aclararon que aunque el puente esté cortado quienes quieran visitar a su familia por Navidad podrán cruzarlo a pie y luego tomar un colectivo o un remise.

Desde el lado uruguayo ayer se sumó otra voz que agregó un elemento nuevo para, supuestamente, ayudar a encontrar una salida al conflicto. El intendente del distrito de Durazno, Carmelo Vidalín, había propuesto que con la pasta de celulosa que se produzca en la planta de Botnia la Argentina fabrique papel en su territorio. Vidalín no pertenece al Frente Amplio, sino al opositor Partido Nacional, de centroderecha.