Jueves, 22 de marzo de 2007 | Hoy
La primera dama inició ayer su visita a Quito. Realizó una disertación académica. Habló de las consecuencias de la dictadura y de la década del ’90. Hoy se reúne con Correa.
En la antesala de la reunión que hoy mantendrá con el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, Cristina Fernández de Kirchner no quedó exenta del marco de conmemoración de un nuevo aniversario del golpe militar y salió a resaltar la política oficial en materia de derechos humanos cuando muchos –aseveró– “decían que no se podía castigar a los causantes de las torturas” durante la última dictadura.
La primera dama abordó el tema en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), durante una disertación académica, donde evaluó las consecuencias “nefastas” del golpe militar de Jorge Rafael Videla.
“Devastó moral y culturalmente al país y formó parte de un proceso que se vio en toda la región. Al momento del golpe, los trabajadores participaban de un 48 por ciento del PIB en el país”, remarcó.
La senadora señaló que el modelo iniciado durante la dictadura se consolidó en los ’90, con “la política del ajuste y los lineamientos que planteaba el Fondo Monetario Internacional”. Según textuales de Cristina, ese modelo “se enseñoreó con los ’90, conocido como liberalismo”.
No obstante ello, la esposa del Presidente no quiso presentarse como “maestra ciruela” –así lo dijo–, sino poner en conocimiento a sus interlocutores sobre la experiencia argentina, que “como el resto de Latinoamérica tuvo procesos históricos similares, con interrupciones de gobiernos de facto”.
Cristina también resaltó algunos logros de la gestión de su marido, como “el manejo de la deuda externa, el descenso de la desocupación, la pobreza y la indigencia”. Y aplaudió la vocación del Gobierno por la obra pública –“reactiva la economía de un país y brinda infraestructura básica y devuelve la confianza en las propias fuerzas para salir adelante”– y la negociación ante el FMI.
Se quejó justamente porque la oposición política no reconoció el “éxito” de esa negociación. “Se confunden en el rol y se oponen a todo. Yo pediría que la oposición no apueste a los fracasos. A los que les va mal cuando el Gobierno fracasa es a los ciudadanos.”
Para Cristina Kirchner hoy será el día D de su gira recién iniciada, ya que almorzará con Correa en el Palacio Nacional de Carondelet, con quien firmará una serie de convenios para fortalecer la relación bilateral en materia de agro y producción. La senadora intentará que la foto con Correa ayude a instalar internacionalmente su candidatura presidencial.
La primera dama estará allí junto al canciller Jorge Taiana; el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y la ministra de Economía, Felisa Miceli, quien se sumó a la comitiva procedente de Guatemala, además del vocero presidencial Miguel Núñez.
El gobierno de Ecuador se encuentra especialmente interesado en conocer los pasos seguidos por la Argentina en la resolución de su deuda, ya que pretende reestructurar un pasivo externo de 10 mil millones de dólares.
Cristina permanecerá hasta mañana en la ciudad y luego partirá hacia Caracas, donde se reunirá con las máximos representantes de la comunidad judía de ese país. Se trata de un sector que mantiene un público enfrentamiento con el presidente venezolano, Hugo Chávez, un declarado amigo de los Kirchner.
Fernández viajó hacia Quito en el avión de última generación GulfStream 5, de propiedad del empresario Eduardo Eurnekian, de catorce asientos. Al llegar al lobby del Swissotel, donde se aloja, fue recibida por el personal que portaba banderas de Ecuador y la Argentina y que le obsequió un ramo de rosas blancas.
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