La decisión sorprendió a sus correligionarios. A Raúl Galván se lo recuerda como el presidente del bloque de senadores radicales del Congreso nacional durante la época del menemismo. Riojano como Carlos Saúl, pasó los últimos años por el Parlamento de la Alianza antes de volver a la actividad privada. Ayer, en una conferencia de prensa, salió a presentarse como nuevo abogado defensor del gobernador Angel Maza, suspendido por un juicio político en medio de una interna en el peronismo que dejó en jaque la institucionalidad de la provincia.

“Quiero señalar que tomé esta decisión en forma personal –dijo Galván ayer–, porque considero que Maza tiene derecho a garantizarse un debido proceso.” Recordó en ese contexto que no es un peronista, y menos menemista o mazista. Eso no le impidió, dijo, asumir la defensa de Carlos Menem en 1976, la del obispo Enrique Angelelli un año antes de la muerte o la del ex gobernador Arnaudo cuando quedó preso por la dictadura.

En esa línea inscribió la defensa de Maza: como la de un perseguido político. Dijo que no era mazista ni bederista en alusión al vicegobernador Luis Beder Herrera, quien orquestó el proceso que suspendió a Maza.

Como estrategia, el abogado intentará demostrar que La Rioja tiene un problema de institucionalidad, “porque estas personas que han destruido las instituciones ahora necesitan instituciones que paradójicamente funcionen bien para garantizar un debido proceso”.

En ese contexto, Galván intentará demostrar lo que consideró “agujeros negros” del juicio político impulsado por los diputados. De los cuatro juicios pendientes sobre Maza, Galván sólo tomará el que lo dejó fuera de su cargo: la firma de un decreto por el cual el Estado pagó 220 mil pesos para expropiar 45 hectáreas de tierra que supuestamente ya eran del Estado. A criterio del abogado radical, el objeto del juicio y el proceso pueden ser objetados. En tanto, y fuera de lo estrictamente jurídico, su acercamiento al mazismo despertó ayer una ola de especulaciones sobre posibles alianzas. En diálogo con este diario, el secretario general de la UCR riojana, José Luis Bellia, se mostró taxativo. “El partido no tiene nada que ver la decisión que ha tomado Galván: es algo personal, que en todo caso molesta a la estrategia política del radicalismo que busca una alianza cívica por fuera.”