Mostrar a Mauricio Macri en un basural lanzando su candidatura era una imagen para causar impacto. Los estrategas de PRO lo sabían. Pero con la participación de una nena de ocho años parece haberles salido el tiro por la culata, con una polémica en la que recibió críticas de casi todo el arco político, incluidas figuras tan distintas como Elisa Carrió y el presidente Néstor Kirchner. También dejó un flanco que no desaprovecharon sus contendientes, Jorge Telerman y Daniel Filmus. “Lo van a tener de punchimbol”, graficó la legisladora Gabriela Michetti, posible vice del empresario. El diputado part-time eligió una forma peculiar para dar por terminada la polémica: se mostró arrepentido de lo ocurrido. “Si pudiese volver atrás, le diría a Melina: ‘Retirate que estoy por empezar’”, dijo Macri.

El presidente de Boca volvió a recordar la foto con Melina, de 8 años, sobre una tarima de madera y en medio de un basural de Villa Lugano. “Hay que entender que yo actué en forma espontánea, como creo (que haría) una persona normal. Viene una nena a darme afecto, me conmueve, me dice: ‘Me quiero quedar acá con vos’. Y yo empecé”, contó. “¿Por qué no puedo estar con los vecinos? Fue un gesto espontáneo de Melina, que me gustó y se lo agradezco; no sentí que debí pedirle que se fuera”, abundó en declaraciones radiales. “Todo el mundo piensa mal, en vez de pensar bien”, se quejó Macri.

“La verdad, me sentí acompañado, no me pareció algo feo”, afirmó Macri, quien consideró en respuesta a las numerosas críticas: “Ahora, interpretar que esto era una chiquita que la trajimos contratada, es pensar muy mal y muy retorcido”. “Nos van a agredir, a calumniar porque muchos no saben hacer política de otra manera”, disparó el dirigente.

¿Fue parte de su estrategia electoral o se salió del libreto? En el macrismo juran y perjuran que el arrepentimiento de Macri no fue parte de una estrategia. “Se arrepiente, en el sentido del despelote que se armó. No del acto en sí. Habrá que ver cómo les va a los progres con los niños”, mascullaron cerca de Macri. Sobre la imagen de la nena, consideraron que –incluso en la polémica– no fue del todo contraproducente: “Le dio visibilidad al lanzamiento, ¿o no?”. Otro macrista no se mostró tan seguro. “¿Para qué levantó el tema? Estoy desconcertado”, se sinceró.

A pesar de las diferencias con Macri por la candidatura de Ricardo López Murphy a presidente, en Recrear también cerraron filas para defenderlo. “Es una exageración: Kirchner el día que lo criticó ¡¡se sacó una foto con un montón de pibes que ni conoce!!”, cuestionó el diputado Pablo Tonelli.

–Entonces, ¿para qué se arrepiente Macri? –preguntó Página/12.

–Bueeeeeeeno... Arrepentirse. Fue decir que si sabía que se iba a armar tanto quilombo, no se mostraba. El no se arrepiente de su relación con la chica –consideró Tonelli. “Por ahí ve que le están pegando mucho y piensa en modificar su actitud. Tampoco lo podés juzgar por ser rico”, planteó, a su vez, el legislador Marcelo Meis.

20 minutos de pobres

En la línea del lanzamiento, Macri recorrió ayer Ciudad Oculta durante veinte minutos y les prometió a los vecinos que, si lo eligen, en un año la villa estará urbanizada. También se comprometió a lograr que “puedan entrar” ambulancias y camiones recolectores de basura. “Hay que integrar Ciudad Oculta a la sociedad”, planteó Macri, con gran despliegue de mapas y propuestas.

Macri se salió por un momento del estilo PRO y pasó revista sobre varios tramos del discurso presidencial. Volvió sobre la frase de Kirchner sobre el FMI (“De acá otro acuerdo con el Fondo”) y dijo que le hizo acordar “a (Alberto) Olmedo”. “No es la forma en que debe expresarse un Presidente”, consideró el empresario, quien además planteó que es “un disparate que use la transmisión oficial de un acto público para hacer campaña”.

El líder de PRO también respondió a otra frase de Kirchner (“Si gobierna PRO, volvemos a los noventa”) con una defensa cerrada de su pasado: “Yo voté el segundo mandato de Menem, como el 55 por ciento de la gente; pero el primero, no. Después me desilusioné, porque fue un segundo gobierno que no mejoró”, confesó. “Pero no aprobé la privatización de YPF. De los que estaban (con Kirchner), el 70 por ciento fue gobierno con Menem”, lanzó. En la villa, lo rodeaban los niños. Pero a ninguno le pidió que “se retire”.